Primera parte
Sexto relevo. En principio no le correspondía a David, pero Luismi no quería hacer noche, estuvo convenciendo con argumentos pueriles a David de que era mejor que saliera él, que si esto que si lo otro, era curioso verle, hasta me intentaba convencer a mí que no me tocaba. Se libró de la primera noche... pero no de la segunda. Todavía quedaban horas de noche y se las chupó David, siempre solvente. Por la carretera vimos algún equipo que ayudaba a sus corredores (algo prohibido), más tarde uno llegó directamente en coche, se bajó, pasó la bici por el detector del chip y se quedó tan pancho. Empezaba a flipar.
Mi lucha por dormir algo surtió por fin efecto, a eso de las 07h00 conseguí dormir una hora y media, que me sentó de maravilla, me levanté completamente nuevo y hasta que no caí en la cama, casi 20 horas después, no tuve sensación de sueño, contando con que llevaba día y medio casi sin dormir nada, es sorprendente.
Los relevos son de entre 2 y 5 horas. Entre que cargas la bici a ser posible lavada, ordenas un poco, se cuenta la batalla, vas al siguiente control, se prepara el siguiente, comes o mamoneas algo, se te ha pasado el tiempo y ya estás hacia el siguiente. Es una road movie, mola, aunque tiene parones, es bastante frenético, te vas encontrando con gente de otros relevos, vas mirando tiempos y puestos, comes lo que puedes, lavas bicis, compras algo de comida, repostas, todo rapidito. Apenas hay tiempo para echar una cabezada y es algo que hay que cuidar más y mejor porque vas acumulando cansancio. Se vive con intensidad todo, no sólo tu relevo -que por supuesto es el más duro, el que más ha sufrido, el que más problemas ha tenido y el que más fácil se lo ha dejado al siguiente-, y el tipo de carrera es muy guapo, la furgo, el coche o la autocaravana se convierten en tu casa, donde vives apiñado, desconectado del mundo y feliz de la vida. Día y medio -en nuestro caso- se pasa volando, ni te enteras, y eso es que te ha gustado, no se hace nada largo, aunque sí duro.
Séptimo relevo. David se ha marcado otro buen relevo, recupera puestos, cede el testigo al más máquina, Luismi, en una posta que sospechábamos iba a ser dura. Y lo fue. La gente iba llegando con cuentagotas, con menos soltura de pedaleo y muchas medias se fueron a la mierda. Acabando el relevo empezaba a llover... y me tocaba a mí. La verdad es que alucino con Luismi, lleva ya dos relevos a ritmo fuerte y no aparenta cansancio.
Octavo relevo. Me toca. Luismi ha llegado en un grupito de cuatro, salimos alegres pero ya a ritmos más razonables, no quiero dar la cara y cuando lidero pongo mi ritmo... que suele ser más lento que el que los otros llevaban, pero tengo 86 km por delante y no quiero hacer tonterías, un error lo puedo cometer porque estoy perdidísimo de cómo debo ir, dos sería imperdonable. Nos pasamos un par de cruces, sigo sin ver el puñetero GPS. Llevo el Fénix 2 como respaldo y veo infinitamente mejor la pantalla bicolor del Fénix... pero en el anterior tramo dejó de seguir el track, se atascó y me dejó con el culo al aire. Toquetando tratando de no estamparme me doy cuenta de que tengo el zoom del Fénix en 200 km no en 200 m, la madre que me parió. Fue un error dejar la neurona en casa. Lo pongo bien y ya voy de cine, se ve de maravilla, contrasta mucho mejor que la pantalla de color del Edge y me da seguridad. Un precioso senderillo con una presa de fondo me hace reencontrarme con lo que entiendo por mountain bike, vamos a buen ritmo, ligeros, hay buen rollo en el grupo y me lo paso bien. Dos de los miembros se quitan chaqueta y les esperamos, mola ir así. Cogemos carretera, vamos bien, llueve con cierta intensidad. Uno descubre que va sin GPS, con lo que no puede dejarnos. Me noto con