
Busqué bastante información durante una época. Que guardé.
Me lo planteé, en sueños, de muy diversas maneras: corriendo en autosuficiencia; corriendo en etapas; una parte en bici y otra corriendo, como un potente duatlón. Pero la oportunidad s eme planteó cunado tenía que preparar dos pruebas bien distintas: 24h de mountain bike en Monegros y, dos meses después, la Boavista Ultramarathon, 150km non-stop corriendo. Y me dio por pensar un poco...
El 11 de septiembre de 2006, tres semanas antes de las 24h en bici, me lancé a hacer dos de los tres ramales en bici, del tirón, con asistencia, y rapidito, como un buen y variado entrenamiento. Allá que nos fuimos, a Alar del Rey, para ir
La salida es bonita y amena, un ancho canal, bien surtido de aguas del Río Pisuerga, te despide, entre árboles, con el frescor de la mañana y la sombra. Unos primeros kilómetros agradables, tranquilos, apacibles, mucha vegetación, bonitas esclusas de gran belleza, y un terreno fácil y cómodo. Las primeras horas, con la novedad y lo apacible del recorrido, se pasan rápido, entre un buen ritmo y unas rápidas fotos de recuerdo. Es imposible perderse, vas junto al canal todo el tiempo, hay pistas y sendas perfectamente visibles, incluso hay carteles e indicaciones turísticas, en un intento de convertir este bonito canal en un destino turístico, al estilo, salvando la distancia, Camino de Santiago.
Esta no es una guía de turismo, ni pretender serlo, pero diversas construcciones abandonadas, esclusas de bello diseño y ejecución, puentes elegantes, presas que ahora parecen estar perdidas en medio del campo, animan a todo aquel que tenga un poco de sensibilidad estética, más allá de las clásicas catedrales, esculturas y pinturas. Además, al encontrarse en medio de la "nada", te permiten disfrutarlo con una tranquilidad que algunos apreciamos especialmente cuando salimos de turismo.
Justo lo contrario a lo que me ocurrió llegando a Frómi
Aproximadamente a partir de aquí empecé a tener ciertas dificultades, porque sólo uno de los márgenes es, generalmente, el bueno, y no hay, la mayoría de las veces, ninguna indicación fiable que te diga cuál es. Intuición, un poco de suerte y alguna que otra equivocación que te supone pelearte con la frondosa vegetación de la ribera de todo cauce fluvial. No es tan complicado marcar cuál es el lado "correcto", y éstos son los detalles que demuestran cierta desidia y desinterés.
Mucho después llegué a El Serrón, donde el Canal de Castilla se bifurca. Hasta aquí, este ramal, se denomina Canal del Norte, y a partir de ahora, o vamos dirección a Medina de Rioseco (Canal de Campos) o a Valladolid (Canal del Sur). Me fijo unas referencias (nada de GPS, para qué, trato de memorizarlo para cuando vuelva) y curva a la derecha, rumbo al Canal de Campos. Hasta aquí todo iba bien, excepto lo ya comentado de las márgenes, pero empezaba a intuir que se iba a alargar bastante
Ya hacía tiempo que sólo divisaba kilométricos campos de cultivo, sin apenas sombra, sin casi nada que se la pareciera a un árbol, y ésto sería prácticamente lo que me esperaba hasta Medina de Rioseco, enormes campos de cultivo (algunos ganados a la naturaleza a golpe de desecación de lagunas), sin cruzar (si no recuerdo mal) ni una sola población, y un canal que como no es el más utilizado para fines turísticos, se va abandonando, hasta el extremo de que cerca ya de Medina me es completamente imposible seguir al lado del canal, y tras mucho tiempo perdido, mucho "campo traviesa" y muchas maldiciones, tengo que cruzar un campo arado y hacer los últimos kilómetros por carretera. Maldije, porque aparte de que no hay interés por mantenerlo abierto si no va a reportar pingües beneficios turísticos, alguien que ha escrito un libro sobre el tema no ha podido pasar por aquí, no me lo puedo creer, ni una sola mención a semejante caos de vegetación y troncos que me impidieron hacer un corto tramo por donde debe.
Todo cabreo se me pasó al llegar a Medina de Rioseco, localidad que, en su zona histórica, me pareció de gran belleza, con una tonalidad de la piedra realmente bonita, y con una bonita dársena, donde muere el Canal de Campos, preciosa. Una barcaza, oxidada y aparentemente abandonada, es testigo del final del canal en este punto, donde una inmensa obra, una ingente cantidad de recursos económicos, y unos sueños murieron. Final realmente agradable.
Fueron unos importantes 165km hechos en 8h50', buena paliza, sí señor, a pesar de que no acabé demasiado cansado. Un gran entrenamiento para las 24h que estaba preparando.
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