martes, 19 de septiembre de 2017

Vídeo: Ultra-Trail du Mont Blanc 2017

He dejado un tiempo prudencial para que reposase el UTMB 2017. Creo que aún no somos conscientes de que probablemente sea la ultra que se recordará durante décadas como un referente de este deporte. Porque si hay un ganador claro no son François o Núria, es el UTMB, es el campeonato del mundo de ultras un año más, pero especialmente este, por todo y por todos. Hay mucho más entre bambalinas de lo que nos creemos, alguna participación creo que está negociada, pero a la vez ha sabido rodearse de lo mejor para conseguir lo mejor. Ojalá un día desaparezcan envidias soterradas y disfrutemos todos como lo que es. O disfruten. Una organización profesional, una sensibilidad exquisita, un recorrido sugerente, un apoyo institucional, mentes despejadas y todos remando en la misma dirección, a pesar de las dificultades y alguna zancadilla. Quince años tiene la criatura ya.

Dejo flotando una pregunta: ¿y por qué no podía ser el trail olímpico así? ¿Por qué no se ha podido aprender de los errores de otros deportes y configurar una cita espectacular y que represente con dignidad -y con variedad- lo que es el trail running?



Vamos con lo importante: acerté cinco de cinco sólo con un cambio de cromos. Soy bueno, ya está, no hay que avergonzarse de ello. [no hay emoticonos ni chorraditas, lo soy, coño]

En el plano deportivo sin duda François d'Haene se ha ganado un lugar en el Olimpo. A pesar de todo lo que ha vencido esta será posiblemente su victoria más recordada y dudo que haya sido fácil. Siempre digo que el primero es el que menos sufre porque nunca sabes si ha ido al 99 o al 98 %, pero seguro que no al 100 % si le ha sacado más de un segundo al siguiente, y fue el caso, pero seguro que con sus subidas y bajadas convivió, con sus pequeñas crisis y su sufrimiento. Pero tiene la más alta recompensa. Hombre sereno como es, en meta se le vio realmente emocionado en medio de una espectacular ovación como la que se merecía. Pero aún más espectacular fue el silencio cuando habló, sepulcral, entiendo que como muestra de respeto hacia el magnífico deportista que cruzó la línea de meta en primera posición. Sólo él sabrá por lo que ha pasado, los errores que ha cometido y los aciertos en toma de decisiones, estrategia y táctica. Aunque es difícil leer entre líneas, cuando lanzó el ataque (él dice que 50/50, que medio atacó medio se le quedaron) me da que algo vio en ese momento porque acertó de pleno, algún gesto de debilidad del rival, pero le salió perfecto. No creo que nunca viera peligrar su victoria a pesar del león herido que le perseguía. Aunque le queda carrera deportiva por delante -sin ir más lejos, el John Muir Trail muy concurrido desde hace unas semanas y más que lo va a estar- esta es casi la guinda de toda una vida con las zapatillas puestas.


Creo que Kilian Jornet no tuvo el día brillante, pero a la vez creo que con los mismos problemas/condicionantes otro año hubiera ganado. Pero se encontró al larguirucho en plena forma. Tuvo una crisis, poco habitual en él o al menos de las que nos hayamos enterado, y parece que fue decisiva. Se recuperó de ella, se le vieron andares pesados que yo creo que nunca le había visto (quizá alguna imagen suelta de la vuelta al Tahoe), dio lo que tenía pero no fue suficiente. No hubo milagro. François no desfalleció ni él tuvo ya tiempo de recuperarle más. No hubo excusas en meta (y sí un casi guante lanzado hablando del année prochaine, aunque rápidamente cambió de tema) ni en el pos; él sabrá qué falló, pero lo llevaba rumiando decenas de kilómetros, seguro. Por ahí dije que el deporte había seguido evolucionando sin su (casi) presencia, y aunque no creo que este sea el principal motivo no es menos cierto que desde la última vez que le dio la vuelta al Mont Blanc con dorsal el trail ha seguido evolucionando. Creo que su presencia le ha dado un brillo especial a esta edición y ojalá repita, y no tarde tanto en hacerlo porque ha sido enriquecedor.