cierta fuerza pero voy pensando mucho en lo que me espera. Mi entrenamiento es muy justito, no sé cuántas veces habré hecho más de 80 km en mountain pero se cuentan con los dedos de una oreja, no es que me dé miedo (al final es un deporte en el que vas sentado, esto no es ni deporte, qué coño, dejémoslo en actividad), pero no me quiero llevar mal sabor de boca. Cerca de acabar esta parte de asfalto, no larga, ya dentro de Portugal, nos hemos separado en dos parejas (luego me enteré de que otro iba sin GPS...), ya sabéis para qué llevaba yo dos, ¿no? Con el que iba se le notaba sobrado, me decía que si un puntito más, que si me pegase a él y tiraba, que si leches en vinagre. Que no macho, no cuela, que he muerto una vez, no me vas a pillar ni tú ni nadie, voy a mi rollo. Aun así, vamos bien de ritmo, nada de paseo, subo bastante bien, llaneo pobremente, bajo decentemente. Sigue lloviendo, pasamos charcos que podrían considerarse mares, alternamos pista con algún tramo de asfalto. Nos encontramos a un portugués que ha roto el cambio, no lleva tronchacadenas, le doy mi multiherramientas -y creo que ya la he visto...-, y aunque no me apasiona quedarme sin herramienta entiendo que debo hacerlo. En el otro relevo uno que estaba hinchado con bomba me pidió una bombona de CO2, no llevaba, pero si la hubiera llevado quizá me hubiese pensado dársela: para qué os creéis que llevo mochila, hermosos. Alucino. A ver. Vamos a etapas de 60-100 km, por un sitio que no conocemos, sin marcar, por campo, con terreno impredecible, encima con lluvia y barro por tramos, ¿y vais a pelo? Uno que se queda sin luces y no lleva frontal, otro sin troncha, gente sin mochila y nada en los bolsillos. ¿Estamos tontos o qué? Yo llevaba herramientas, dos cámaras (una con líquido), parches, dos luces cuando tocaba noche, móvil en doble bolsa estanca y dos GPS. Es lo mínimo. Lo otro es jugar a la lotería. No lo entiendo y me parece una estupidez, no voy a empezar con lo del material obligatorio porque digamos que en bici no es una cuestión de seguridad, sino de acabar la carrera o no, así que me resbala bastante, pero me parece poco inteligente.
Pero bueno, yo a lo mío, seguía intentando ir rápido, sin que el que iba sin GPS me calentase demasiado y tratando de no cagarla. En un tramo de asfalto rondábamos los 35-40 km/h, en pistas íbamos sueltos, y comía y bebía bien. Pasábamos una cantidad de enormes charcos que nos dejaban finos de mierda, bendita visera para la lluvia y guardabarros (¡el único que los llevaba, tolaiiiiissssss!), no quería mirar los kilómetros pero la cosa marchaba. La verdad es que ya empezaba a ir algo mosca con los valores morales de algunos, y al llegar a un raqueta alrededor de un ¿instituto? me pensé si atajar (eran 20 m) o dar la vuelta completa, pero como yo llevaba el GPS y el otro me seguía, decidí darla, 600 m y dos minutos, dudo que la mitad de los corredores lo hiciera, así de claro lo digo. Lo hice porque el recorrido era por ahí y porque hay que respetar las señales de tráfico como nos habían dicho. Me parece obvio.
Luego nos pasamos como una hora por un inmenso bosque sin fin, con enormes charcos, terreno a veces algo magnético, me voy cansando poco a poco. El tipo con el que voy va algo desesperado porque va sobrado pero, amigo, hay que hacer algo más que pedalear. Cerca de acabar la etapa nos alcanza un chico, creo que mejicano, se me van los dos con facilidad, qué le vamos a hacer... pero me salto un cruce, veo dos huellas de derrapadas y supongo que ellos también se lo han saltado, pero al volver al camino bueno veo que no eran sus huellas, que ellos están volviendo también, se habían ido. 100-200 m mientras yo 10. Les cuesta unos 3-5 km alcanzarme de nuevo. Repito, no todo es pedalear.
