Tras hablar en su día sobre dónde se fabrican las zapatillas que usas con Juan González, me vuelve a llamar y vuelvo a estar disponible. Temática: nuevas marcas de zapatillas. Tras unos primeros años de implicación de marcas de atletismo (hablo de los 90) con Nike, Fila o Adidas éstas perdieron el interés a las que sucedieron marcas de raíces montañeras (The North Face, Mammut, Haglöfs, Tecnica, La Sportiva, Scarpa) incluidas algunas de origen níveo (Salomon, Dynafit) y alguna que otra 100 % trail running (Raidlight o Innov8). Recientemente han surgido otras también cuyo origen no es otro que el trail (Nnormal, Naked, Speedland), las atléticas se vuelven a animar con cierta fuerza (Brooks, Adidas, New Balance) y las montañeras han tenido un desigual desempeño con lo que unas se retiraron "a lugar seguro" y otras han seguido invirtiendo y recogiendo beneficios de ello.
Tomamos en nuestras conversación y de una forma casi aleatoria tres ejemplos recientes: Karhu Ikoni Trail 1.0, Speedland y Naked.
Karhu es una empresa con casi un siglo de existencia (con lo que en la categoría de nuevas marcas precisamente no encaja pero es para entendernos) con años muy buenos en España en los 90 y muy irregulares desde entonces. Es la "última" empresa de atletismo en llegar a la escena del trail running con un modelo que parece bastante decente, rodador y amable, veremos si están para quedarse. Hice un hilo de ellas hace un mes.
Justo cuando nos disponíamos a hablar de ellas va Speedland y lanza su nueva zapatilla para media-larga distancia, las GS:TAM, de la que también hice hilo. Precio aparte, Speedland propone un pull de tecnologías (Michelin, Dyneema, Pebax, Boa) que bajo las directrices de dos exempleados de Nike, Puma o Under Armour conforman una zapatilla interesante y con soluciones innovadoras. Si no las vemos más es por su precio y por no venderse aún en Europa, en realidad no dejan de haber nacido ayer pero tienen varias razones para ser comentadas por dos flipaos del material como Juan y un servidor.
Acabamos con las Naked, un proyecto que no me cuadró desde el principio. Hilo. Me explico: sin investigar demasiado intuyo que Naked puede facturar -con suerte- 2-3 millones de euros siendo generoso, tener de 6 a 10 empleados... ¿y te lanzas de cabeza a hacer una zapatilla con la inversión que implica? Su reducidísimo catálogo se resume en mochila, cinturón y merchandising (camiseta de algodón, gorra). ¿Me sigues? Cómo das ese salto olímpico es algo que no sé pero especulo. Tres posibilidades: una, que te llegue una fuerte inversión para acometer el proyecto, de hecho la tienen en abril de 2022 pero no se corresponde en la línea temporal porque la zapatilla estaba hecha y casi a la venta; que intentes aumentar el valor de tu empresa echando el resto en un proyecto llamativo, buscando que te compren o que alguien con pasta entre en el nuevo El Dorado, el trail running; o tres, que sea un diseño hecho por una empresa externa y poco más o menos le pongas tu logo previo pago con exclusividad de que nadie más puede usarla, algo que ocurre en esta industria y que el ojo entrenado sabe detectar. Además de los buenos acabados, tecnologías y demás te decantas por una zapatilla bastante nicho (baja, rápida, botín alto) que, siendo una empresa estadounidense, a priori pega aún menos. No sé cuál es de estas opciones es la correcta (si es que es una de ellas) y supongo que moriré sin saberlo (snif) aunque me decanto por una de las mencionadas pero que no me vais a conseguir sacar.
Pues eso, que si gustas, lo tienes en diversas plataformas de podcasting, por ejemplo, Ivoox o Spotify (aprovecho para recomendar la serie Playlist de Netflix sobre esta última).
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