miércoles, 9 de diciembre de 2009

Trans 333 - Tres días (1): a cansarnos

No es una norma en mí levantarme descansado y habiendo dormido bien el Día D-1; más me valía en esta ocasión hacerlo con buen pie porque me esperaba previsiblemente la mayor paliza de mi vida deportiva. Desayuno, últimos preparativos, y primera baja: Giuliano, un colega italiano, amanecía con 39ºC de fiebre y no era conveniente que tomase la salida. Últimas recomendaciones del organizador, ‘puja’ a Alá para que nos dé fuerzas, y un cuarto de hora más tarde de lo previsto, salimos a lo desconocido, ese gran imán que a muchos nos atrae.

Nos faltó dejarlo por escrito y legitimado por un notario, pero debíamos salir tranquilos sí o sí; ni el objetivo de Juan Carlos ni el mío era el de competir, “sólo” queríamos llegar, y a por ello salimos juntos y con calma, primero cruzando la localidad de Mhamid y luego afrontando los primeros diez kilómetros de arena y ‘dunettes’ (dunas pequeñas que no son una sucesión continua y suele permitir correr entre ellas, no subirlas todas). Cada uno tomaba su camino, pero desde el principio tuve claro que si yo llevaba la navegación sería lo más sencilla posible, incluso a costa de que la distancia recorrida fuese mayor. Y esto que parece una obviedad aquí, en faena, con la pobre perspectiva de unos ojos a 1,50m del suelo y viendo a rivales por delante, puede suponer hacer los clásicos ‘todo recto’ no siempre ventajosos. De hecho, poco después de empezar iba viendo con estupor lo poquito que sabe la gente de navegar; casi me creo un finlandés en los bosques nórdicos volando con un mapa en comparación; suena feo y se ve peor cómo la gente iba directamente de punto a punto del GPS sin plantearse pistas paralelas. Daba pena verles, cruzando campos de piedras, quitándoles un poco de reservas a sus pies, mientras nosotros íbamos por pistas decentes… callados como putas, claro…

El factor viento sabíamos que nos afectaría gracias a las certeras previsiones de France Méteo, y dieron de lleno; viento bastante fuerte (no menos de 30km/h), muy poco agradable cuando sabes que te espera una recta de 100km por delante. Creo que no hace falta ni decirlo, pero era en contra, claro, faltaría más. Calorcito el justo, iba con el chubasquero Raildlight rojo puesto desde la salida y aunque veía pulsos altos en parte porque iba con calor, no me sobraba tampoco mucho.

Ninguno de los dos somos cojos, y en el primer control, ya habiendo rebasado a unos cuantos, no creo que estuviéramos en las primera mitad de la clasificación, cosa que me sorprendía. CP1, km25, y más de la mitad de arena, cuando el organizador nos había dicho que no había… menos mal que uno no se fía de nadie. Tiempos en lo previsto, comemos algo rápido, a por la primera maratón.

De nuevo veo alucinado cómo la gente se mete en unos pedregales de espanto por seguir su GPS mientras nosotros transitamos a su derecha, a 100, 200, 300m, a medio kilómetro, los dejamos de ver en el horizonte, confío en el trazado que me curré gracias a Google Earth y mapas, incluso vemos a un tipo que este sí se orienta bien y va aún más a la derecha de nosotros; ir solo supone cierta intranquilidad, no ver a nadie durante horas sabiendo que ellos sí siguen todo lo dictado por la organización requiere cierto temple; yo lo suelo tener y aún así voy intranquilo a ratos; lo que no sé es cómo ni una vez Juan Carlos dudó de mis pobres dotes navegadoras y me dejaba hacer. Llegamos al CP2 cada uno por su lado, habiendo adelantado a algunos corredores y reafirmándome que el todo recto rara vez es rentable.