Tim Tollefson es el perfecto ejemplo de lo mucho y bueno que está ya dando la generación americana al trail. Lleva tres años en el trail, viene de combinar obstáculos y maratón, y es de esos casos raros de quien se adapta con rapidez a algo que está completamente fuera de la lógica, porque un tío de estos hará 2h15' en maratón y aquí tiene que correr 20 horas más (na, una miajina), subir, bajar, pasar frío, comer, etc. Volvió a salir conservador, volvió a pasar gente lentamente, volvió a hacer un podio... pero este podio vale una victoria en casi cualquier otro año, así de claro. Cuando hablaba en esa entrada que a alguno se le atragantó sobre que buena parte del futuro del trail pasa por Estados Unidos, me refiero a gente que es muy buena, que coge la experiencia, le sale todo bien y se codea en Europa con europeos de una forma que nunca había hecho ningún norteamericano, y que ya no tienen que alinearse todos los planetas para que ganen, es que pueden hacerlo casi cuando sea y en Tom, pero no sólo en él, tenemos un ejemplo. Es un corredor sumamente inteligente, que sabe ponerse a punto para el día D (a lo Thevenard), con una temporada moderada y que tiene el talento para plantarle cara a todo el que se le ponga por delante. Su meta, al igual que el año pasado cuando le plantó dos besazos a la Poletti que hicieron que se le cayeran las enaguas a la señora fue otra vez apoteósica, pletórico, explotando tras un día por ahí fuera y justificando todo un año de penalidades. Parece otro el que al día siguiente concedía las entrevistas peinadito, formal, manos cruzadas detrás y tan educado como son toda esta generación de americanos que creo que están disfrutando enormemente del momento dulce que les ha tocado vivir.


Si no hubiera sido por el podio de Tim y la ausencia de Pommeret, hubiesen estado en el podio los tres ganadores ¡desde 2008! Alucinante. Pero Xavier Thevenard no pudo con Tim. Hizo una grandísima carrera posiblemente eclipsada por François, Kilian y Walmsley, pero estuvo valiente y siempre delante, no estuvo reservón, pero simplemente los tres primeros o son mejores o tuvieron un mejor día. Pero a pesar de que la medalla de chocolate sea un magro consuelo para un hombre que tiene dos victorias, pone también en perspectiva del gran corredor que es Xavier, por si alguno a veces lo ninguneamos -sin mala intención- este debería de ser un buen recordatorio: es un corredor como la copa de un pino, que podría haber ganado perfectamente pero que sigue teniendo la capacidad para hacerlo.

Quinto fue Jim Walmsley, con el que de nuevo me voy a detener. En su entrevista con iRunFar postcarrera, habla de que el UTMB ha sido su "experiencia más completa en unas 100 millas" (subidas y bajadas -no habla de desnivel precisamente-, noche, carrera montañera, correr con gente de mucho nivel y buscar los recursos para seguir cuando había tenido un "accidente" -el estómago y sus dos largas paradas). "Más completa". Es cierto que es un poco bocachancla para el estándar europeo (veo un deporte americano desde hace décadas y sé que hay cosas que en Europa no sentarían bien), pero es su personalidad, no parece que sea ni por llamar la atención ni por un ego desmedido, y es que a veces se confunde personalidad, seguridad y decir lo que se piensa- algo a lo que no estamos demasiado acostumbrados en Europa- con fanfarronería. Él mismo lo explica y creo que alguien se lo debería de tatuar. Esa actitud le ha granjeado no pocas críticas, y como suele ocurrir en este mundillo polarizado, suelen venir del mismo espectro que no sabe mirar más allá de su enclaustrada mentalidad tribal.