A tres míseros kilómetros de meta me acerco demasiado al colega sin GPS, saco el pie y doy un rápido zapatazo para evitar el "afilador" (tocar tu rueda delantera contra su trasera), pero creo que al decir 'uy uy uy' el colega gira la cabeza, se mueve un poco, toco y me voy al suelo. Afortunadamente sin demasiada velocidad y sobre verde, pero el zapatazo que he dado para salvar la caída rápida (25 km/h -24,82 km/h según la telemetría, para ser más exactos) me duele una barbaridad, pienso que me he roto el dedo, dolor insoportable. Sigo, jodido, voy a llegar, pero a ver si me voy a haber cascado el dedo. Pregunta de Trivial, ¿con qué pie di el zapatazo al suelo? Fijaos bien que no es tan fácil.
Llego a Ponte de Sor y doy mi relevo. Me dicen mis compañeros que alguno ha llegado limpito. Y me empiezo a cagar en la puta madre de todo lo que se menea. Llego yo hasta las cejas de mierda, peleándome con charcos que podrían albergar varios monstruos Ness y otros cabrones se chupan la etapa por carretera. 92 km me han salido (no 86), pensé que eran 500 m positivos y son 900, me ha llovido media etapa, me he cepillado media transmisión (en barro sufre muchísimo), me he calzado una hostia, he apretado el culo para que otros vayan cómodamente por carretera, no vaya a ser que se manchen o despeinen. Pues me cago en vuestra puta estampa.
¿Y la organización? Claro que es su responsabilidad, parcialmente pero lo es también. Creo que para que no haya desvaríos la organización debe ponerse la pilas en este aspecto, es su deber porque debe garantizar la competición ecuánime, en igualdad. Se pueden hacer varias cosas y no tiene que encarecer nada. Se puede no, se debe, porque es una competición, un deporte con reglas. Hay que controlarlo mejor. Personalmente no me preocupa ser el 40º, 67º o 22º, se ve que a otros les va la vida en ello: pedazo de gilipollas, que es lo más fino que se me ocurre, la organización debe mejorar en este aspecto, pero quizá debería empezar por pedir un coeficiente intelectual de al menos dos cifras. En qué cabeza cabe ir por carretera cuando es una carrera de montaña. Imbéciles. Ahora entiendo aquellos que nos llamaron en la cuarta etapa, iban a meterse un tramo largo por carretera, valientes bastardos. En fin, el deporte es un reflejo de la sociedad en la que vivimos, del atajo, el pelotazo y el listo de turno. Ya digo, la organización debe estar más al loro, pero es como culpar a la policía de que haya delitos. Me producís asco, tramposos de mierda, por gentuza como vosotros algunos deportes quedan marcados, algunas carreras desaparecen y a algunos se nos quitan las ganas de competir. Un par de minutos de cabreo, pero he disfrutado el tramo, a pesar de la lluvia, el barro y la dureza, he ido bien, la etapa molaba, estamos acercándonos a Lisboa y esto es lo que vale.
(Sé que se van a tomar medidas al respecto de tramposos y alguno parece que fue penalizado. Me alegro. La organización sabe bien de qué va todo esto, son muy profesionales, y una prueba no puede mancharse con algo tan "tonto".)
Noveno relevo. En realidad me la suda (casi) todo, y mientras me doy una reconfortante ducha caliente (cuánto se agradecen estos detalles de humanidad) ya está Fernando chupándose su tercer y último relevo. En diez relevos a repartir entre cuatro personas, lo más normal son dos corredores que hagan dos relevos y dos de tres. David y yo fuimos los comodones, y la verdad es que hacer un tercer relevo fuerte requiere de buena forma física. Lo hubiera hecho, claro (ya he comentado mi teoría de que deporte que se practica sentado ni es deporte ni es na), pero no creo que a un gran ritmo. De hecho tras el primer relevo tenía serias dudas del rendimiento del segundo, pero afortunadamente recuperé bien. Este relevo de Fernando era bastante llano (+500 m), rápido y con final nocturno en nuestro caso. Fernando lo volvió a hacer muy bien.
