Baikal13 - Viaje (2): Moscú, San Petersburgo

viernes, 22 de marzo de 2013

Tenía el billete de avión muy holgado dado que existía la posibilidad de hacer el lago completo, hay que coger un tren de 36 h de duración (y no va a salir para ti cuando tú quieras) y había que dejar algo de margen de días. Debido a la fecha de salida (tenía el billete de avión antes de la cancelación de la carrera) y a que paré a la mitad, me quedé 'compuesto y sin novia', en Irkutsk y sin plan B. Hubo que hacerlo en el momento. Tras localizar la oficina de Aeroflot, pude cambiar los billetes de avión y se me ocurrió no volver directamente a casa, sino hacer parada en Moscú, y en una serie de cambalaches bastante exitosos, pude hacer un interesante turismo por "un poco más" de dinero aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Pero la cosa no era tan fácil, ya digo que no me había planteado esta alternativa turística, no tenía alojamiento, ni una guía donde buscar qué ver, ni nada, y además iba cargadísimo, con lo que la movilidad era reducida... o iba a pagar los desplazamientos a precio de oro. Al final salió prácticamente todo perfecto en un alarde de "suerte" y buenas maneras, ahí va la medio crónica de unos días intensos pero fructíferos.

Moscú

Una duda que tenía es si habría servicio de consigna en el aeropuerto de Moscú (Sheremetyevo). Lo había, y gracias a un taxista que me quería sacar los ojos, me indicó -y acompañó- hasta donde era. El precio, 10 €/día (bolsa de unos 50 litros y el pulka a media carga, dos buenos bultos). Tras no acordar precio con el taxista -no me debió entender o se hizo el sueco, se cree la peña que nos chupamos el dedo- hice acto de una cintura prodigiosa para desembarazarme de él y acudir al transporte público. En un pequeño destello de la neurona que campa a sus anchas en mi cerebro, justo cuando aterrizábamos arranqué un par de hojas de la clásica revista del avión donde venía cómo llegar a la ciudad y un plano del metro, con lo que localicé el autobús (851) y siguiendo a Vicente (¿Vicentov?) el metro que me llevó a mi destino. Gasto total de euro y medio por los 40 que me querían clavar los amigos taxistas. Triunfo.

El hotel lo reservé la noche anterior a través de una de esas páginas de hoteles, no recuerdo a través de cuál exactamente, pero por unos módicos 45 €/noche tenía cama, Hotel Na Petrovka. Eso sí, llamarlo hotel es algo pretencioso. Pensión, y punto. Solo pedía dos cosas, cerca del centro, para moverme a pie lo que pudiera, e internet, para poder trastear y hablar con casa. Ambas cosas las tenía, y aunque eché algo de menos desayunar, localicé un Dunkin Donuts, me compré una docena y ya tenía tres desayunos a precio módico. Practicidades aparte, elegí esta pensión porque el alojamiento en Moscú es extremadamente caro, cuesta ver hoteles (de verdad) por debajo de 150 €/noche, y de 300 hay muchos. Como que no. Y encima pocos tan bien situados como el mío, en una zona pijísima (alta concentración de Bentleys, chóferes/escoltas y tiendas Louis Vuitton), junto al teatro Bolshoy, y a 15' andando del Kremlin.

Eso sí, ojito con ir andando a los sitios, Moscú es inmensa (12 millones de habitantes) pero es que todo es a lo grande, manzanas de kilómetros de perímetro, enormes edificios, anchísimas calles donde destripar el caballaje de los Mercedes Clase G AMG y estaciones de metro a kilómetros. Para los petrolhead, la metáfora que más se ajusta a la ciudad es cuando un Audi Q7 te parece un utilitario junto a un Chevrolet Escalade con llantas de 22", son así, inmensos, todo grande, todo excesivo. Es Rusia. El centro centro es visitable a pie, para el resto, si buscas más allá, necesitas metro, bastante difícil en mi opinión dado mi plano (Aeroflot, mejoradlo), estaciones con diferente nombre según la línea (práctico de la muerte, vamos), que a duras penas sabes en qué estación estás por la deficiente señalética (un cartel y lo tapa el metro)... y que anuncian las estaciones por megafonía, y solo en ruso, claor. Así que alguna vuelta te das casi seguro. Eso sí, bonito, de otra época, en su día debió ser increíble, ahora necesita modernizarse en trenes, pintura, iluminación, pero aún así, una gran obra de arte funcional.

Me sorprendió gratamente la ciudad, y el único pero me pareció que era poco humana, muy enfocada a los coches, de hecho las grandes avenidas de diez carriles en un sentido (a lo NASCAR) no se cruzan por superficie, sino por pasadizo, sea del metro o no, lo que da una idea de quién importa más. Ya digo que es enorme y de pasado glorioso, porque si no no se entiende la vastísima cantidad de edificios de proporciones colosales, en un auténtico desparrame que solo se puede permitir una ciudad cuando hay una época de dinero a espuertas. Y a espuertas en Rusia es cien veces más que en el resto del mundo, seguro, ya digo que me traigo la impresión de país de excesos. En dos días visité lo típico, di muchas vueltas y pateé hasta que aguantaba el frío, porque a principios de marzo el turismo se convierte en deporte de riesgo -con razón hay bastante poco-, pasé más frío que un gilipollas y en cuanto se hacía de noche me tenía que refugiar en mi cálida habitación. Hablando de calidez, tienen todo a 27ºC, sales a la calle y -10ºC tranquilamente, ¿esta gente no se muere de semejante contraste térmico? Parece que no, y de hecho yo debía ser el único que tenía frío, porque minifaldas (nota: ojo con las rusas, tremendísimo), gente sin guantes y despechugados vi unos cuantos, para mi sorpresa, no me quiero imaginar lo que es el invierno de verdad aquí, porque sin duda estas fechas son primaverales para esta gente. Y para la meteo, porque se va deshaciendo la nieve y todo queda negro de esta y si quieren tener el coche limpio lo tienen que lavar dos veces al día. Aparte de lo más típico, hice tres escapadas a gustos particulares, un museo de coches (auténtico robo, muy decepcionante), el de la Aeronáutica -más bien Espacio-, deficiente en museología pero con algunas piezas que sé que no veré en mi vida en otro sitio, y el último día me acerqué a ver la Buran, la lanzadera espacial rusa que tienen aparcado, para horror de sus fans por el daño meteorológico, en un parque.

