Hace un año escribía por qué consideraba que Gary Robbins no merecía acabar la Barkley 2016. Una edición después, y sin haberla conseguido por muy poco, me apena que este año no lo haya logrado.
Gary no es alguien a quien siga ni le tenga en especial consideración, ni buena ni mala, pero el cambio respecto al pasado es importante, considero que esta vez sí ha seguido las peculiares reglas (las escritas y las que no) de la no menos peculiar prueba y la imagen de Gary tirado en el suelo balbuceando no sé qué son ya historia de la carrera. Para su gloria. La de la carrera, digo.
Los medios han prácticamente despreciado al ganador, John Kelly (otro que va para mito), como en una especie de reedición local de carrera al polo sur, donde un homicida (involuntario, pero homicida) como Scott ha pasado a la historia como un héroe, dejando, aparentemente, las migajas para Amundsen, no sólo ganador de la carrera, sino el ejemplo a seguir, la referencia de gestión y que merecía ser objeto de culto de toma de decisiones en todas las escuelas de negocios del mundo.
Tras un titánico esfuerzo de dos días y medio, y a modo de rápido resumen para el que haya estado en una cueva el pasado fin de semana, a pocos minutos de acabar Gary tiró por donde le vino en gana para llegar como buenamente fuera a meta. Seis segundos tarde. Llevaba las famosas trece páginas de los trece libros pero Barkley no es una carrera de orientación, hay que seguir un recorrido aunque no esté marcado. No fueron los seis segundos. Él lo reconoció. Tras 60 horas le honra como persona. No veo atisbo de intento de trampa, diría casi que tras 60 horas no tienes ni la picardía de hacerlas, fue pura "supervivencia deportiva". Y poca claridad de ideas. Nada que reprochar a esas alturas. Y quien lo haga, que pase dos noches sin dormir e intente hacer sencillas operaciones matemáticas o ejercicios de lógica. Como para tomar decisiones claras en momentos de estrés. No lo gestionó correctamente, no hay duda en la descalificación, no me apena especialmente en el plano deportivo dado que todos los años en mil carreras hay escenas parecidas, si no es un fuera de control es una inoportuna lesión, si no es una pérdida cerca de meta es una centésima para una mínima olímpica.
Me apena la parte humana. Porque todos hemos vivido decepciones deportivas y personales, porque nadie se merece algo así, porque quizá ahora esté todavía en una nube -o no- con toda la atención generada, pero caerá, entiendo que lo hará, no sé qué sentimientos tendrá cuando lo haga pero no muy diferentes a los tuyos o los míos cuando hemos sido Garys en otras situaciones. Y es de las caídas que duelen y dejan cicatriz. "Un error fatal a falta de apenas dos millas que me persigue" dice en su blog, me da que ya ha caído. Es cierto que esto no deja de ser poner un pie delante del otro, pero tampoco es menos cierto que ponemos el alma en ello. Desde una perspectiva absolutamente racional no tengo muy claro que sea sano volver a intentarlo, aunque lo contrario lo entendería de igual modo. Por la sinceridad, por sus palabras de reflexión posteriores -y no tanto por el esfuerzo, la gestión o la velocidad-, creo que ha entendido perfectamente qué es Barkley y que merecía ser el decimosexto hombre en conseguirlo. Enhorabuena.
s
Lo merecía o no, yo que se!!!!, opiniones personales.
ResponderEliminarA mi me parece no, Gary se equivoco, no hizo las cosas según se marcan en reglamento y además le sobraron 6 segundos. Se lo merecerá, ojala si.
Lo del año pasado me parecio tomadura de pelo pero es lo que habían hecho otros en años anteriores en su debut, Jared Campbell, el corredor mas laureado en Barkley, lo hizo en su debut pero no esta prohibido hacerlo.
Yo quiero que vuelva, quiero que la termine que inscriba su nombre, este año se ha pegado una buena currada de entrenos enfocados a la Barkley (se puede ver en su Strava y en su canal de YouTube, putas RRSS) seguro que estará ahí el año que viene.
Yo es que siempre he sido de los segundos, de los malos, he odiado siempre a los ganadores, a todos aquellos que triunfan sin demasiado esfuerzo e idolatro a toda aquella gente que es capaz de levantarse una y otra vez y perseguir aquello que quieren.
Que fue un final cruel? Seguro, pero la victoria sabra mejor.
PD: No he sido capaz de encontrar la mejor foto, una de Robbins recién llegado en la que se ve al barbas cabron mirándole con una media sonrisa que parece decir "No seas llorica, no ha sido para tanto"
Besitos
Yo tampoco sé si lo merecía, de ahí las comillas del título, pero me es sencillo empatizar con la persona "derrotada".
ResponderEliminarLo del año pasado es algo que se hace muy a menudo, sí, Laz debería plantearse hacer salida contrarreloj, le voy a mandar un mail, coño.
Sólo él sabrá si va a volver, y no ahora, yo me lo pensaría bien. La historia tiene morbo, su patrocinador se estará tocando, pero debe ser inteligente/egoísta y pensar qué quiere él hacer, no es una decisión fácil, yo me tomaría quizá un año sin Barkley. Que él decida lo más libremente posible, pero para estas cosas las redes son una trampa.
Fíjate que creo que entre la ironía y el hijoputismo, una foto de un abrazo creo que es de lo más sincero. Nadie está perdiendo la vida ni a un ser querido, pero Laz fue ultramaratoniano en sus años mozos, sabe lo que es la decepción perfectamente, y ver a un hombre abatido no creo que sea del agrado de nadie, ni incluso al personaje Laz cuyo santo y seña es la ironía y la mala leche. Pasado un tiempo prudencial, cuando el canadiense se recupere, sí, le veo haciendo sorna de/con él, pero todo esto es parte de la carrera.
Arrumacos,
s
La verdad es que imaginarse a Gary Cantrell (aka "gordo barbudo cabrón") con cara hijofruta y riéndose mientras tu estás destrozado y sin haber conseguido completar la Barkley es para tener pesadillas durante unos cuantos años.
ResponderEliminarDa mal rollo el tío...y en los vídeos da la sensación de que disfruta sádicamente del fracaso de los participantes. Yo creo que la motivación de muchos para conseguir triunfar es conseguir borrarle la sonrisa al barbas.
Pero hasta Laz tiene su corazoncito, estoy seguro. Bueno, lo espero, más bien. A pesar de que sea un cabronazo con barba, claro, y alma de semejante evento. Mola a la vez que da repelús.
ResponderEliminarSaludos,
s