Sobre la actuación deportiva de Jim, lo voy a poner a modo de lista para que sea más fácil de asimilar:

Jim Walmsley nunca había corrido con tanto desnivel,
Jim Walmsley nunca había corrido unas 100 millas tan lentas (horas),
Jim Walmsley nunca había corrido por la noche o con frontal,
Jim Walmsley nunca había corrido con mochila,
Jim Walmsley nunca había corrido con bastones (claramente apreciable, modo Famosa),
Jim Walmsley nunca había corrido con una meteorología tan inclemente,
Jim Walmsley nunca había corrido en Europa una carrera de larga distancia,
Jim Walmsley nunca había corrido una prueba con tanto nivel.

Sufrió de estómago, hizo dos largas paradas (de las de darle extrema unción), fue razonablemente ofensivo, tuvo problemas de pies. Fue quinto en su primera UTMB. Qué más se le puede pedir. En serio, qué más se le puede pedir.

Para los desmemoriados, Kilian reventó como el lagarto Juancho en Western en su primera tentativa. Con preparación, experiencia e inteligencia ganó al año siguiente, tengo serias dudas que a día de hoy Kilian ganase en la actual Western frente a Jim (bueno si no se inmola él, claro), a pesar de que en -especialmente ese primer año- fue una prueba de grandísimo nivel: no estaría mal saberlo, venga, si lees esto, anímate ;)... de hecho creo que sería lo justo, devolverle la visita a Jim en su casa, por cortesía, nada más :)) Jim está pensando en Hardrock, un error quizá si quieres ser competitivo en el UTMB, la "romería" la puede dejar para más adelante, aunque como entrenamiento de andar y de pasar horas "ahí fuera" puede se válido.

En mi opinión Jim tuvo un rendimiento muy destacable, no brillante pero cerca le anda, ha aprendido como sólo se aprende cuando te ves cerca de la muerte. Con lo que creo que es alguien a temer, porque ciertos rasgos de su personalidad no van a desaparecer, sólo necesita que le salgan las cosas bien y que aplique lo aprendido. Yo me estoy relamiendo con su vuelta... o con su participación el mes que viene en el Grand Raid de Réunion, porque si el UTMB le era muy extraño, en Reunión va a flipar el colores, la onda expansiva puede llegar hasta aquí, pero haga lo que haga aprenderá mucho, va a ser muy interesante y la cosa tiene morbo. Desde luego falto de valentía no va este chico y eso es muy de agradecer.


A un kilómetro de meta Pau Capell iba a unos veinte segundos de Jim apretando el culo como para cascar nueces. Jim lucía un correr grácil. El combate lo ganó el atleta. Pero un sexto puesto para Pau es un resultado increíble porque, desconozco el motivo, este UTMB no ha sido el cataclismo de otros años en los que por Courmayer no queda ni la mitad del plantel de elite. No, este año muy pocos han abandonado, lo que da un gran valor a todos y cado uno de los puestos delanteros. Y del Pau es sencillamente espectacular. Hace nada estaba ganando la Spain Ultra Cup, chavales, hoy se codea con lo mejor de lo mejor a nivel mundial. Desconozco lo apretadas que tendrá las clavijas pero no me extrañaría que le quedase aún margen de mejora, con lo que es una magnífica noticia para el trail español.

Quizá eclipsado por los Marines, Dylan Bowman se cascó un excelente séptimo sin muchos aspavientos ni chow. "No sé qué lumbreras le puso la gorra del Toro Rojo, pero creo que le viene grande" decía en el previo; pues no sé si para Red Bull da, pero en la edición de más nivel de la carrera más importante este séptimo es posiblemente suficiente para cerrar alguna boca, incluida la mía. Una carrera sólida, sin altibajos (ese 20º puede ser por cualquier chorrada), perdiendo algún puesto al final, pero sin petar, solvente.

El siempre fiable Gediminas Grinius fue octavo, quizá comparado con años anteriores parezca un resultado algo pobre, pero este era El Año, de todo el nivel del mundo mundial y sin abandonos.