Como decía, gratamente sorprendido y ciudad que merece ser visitada, no me esperaba algo así, y quizá por ir sin plan hecho ni haber leído nada, ir con los ojos abiertos y sin guía ninguna me resultó un descubrimiento tras otro. Recomiendo buscar los días para echarle un vistazo.


San Petersburgo

Sabía que se podía ir a San Petersburgo en tren cama, y en otro alarde de soltura viajera, ayudado por Russiantrains, reservé billetes para hacer una visita flash a la antigua capital rusa (noche en tren, visita de día, noche en tren, mamoneo mañaneo vario, aeropuerto y casa). De hecho, al costar parecido que el hotel (55 €/trayecto, tercera categoría), no me salía más cara la visita y así conocía la interesante capital de los zares. La diferencia entre tercera y segunda categoría es del doble o más, así que, aun a riesgo de llevarme una sorpresa, escogí tercera, y bastante bien, camastros razonables, ropa de cama, cada loco con su tema, y descansar un rato. También la estación del que salía mi tren tenía consigna, con lo que me fui con una ligera mochila con las cosas de valor y poco más, y durante un día y pico tenía mi equipaje repartido en dos localizaciones y yo estaba en otra ciudad, curioso.

La visita no me decepcionó y me resultó instructivo comprobar las fuertes diferencias con Moscú (ni mencionar Irkutsk). La gloria de San Petersburgo es de otra época a la de Moscú, pero tan o más rica que la de la actual capital, con una notable influencia europea, dimensiones más razonables, y bellísimos edificios. Aunque la visita fue breve (y lenta, me eché un colega croata en menos forma que yo dentro de un mes) tiene mucho por ver y saborear, pero el tiempo no dio para más que para alucinar con lo espectacular de la ciudad, y que merece un par de días como poco.

s

6 comentarios:

Luciano dijo...

Sergio, vaya aventura, enhorabuena por todo.
Me trae muchos recuerdos tu crónica, ya que antes de hacerme "ultratrailer" era mochilero y en el verano de 2004 hice el viaje de San Petersburgo a Pekín pasando por Mongolia. Fui parando en varios sitios y en Rusia estuve un mes, incluyendo Irkutsk y una estancia de un par de días en una "dacha" junto al Baikal en medio de la nada (http://goo.gl/maps/wqkc7, pasaste por ahí entre el día 5 y 6 de tu travesía)

ser13gio dijo...

Buen viaje te pegaste, jodío.

No es fácil con una foto aérea, ¿pero tenían animales en esa dacha? Visto desde arriba me parece que era una pequeña explotación ganadera (solo vi dos veces animales domesticados, unos caballos a lo lejos y estos), cuando pasé había dos coches que estaban rompiendo hielo de una grieta y llevándoselo, supongo que para dar de beber a los animales. Ese día creo que solo vi gente ahí y dos coches a lo lejos.

Saludos,
s

CHEROKEE dijo...

Muy buenos comentarios e instructivos que se salen de la narración habitual del turista. A mi siempre me ha gustado conocer lo que no sale en los folletos y donde no todo es turismo.
Desde luego ha sido muy buen final para tu aventura Baikal aunque no pudieras alcanzar todo tu propósito pero al menos llegaste, estuviste, lo intentaste y lo mas importante supiste decir basta sin asumir mayores riesgos que para eso tienes toda la vida por delante. Seguiremos atentos a tus comentarios que tienen mucho criterio aunque no siempre coincidimos pero somos seres humanos, No?

ser13gio dijo...

Parte del "problema" del Baikal era la indefinición, pero al final lo convertí en una ventaja, es decir, que tenía más opciones de las iniciales. No pensé que pudiera hacer el lago completo, no lo veía, la verdad, y así no se puede ir a ningún lado; y por otra parte, me apetecía hacer turismo si se terciaba. Y mira, una cosa por otra, alcancé el objetivo mínimo que me planteé como yo quería (autosuficiencia) y me dio para hacer turismo, así que contento.

Ojalá, desde mi punto de vista, hubiese más narraciones "prácticas" y menos de otras cosas, más típicas y que encuentras información repetida mil veces.

Saludos,
s

Luciano dijo...

Sobre los animales en la dacha: tuve que recurrir a mi álbum de fotos del viaje porque la memoria no me da para tanto. Y sí: en una de las fotos del valle se ve un rebaño de vacas, unas cuarenta o cincuenta.

ser13gio dijo...

Pues entonces creo que es donde pensaba, la verdad es que en cuanto lo vi en la foto aérea me pareció ese sitio.

El mundo no es tan grande, ¿no?
s

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