Yo ya voy un poco cansado del viento, sopla bastante fuerte, nos desgasta y aún así estamos cumpliendo las previsiones marcadas de tiempos de paso, incluso también con el lento terreno que hemos encontrado a ratos. Creo que vamos algo rápidos, no por la velocidad en sí, sino por el viento inclemente, pero me lo callo. Al poco de salir compartimos metros con Florence Gay, una mujer que nos impresionó por su fuerza; poco después al colega yankee Mark, al que se le veía algo cansado, pero con el que hicimos todo el tramo hasta el CP3. En la foto parece que llevo el cortavientos con un peto de motocross debajo; no, evidentemente, es el viento. Esta sección nos llevaría al borde del magnífico Erg Chegaga, preciosas e inmensas dunas que no cruzaríamos, y menos mal porque algunas tenían alguna decena de pisos de altura. Seguíamos por pistas pedregosas con algunos bancos de arena intercalados, tratábamos de mantener un ritmo correcto, sin descolgar a Mark y sin excedernos en la lucha contra el viento. Sorprendentemente justo antes de las dunas había amplias zonas verdes, signo evidente de que debajo, a poca profundidad discurre agua, como en la mayoría del Sâhara, una inmensa reserva de agua. Seguía entretenido con el GPS y viendo el paisaje, que es lo que tocaba a estas alturas de carrera, relajarse y que pasen los kilómetros debajo de tus pies.

El atardecer nos caía cerca del tercer control, empezando a sentir algo de cansancio y tratando de no pensar que con la dura maratón y media de viento, arena y piedras que llevábamos, nos quedaban seis y media. CP3 y mucha gente buena por aquí. Nos gusta, eso es que estamos gestionando bien la carrera, dado que el primer control nos llevaban los primeros más de media hora y aquí estábamos con el grupo perseguidor al que habíamos perdido de vista tras los primeros diez kilómetros. Al quitarse las gafas Mark le vemos bastante mala cara y evidentemente está sufriendo demasiado para estas alturas de carrera; ya se ha deshidratado una vez, le recomendamos tomárselo con calma, y salimos poco antes del anochecer a por un tramo que preveía de arena. Luna llena, se pone el sol rápidamente, preciosas dunas a la izquierda, de nuevo nos encontramos con Florence que había salido un cuarto de hora antes que nosotros, frontal a mano… empieza la primera noche, si salimos enteros de ella, estamos en el buen camino.
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10 comentarios:

  1. Más, mas, quiero más. Aunque como tendras mucho por explicar es positivo que lo presentes por fasciculos.

    Increible la experiencia. Me esta gustando. De alguna forma, cuando lo explicas es como si lo vivieras de cerca.

    Saludos
    Luis
    PD1: Me atrae especialmente lo de las alucinaciones.

    PD2:Algun dia(no en estos fasciculos) podrias explicar como has aprendido a orientarte mejor. Supongo que la experiencia es un grado pero seguro que tendras algunos consejillos.

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  2. con esas pedazo antenas que llevas en la mochila no me extraña que no te perdieras, el año que viene una parabólica, y te sirve para refrescar los pies al final de la etapa.

    seguirá la sonrisa en posteriores entregas?

    ya estás tardando.

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  3. Luis, acabarás harto, te lo aseguro, je je.

    Para alucinar aún queda, segunda noche.

    Orientarte tiene mucho de lógica y de estar atento; el GPS si sólo usas puntos sólo te dice 'pallá', y puedes ir todo recto o estar despierto y buscar alternativas, que a veces funcionan y a veces no. No tienes que contar pasos, no manejas rumbos, es muy sencillo con un GPS, simplemente es hacerlo un poco más cómodo o no, pero llegar siempre llegas a tu destino. Requiere levantar la mirada del suelo, fijarte en pisadas de los de delante, incluso en Libia me orienté por cagadas de ovejas: suena a coña, pero no, teníamos que cruzar un collado y un rebaño siempre lo hará por el sitio más fácil, vi cagaditas, las seguí y me confirmó hacia dónde ir.

    DD, si llega a soplar a favor meto una camiseta por los palos y hace de vela, pero no, soplaba en contra, y bien. También sirve de pararrayos.

    Me da que la sonrisa se diluirá tarde o temprano...
    s

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  4. Primer aperitivo de la gran paliza... seguimos atentos al monitor

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  5. Estupendo por animarte a contarlo! Ya estás tardando, este cuelgue es peor que cuando te enganchas a una serie en TV. + + +

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  6. Otro más impaciente por que llegue la segunda entrega, como bien dice Xocas más enganchados que a las series de tv...

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  7. Buena crónica , MANA, para los aventureros en paro.Pero lo mejor ver tu cara de felicidad haciendo eso que nos da vida al 100%, viviste amigo , joder que bien.

    Jaume

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  8. Pronto segundo episodio.

    Jaume, viví, sí, es lo grande de estas experiencias, vives un huevo en un rato, bien lo sabes. Por esto nos tienen tan engañados los organizadores y nos pegan los estacazos que nos pegan, porque saben que vivimos algo muy especial.

    Saludos a todos,
    s

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