Cuando surgieron estas cuestiones, allá por la década del grunge (los noventa), concretamente en 1992, se decidió crear un asociación internacional que estableciese un protocolo de testado de
materiales y procedimientos de elaboración para delimitar unos valores que se consideren tóxicos para el organismos, y certificar si un producto se puede utilizar sin riesgo alguno para la salud.Nació entonces la Oeko-Tex Standard Association, como colaboración de numerosos institutos, principalmente europeos y japoneses; entre ellos está el Aitex español. Es algo así como una mezcla de organismos legislativo -una ISO, DIN o UNE- y una etiqueta de calidad -tipo EURONcap, las estrellitas de los impactos de los coches-.
Oeko-Tex primero dividió los productos textiles en cuatro grandes familias para ser analizadas dependiendo de su tipología: productos para niños (ej., peluche); productos en contacto con amplias superficies de la piel durante un periodo largo de tiempo (ej.: camisetas, sábanas); prendas para llevar en exteriores, con poco contacto con la piel (ej: chaqueta, relleno de un saco de dormir); y equipamientos (v.g., una mochila o un mantel). Lógicamente, cuanto más área de contacto con la piel, más tiempo y piel más delicada (niños), más restrictivos serán los valores límite. Por ejemplo, se permiten 0,2mg de arsénico por kilogramo de material en los productos para niños y 1.0mg/kg para el resto. Te puedes imaginar que la lista de productos que se testean es enorme y supera la capacidad de cualquier lingüista para inventarse palabras.
Fundamentalmente Oeko-Tex ha creado un protocolo de testeo
de productos en su parcela -"valoración de la calidad humano-ecológica de los tejidos"- que cada instituto seguirá para certificar el producto o el material en sí; y si lo supera, se emite un certificado Oeko-Tex Standard 100 de validez anual y renovable, legitimando que esa empresa o ese producto cumple lo requerido en cuanto a que sus materiales son respetuosos con nuestro cuerpo. Como curiosidad, una de la empresas que poseen este certificado es Buff (Original Buff SA).Con tal de sacarle dinero a las empresas -es broma-, los de Oeko-Tex se ha inventado otro protocolo y otro certificado: el Oeko-Tex Standard 1000. Se trata de un "sistema de análisis, auditoría y certificación para fábricas filo-ecológicas a lo largo de la cadena textil", es decir, una especie de sello ISO 9000 de ecología para empresas textiles, también durante la fabricación, no sólo en el producto a la venta y acabado: uso de productos no contaminantes durante la manufactura, evitación de ruido y polvo, purificación de aguas residuales y aire, etc, e incluso se meten en temas de seguridad laboral y no empleo de mano laboral infantil.
Ni que decir tiene que un servidor desconocía totalmente que existía esta asociación, un certificado tras muchas de las más renombradas marcas y alguien que, en definitiva, vele por nosotros. Por casualidad lo he encontrado y he tirado del hilo un poco. Muy profesional, me ha gustado.
+: Oeko-Tex Standard Association, Wikipedia - Oeko-Tex Standard Association, Oeko-Tex 1000, Condiciones Oeko-Tex Standard 100, Condiciones Oeko-Tex Standard 200, Condiciones Oeko-Tex Standard 1000
P.D.: hay que joderse lo que aprendes leyendo este gran blog, ¿eh?...
P.D.2: pensaba escribir que "ciertas revistas del mundo atlético podían levantar la vista de sus respectivos prepucios e informar de algo más allá de las tontunas a las que nos tienen acotumbrados"; pero al final me ha parecido un poco heavy y no lo he puesto...
alguna margarita había visto por ahí y no sabía de qué era, creo que poco trabajan los de oeko.
ResponderEliminarPd1: pues ´sí.
pd2: recomiendo lenguaje más apropiado, alguna revista estará circuncidada, y lo que observará será su glande, y otra tendrá un enfoque más femenino, con lo que se mirará otra cosa. Advertido estás.
Sí trabajan, pero lo hacen en la sombra; esto es algo que les repercute a las marcas, y la relación es profesional, pero alguien nos podría informar de cosas más allá de los Quest, lo típico y lo tópico. Menos mal que estoy yo que si no...
ResponderEliminars
Menos mal que estas tu, el prepucio y las margaritas, sino ¿que seria de nuestras desinformadas vidas?
ResponderEliminarFuera de coña, las revistas podrían currarse algunos reportajes de investigación muy curiosos, y raramente salen del sota, caballo y rey. Pero bueno, que viendo que algunos se dedican más a captar anunciantes, preparar viajes de colaboradores y negociar intercambios habría que achacárselo no a los redactores precisamente, si no que el tema puede que venga de más arriba.
ResponderEliminarDe todas formas, si me muerdo me enveneno, sí. Y como nadie levanta la voz ni lo más mínimo, pues el malo soy siempre yo...
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