Dos casos concretos y recientes vuelven a agitar (levemente, claro) el panorama organizativo de este país, pero no nos preocupemos demasiado, que el tiempo y la (falta de) memoria lo curan todo. No sería la primera vez ni la última. Me hace
gracia que mover un avituallamiento cuatro kilómetros en la Transvulcania causase un increíble revuelo cuando, cierto, la organización falló en esto pero nosotros tampoco debemos ir tan tan justos, y como este blog ya vacitinó hace muuuucho que el éxito atraería interesados y oportunistas y seguimos sin verle las orejas al lobo, va este post al respecto. Como siempre, se las veremos cuando haya pegado una buena dentellada y seamos pasto de buitres.
Los he llamado 'Bucaneros del trail' y se definirían como:
Organizadores oportunistas que al olor del euro fresco se arriman al trail para su provecho pecuniario y poniendo en peligro a sus usuarios con incompetencia y negligencia.
Ojo que he dicho 'y'. Nunca le he visto ningún problema a que alguien se lucre organizando carreras de trail, incluso que se la sude la montaña y no tengan un especial cariño a los pedruscos, no lo veo imprescindible, pero sí que cumplan su parte: seguridad, marcaje, avituallamientos, recogida de desechos y balizas, gestión de bolsas, etc., vamos, lo que se pide y lo que se contrata. Nada de esto es incompatible con ganar dinero. Puede haber extras, como una meta muy pintona, que el agua de los avituallamientos no esté calentorra, y una web la mar de chula, pero lo primero es lo primero.
Pero la cosa no viene de ahora...
No, grandes defensores de la montaña, usuarios de toda la vida, pero pésimos organizadores poniendo en peligro a su "clientela" ya los hemos tenido. No hace falta que saque de nuevo el triste tema de Cavalls, pero lo recuerdo. O la primera edición postNoLimit de la Gran Trail del Aneto que fue otra de las ocasiones en las que se rozó la catástrofe, la de verdad, la que abrirá los Telediarios. Así que no vamos a echarle sólo la culpa a los recién llegados porque sería injusto. Y sin embargo, nada pasó, medios les dieron pomadita -o callaron, que es casi tan mezquino- a ambos organizadores y se escabulleron sus responsabilidades. Y luego iré a lo peor, que lo hay.
El espejo del triatlón
Como somos bastante nuevos en esto, pero tampoco ciegos, no es tan difícil haber previsto lo de que íbamos a atraer a organizadores fantasma y pufazos de escándalo. Cada deporte tiene sus particularidades, y lo que para nosotros puede ser un riesgo para la vida, en el triatlón pueden ser bochornosas escenas de
drafting que ni el pelotón del Tour de Francia, rastreras luchas entre organizadores, robos en boxes o premios impagados. Pero han sufrido (sufren) también de bucaneros como el que más, y eso que es un deporte aparentemente mucho más regulado... pero claro, el componente de moda y que parece el nuevo golf, atrae a gentes de cualquier pelaje. Pero la tendencia del trail era la misma, y se está consumando poco a poco.
Corsarios del trail
Hay otro subtipo, los corsarios: suelen ser organizaciones profesionales, que vienen al olor del dinero, con éste por delante (la patente de corso, digamos) y que desaparecerán cuando se acabe. Llegan al trail, crean todo el revuelo del mundo, y si no atinan (fechas, zona, untar poco a medios...), no consiguen el éxito que su negocio estima, y cancelan la prueba a pocos días de celebrarse. Tan sencillo como colgar una entrada en su web o un breve escrito en Facebook, disculpándose, y listo. Las disculpas están sobrevaloradas (si lo traduzco al inglés seguro que alguno se lo tatúa).
Si haces una inversión para montar un negocio previa petición de dinero a un banco y te sale mal el negociete, tú vas al banco, le pides sinceras disculpas y ya está. Como ha sido una disculpa de todo corazón nadie te va a reclamar nada. ¿A que sí? Los corredores invertimos en esfuerzo e ilusión que vale tanto o más como dinero -ah, y pagamos por adelantado-, así que una disculpa no me vale si la culpa es tuya como organizador, no tener los permisos cuando anunciaste la prueba (y callaste hasta el último minuto), te gastaste el dinero en diseñadores gráficos y posicionamiento SEO, o "para lo que voy a ganar no la hago". Me la suda lo que ganes, ten palabra, hazla y luego vete con honra y sin romper ilusiones. Estos, eso sí, no ponen en peligro el físico de nadie, pero son iguales de extractores que no merecen más que atizarles en todo lo alto.