Zach Miller quizá venía lastrado de una temporada con altibajos, sin el punto de forma que requiere esta carrera, y aunque salió delante y valiente, no tenía las piernas. Otro que no puso excusas, no era el día de rascar nada más que un Top 10. Pero otra vez más, llegó hasta donde pudo deportivamente y con eso, hasta meta. ¿Me equivoco o los americanos están siendo de los más honestos en este sentido? Quizá los europeos puedan venir cuando quieran, o tengan planes B en la recámara, o quede temporada, pero los yanquis están llegando a meta como pueden, pero llegan, siempre me ha gustado esta mentalidad. O quizá es simplemente porque la han preparado como objetivo principal y "único" y tienen que agradecerse el esfuerzo de toda una temporada.

Cierra el Top 10 Jordi Gamito, en una entrevista bastante transparente cuenta que llegó prácticamente lesionado, justito, pero a veces arriesgar da resultados. Sólo a veces, niños, no intentéis esto en casa. Un décimo con el percal que había -y que ha llegado a meta, repito- es un grandísimo resultado. Magnífico. Gran espaldarazo a su carrera deportiva.

En féminas soy el primero que se sorprende por la victoria de Núria Picas; en esta edición, me refiero. Desconociéndolo todo, me daba que es el año que menos preparada iba, puede que me equivoque, pero es que hay en ocasiones en las que la preparación no lo es todo. Quizá esos primeros kilómetros con Pau Bartoló le sentaron bien, y es que -aparentemente- nerviosa como es, quizá alguien que -aparentemente- es tan tranquilo como Pau pueda ser su balsámico. Por lo que sea, tuvo el día, tenía la calidad hace algunas ediciones, se lo creyó y todo se juntó para que ganase. Quien gana siempre se lo merece, pero el UTMB le debía una victoria a Núria.


Aunque según Núria nunca temió por Andrea Huser, y aunque esta declarase que hubiese entrado de la mano (¿¿¿por qué???) lo cierto es que sólo tres minutos las separaron. Así que poco más y la alcanza, porque parece que Núria no iba precisamente muy católica al final.

Para mí, total sorpresa la de Christelle Bard, para qué vamos a engañarnos, cuarta en la CCC 2015 y tercera en la TDS 2016 para mí no son suficientes para semejante podio. Pero el caso es que es suyo, la revaloriza, indudablemente.

Hayden Hawks ganó con solvencia y brillantez la CCC, en una buena entrevista habla de que le sorprende cómo está evolucionando este deporte, lo rápido que se va ahora (¡habló de putas La Tacones!), lo competitivo que está todo, la de gente buena que hay por ahí, vamos, que el bigotón más rápido del trail me da la razón, gracias, salao. Por cierto, ya apuesto por él para la San Francisco 50M y empieza a comprar papeletas para el UTMB 2018. Marcin Swierc, polaco, y Ludovic Pommert, el ganador del UTMB 2016, completaron el podio. La interesante categoría femenina vería la victoria de la americana Clare Gallagher (sumando otro gran resultado de las mujeres estadounidenses al UTMB), segunda fue Maite Maiora y tercera Laia Cañes.

En la TDS, un segundo espada como Michel Lanne vencía con poca diferencia sobre el metrónomo Antoine Guillon y Sylvain Camus. Me parece increíble cómo sigue rindiendo de bien Antoine, que no es precisamente un chaval y esta es algo corta para sus características. Volverá a tener un gran papel en Reunión y volverá casi a pasar desapercibido, pero es un grandísimo corredor.

La pequeña, la OCC, tuvo como ¿sorprendente? vencedora a Eli Gordon, y lo pongo así porque el percal era importante. Pero como se trata de correr y no de nombre, suya es esta carrera, que la pondrá entre las favoritas, si no lo estaba ya, en carreras internacionales de nivel. Emelie Forsberg -que me da la sensación de que no está al nivel de otras temporadas, desconozco el motivo- y la francesa Amandine Ferrato completan el cajón. Ocho y nueve minutos fueron las diferencias. Marc Lauenstein fue el poco sorprendente ganador en categoría masculina, seguido de Thibaut Baronian y de Iván Camps, otro para el relevo.

Como rápido resumen, una edición de enmarcar, vibrante, sorprendente hasta cierto punto, rapidísima, espectacular. Un auténtico deleite para los aficionados a este deporte.
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