Décimo relevo. 100 km (otros decían que 90) por delante, todo asfalto, neumáticos a tope de presión, tres horas como mucho le decimos a Luismi, como tardes más nos vamos al hotel. Y nosotros a la bonita Lisboa en fregoneta, localizamos el hotel, descargamos con cierta prisa, aparcamos de aquella manera y a esperar, está al llegar. Y pasa el tiempo. Y pasa más tiempo. Qué leches pasa aquí, por qué no llegan. Y que no llega. Josef Ajram, al que teníamos al lado, pudo tuitear 2544 veces :) hasta que llegó nuestro (y su) relevista. Alguno ya pegaba topetazos de sueño cuando llegó Luismi. 100 km, casi nada de asfalto, mucho barro, zonas casi impracticables... y con las ruedas a tope de presión. Y quién sería el cabrón que dijo que era todo asfalto. Obsérvese la foto de meta, cómo va la bici de barro... ehhhh, te creemos, no fue asfalto. Y nosotros con un fantástico road book preparado por la organización y nos fiamos del primer soplagaitas que opina sin saber. Encerrona de libro. Anda que si llegamos tener unos slick y se los ponemos ya hubiese sido el descojone. En fin, menos mal que el tipo este es más fuerte que el vinagre que si llego a ser yo tiro la bici al Tajo. Recogemos cosas, vamos al hotel y duermo como los niños pequeños (pero sin dar por culo a sus padres). Se acabó. Satisfechos. Buena experiencia.
Amanezco pronto, me voy a trotar un poco en ayunas para probar el dedo por la bonita zona del Parque de las Naciones... y bien abierto el apetito, ataco el bufet con saña. Como si hubiera hecho 28 relevos. Vamos a la entrega de trofeos, hemos pillado algo (2º prensa... no comments), y cuando estoy tranquilamente hablando por el móvil veo que ha empezado la entrega, y coño, si mis compañeros están arriba, repto entre el público presente y me subo al podio ágilmente sin que nadie nadie se haya dado cuenta. En fin, en mi línea.
Larguísimo viaje de vuelta (saludos a los compañeros catalanes que aún estarán en carretera, juo juo, esos sí que tenían tomate), y buen recuerdo. El concepto de carrera, la compañía (y eso que sólo conocía a uno de los tres), las vivencias. Molan. Como a veces me repito, para cosas así hago deporte. Merece la pena, la idea de la carrera y el concepto de desarrollo están guapos, une dos grandes ciudades a tomar por culo uno de otra, que en día y medio y con nuestras patas hemos cubierto, es acojonante. El ambiente en general es bueno, en tu medio de transporte casi seguro que excelente, porque al final casi todos estamos cortados por el mismo patrón, y vas a lo mismo, a pegarte buena pechada pero a disfrutar. Y eso lo hice. Lo hicimos. Otro gran fin de semana gracias al deporte, que recordaré con cariño.
s
+: Powerade Ion Madrid-Lisboa
Jajajajaja, en tiempo no reia a lagrima viva leyendo un blog, ha sido con la pregunta del trivial!!
ResponderEliminarEl dedo bien?
queda apuntada como pendiente, si no se les va la castaña con los precios de las inscripciones!!
Como siempre, un placer leer tus crónicas. Parece que uno hubiera estado allí, hecho la carrera...pero sin cansarse, jaja.
ResponderEliminarDedo con color sospechoso, pero bien. Está la uña en una 'entreplanta' como salida. La doy perdida, claro.
ResponderEliminarMola la carrera, os animo a hacerla. Tampoco es para matarse, ¡se va sentado!, casi como estar en el sofá con el mando a distancia, je je.
Saludos,
s
Como tenemos la cabeza así pues no nos damos cuenta de cuando hacemos animaladas, pero sí que podemos distinguir cuando las hacen los demás y esta que habéis hecho lo es. Más que por el terreno o el desnivel (que tiene lo suyo) lo digo por el concepto, dos ciudades realmente lejanas. La próxima vez que vaya por allí pensaré que hay "capullos" (+amigos) que hacen lo mismo que los coches pero en bici. Y con amigos.