El ejemplo reciente, hay unos cuantos más, es el de la Cazorla Trail, prueba que desde el principio me atrajo, y que sólo por fechas no he intentado esta primera edición. Afortunadamente no fue así, porque si me la cancelan con las peregrinas excusas -que no razones- que han aducido me ibais a leer bien cabreado. Las razones las dio el bueno de Miguel Heras en Territorio Trail (
18'40" en adelante), y por si estáis vagos, os lo resumo: falta de inscritos; como
bola extra, ni económicamente era viable ni iba a quedar bien delante de quien pone la pasta de verdad (que no son los corredores). Agradezco la sinceridad, que me lo diga alguien de dentro y sin buenas palabras de vendehumos. Supongo que va en el sueldo de Miguel hacer frente a estas cosas (aunque no lo creo demasiado por ser sólo director técnico, no es quien debería dar estas explicaciones), y en cierto modo él ha sido el escudo, cae bien y ante alguien así las críticas se diluyen. Pero detrás está una de las mayores organizadoras de Europa y de este país, Octagon. No, machos, no puede ser, no me vale devolver el dinero (ni darme una chuchería de regalo, sea lo que sea), no es solución para la ilusión de la gente, no podéis hacerlo. Si no sabéis lo que hay que invertir para hacer una de estas carreras, no merecéis estar en este negocio. Venís a sacar tajada (lo cual no me parece mal, repito), pero no podéis hacerlo a cualquier precio ni de cualquier manera. No habéis dejado a ningún padre sin hijo, es cierto, pero habéis demostrado muy poco respeto. Y ya digo que la carrera me atrajo y es una de las dos que me han llamado la atención esta temporada (la otra, la Eurafrica Trail).
Cataluña y Madrid, unidos en el trail
Vamos a ayudar a tender esos puentes para no consumar la fractura de este país, esos puentes que tanto reclaman algunos: tanto Cataluña como Madrid tienen organizadores irresponsables que han puesto en peligro a corredores de la misma manera. Solucionado. Era tan fácil...
Las nuevas Costa Brava Radical Trail y la Madrid Ultra Trail han sido los recientes ejemplos, pero hay más, por supuesto. La primera se atreve en su edición inaugural con tres carreras, los madrileños, que son más chulos que nadie, con cinco (o cuatro, no tengo claro si la modalidad Xtreme +200 se llegó a celebrar), dos por encima de 100 km. Marcaje pobre, gente perdida, avituallamientos escasos, organización minimalista o inexistente, etc., vamos, lo ideal para disfrutar de la montaña. Y aunque en la Costa Brava hubo calor, nada se ha puesto
realmente en contra, que es cuando se producen los accidentes. En su descargo, eran nuevos y hay que aceptar más fallos, todos somos humanos, sí, pero algunas/muchas cosas se veían a la legua, todo estaba cogido con alfileres, y repito, lo que en un triatlón puede ser un
drafting nauseabundo y que a los puretas les quita las ganas de competir, en el trail puede suponer una vida humana, o unas cuantas. Esta es la diferencia.
Parece que en la prueba de la Costa Brava han -más o menos- dado la cara (por ejemplo, en
A Tu Ritmo, a partir de 1h28'), mientras que desde la celebración de la prueba madrileña, primero dijeron que no pueden contestar por problemas técnicos y que prefieren correo, para que no sea público, claro (
véase su Facebook, la web no merece ni enlazarse porque ahí es evidente que no van a responder nada) y finalmente,
unas breves disculpas genéricas. Y listo. Y como en las redes sociales no se puede buscar, caerán en el olvido y no quedará constancia de nada, pues tan apañados. Por eso yo tengo un blog, y de Google.
Cuando de una carrera se destaca sólo o casi sólo sus voluntarios... malo malo, porque suelen ser los que menos culpa tienen, intentan ayudar en lo que pueden y ¡que son voluntarios!, ya ves tú qué les vas a decir. Mientras los auténticos responsables van de lado a lado con sus todoterrenos escurriendo el bulto y dejan a "soldados" (
community managers, apagafuegos, editores de vídeo... o directamente el silencio) dar y poner la cara, si es que la ponen.
No se vayan todavía, aún hay más: lo peor
Me pone de bastante mala leche que en los comentarios de algunas carreras antes mencionadas la gente les diga que a ver si en la siguiente edición mejoran esto o aquello. No ha valido con una vez, no. Tampoco ha valido que no se haya complicado nada y que no haya habido desgracias por razones exclusivamente aleatorias, porque se había escapado, y por mucho, de las manos. No se les puede dar más crédito porque hay gente que no lo merece. Como tampoco lo debieron de merecer las carreras anteriormente citadas más pomposas y conocidas, y por las que muchos se dieron de hostias por inscribirse al año siguiente. No me merecen el más mínimo respeto porque sabían de antemano cuántas cosas no controlaban, se siguió adelante sin escrúpulos y en cuanto se complicó un poco la situación ni siquiera pudieron o quisieron reaccionar.
Afortunadamente no estamos hablando en los dos casos recientes de desgracias personales, pero es una cuestión de azar que haya sido así. Como tantas otras veces no pasan más cosas porque no tocaba ese día.
¿Se puede hacer algo? Sin un organismo que lo pueda regular, que incluso pueda sancionar, difícil. Todo queda en manos de dos actores: corredores, que está demostrado que pensamos demasiado bien y somos demasiado condescendientes, rozando la
idiocia, porque si no nos preocupamos nosotros, ya ves tú el resto; y medios, que en su mayoría eluden la polémica, pisotean uno de sus deberes sociales por los que aún tienen sentido y le hacen un flaco favor al deporte del que viven. Con lo que soy pesimista porque si la principal selección natural (los corredores) no funciona, y mientras no ocurra una auténtica tragedia, esto seguirá funcionando tal cual, sin más aspavientos por una parte, y durmiendo a pierna suelta por la otra.
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