ResponderEliminarLa animalada es hacerla en solitario, eso sí me parece heavy de verdad. Pero entre cuatro, puedes petar, vas muy cansado si no consigues dormir, pero es más que tolerable. Y si no, cortas ritmo, pero no más. Pero sí, flipa ver lo que has cubierto en día y medio,, es la caña, se va a ritmo y salen kilómetros a saco. Curioso verlo en un mapa.
ResponderEliminarSaludos,
s
Uy ese dedito! alucinante, es que no tengo palabras niño
ResponderEliminarEstá dando la coña más de lo esperado, pero bueno, pasará (caerá, digo), supongo.
ResponderEliminars
(Perdón por responder con demora... estaba petando a lo heavy en UTGS, uff que mal).
ResponderEliminar-Pensé que te ibas a calentar más con lo del trampeo, jeje. Estoy de acuerdo en que no se puede culpar a la policía de que la gente robe... pero sí de que sepan que se está robando y no hagan nada para atajarlo (y este verbo va con segundas).
-El concepto sí que mola, tiene un algo de aventurilla, y cuando al acabar lo piensas es la caña. Pero coincido contigo en que es muy asequible; demasiado para tíos aguerridos como nosotros que siempre buscamos el "y yo más" (modo irónico off).
Algún día había que hacer una de estas en individual (tu sabes de alguien que seguro irá), o en pareja, que también le llega.
Por si te sirve de referncia, el año pasado coincidí con un chaval que iba sólo con un compañero, su hermano además, y hacían los relevos de 2 en 2, mientras el otro hacía el traslado con el coche (no llevaban asistencia y si no lo hacían así no le daba para dormir algo al que "descansaba"). Al acabar imagino que dormirían tres días seguidos allí en Lisboa.
Cuida esos dedos.
Saludos.
¿Cagarme en la puta madre de alguien te parece calentarme poco? ¿¿¿Qué esperabas??? Afortunadamente no tengo el botón del invierno nuclear al alcance. Estoy de acuerdo, la organización tiene que mejorar en esto, pero el 95 % sigue siendo de los participantes.
ResponderEliminarEso es, aventurilla asequible. Solo es muy bruta yo creo (intuyo que uno que conozco la hará el año que viene, sí), y en pareja dura de cojones también, pero en pareja y sin asistencia roza el infierno. Lo bueno, es que modalidad de tres y mejor de cuatro, la acercan al vulgo, y eso está bien. El concepto me ha gustado bastante.
Saludos,
s
felicidades Sergio , lo has pasado bien y lo has disfrutado que es de lo que se trata, respecto a los tramposos es que es para reventarle la cabeza a mas de uno , pero es lo que hay , imposible acabar con ello, probabilidad pura y dura
ResponderEliminarcuídate lo del dedo
Hombre, actitudes violentas tampoco, pero un escarnio público sí me gustaría. Sí, lo pasé bien, exactamente a eso iba.
ResponderEliminarSaludos,
s
¿Qué dedo?
ResponderEliminarSPJ
Ven que te lo enseño.
ResponderEliminars
Muy apetecible esta carrera, me la apunto en la agenda de futuribles con prioridad. Lastima lo de los 'acortes asfalteros', parece que hoy en dia ya todo vale. Enhorabuena por la carrera, de la cronica se deduce que lo pasasteis bien. Eso si, finales de septiembre en este recorrido....no creo que a priori contaseis con esas lluvias, jajaja.
ResponderEliminarEn efecto, parece que todo vale, joder, qué asco damos. Sí, me lo pasé bien, hay veces que se va a morir, y veces que se lo pasa uno bien (aunque se muera un poco también). Septiembre no debería de ser de lluvias por esa zona, pero un 25-30 % habrá fácilmente. Fui al que más me llovió del grupo y la verdad es que fue muy soportable, nada de frío, no lluvia fuerte, bien, esta vez no lloré mucho.
ResponderEliminarSaludos fiera.
s