Pulka. Se llama pulka, no trineo. Y si no existe la palabra,
o usamos la apropiada de otro idioma o la adaptamos.
Posiblemente sea la parte del equipo más peculiar de todo lo
que llevaba, el que casi no podía probar, y uno de los más costosos. De la Rock
& Ice me traje la mala experiencia de arrastrar estas mierdas de chismes, sentía que me frenaba muchísimo el avance y acabé odiándolos. Mis caderas y yo. Pero para
temas polares y sucedáneos, es la mejor alternativa para cargar la gran
cantidad de equipo que necesitas. O la única, más bien, porque llevas mucho peso, la mochila no es una alternativa excepto en terreno muy roto y pocos días.
Aunque tras una sencilla búsqueda encuentras pulkas con
facilidad, fuera de España, se entiende, la oferta se suele reducir a dos
modelos, a cada cual más simplón, uno azul y otro naranja. Sé que uno se llama
Paris, el otro ni me digno a buscar su nombre. Yo llevé el naranja, prestado en la Rock
& Ice, muy plano, apoyando toda la panza, deformable, buenos plásticos para
bajas temperaturas, pero nadie serio debería llevar algo así, y sin embargo se
ven en algunas expediciones cachondas. Tras unas cuantas búsquedas por esas
redes maravillosas di con La marca. Cuando leí que era el pulka de Borge
Ousland, Mike Horn o Göran Kropp me convencí (quien haya leído y seguido a
estos tipos sabrá de qué hablo), pero cuando vi las tarifas se me pusieron los
ojos blancos: los pulkas buenos son caros. Ni aparece en el lista de precios
pero sí había uno nuevo, el más pequeño, de apenas un metro de longitud, lo que
yo quería para, en un principio, no cargar con material para más de una semana (recuerdo, iba a una carrera donde tendría reavituallamiento intermedio).
Es el más barato con diferencia, el “Quechua” dentro de la marca, de turismo -de ahí lo de Tour-,
no de expedición. El precio, unos 400 €, razonable dentro de la pasta que es, y lo
mejor, unos baratísimos portes (algo así como 25 € desde Alemania, a pesar de
que la marca sea noruega). Una vez recibido aluciné, con la calidad de
fabricación, rigidez, buenos acabados y seriedad del producto.
Otra interesante característica son los patines, no apoya todo el cuerpo en el suelo, sino sobre dos “esquíes”, piezas plásticas de poliuretano que pueden cambiarse si las desgastas. Pero sobre todo, aunque en nieve blanda se hundirá, en terreno duro mantiene el cuerpo del pulka al aire y roza menos, deslizando mejor, lo que era mi caso en un terreno como hielo, donde si estaba limpio de nieve iba de maravilla, y de hecho por algo de viento lateral o del propio gesto de correr iba de lado a lado, haciendo drifting que ya quisiera Ken Block.
Un tercer elemento a destacar es que incluye bolsa, en
realidad solo es una funda superior, cosa que otros no incluyen y tienes que
comprar aparte, no lleva cierre ninguno, como las bolsas estancas, le das unas
vueltas al borde, cierras tres tridentes plásticos largos y manipulables con
manoplas, y un elástico superior para que la carga quede lo más compacta
posible, y listo. El material de esta funda es Cordura tratada, completamente impermeable,
y está remachada a los bordes del pulka y protegida con una lámina de aluminio.
Los remaches son, en mi opinión, el pequeño punto flojo de todo el pulka,
porque los bordes interiores de los remaches pueden dañar material: tan
sencillo como protegerlos con alguna cinta (yo usé de carrocero) para no dejar
aristas vivas.
Y, finalmente, el anclaje del tiro se hace por sendas
pletinas de acero, resistentes y sólidamente ancladas a la fibra.
El sistema de tiro puede ser de dos maneras, por cuerdas o
por varillas rígidas; las segundas se usan en terreno irregular tipo Polo
Norte, para grietas y ondulaciones fuertes. Las primeras, más sencillas, para
el resto de usos. Usé el tiro rígido en Canadá -con palos de bambú, curioso- y me harté de que me empujara
constantemente -tiras y te empuja, continuamente- así que tenía claro que usaría cuerdas. También en esto hay
posibilidades, dos a los lados, cruzadas o una centrada, mi opción. Y todo el
sistema de tiro era tunning total, unas pletinas agujereadas adaptadas a golpe
de maza; un tiro central de fibra de carbono de un kayak de 7000 € fabricado
por Lola Cars (antiguo equipo de F1) que me encontré una vez destrozado de
haber volado de una baca y adaptado con la Dremel y taladradora; cuerda de
escalada con nudos intermedios para tirar en grietas; y una mochila Raidlight
Endurance 14L con un tercio inferior de otra mochila de la marca cosida en la
parte baja para bajar el punto de tiro. Queda muy mal que lo diga yo pero me
funcionó francamente bien, con solo cuatro días de test (y gracias) y
acabándolo todo a última hora. Desgraciadamente la pieza de carbono me la
cargué en la tarde del último día, improvisé un apaño con bridas pero si alguna
vez lo vuelvo a usar, necesitaré buscarme la vida y hacerme otra pieza para
arrastrar.
El pulka es excelente y si vas a hacer algo de más de tres
días, merece la pena, es compacto, resistente y sólido. Evidentemente no soy un
experto en pulkas, he usado dos y punto, pero la experiencia del fabricante, el
cuidado en los detalles, las trabajadas curvas para mejor el rozamiento sin
comprometer la estructura denotan un producto de altísima calidad, y si te
fijas en expediciones polares, se usa hasta decir basta, no creo que sea
casualidad, y aunque la web no se encuentra precisamente a la primera si no se
comparte el link como un servidor hace, me parece que todos los que leemos con
cierto interés de estos temas acabamos con lo mismo. Lógicamente no es poco
dinero, pero si lo comparas con los de plasticorro, le sumas la bolsa, una
plancha de madera que hay que ponerles, los cierres y los portes, no queda tan
lejos del precio. Por calidad no te arrepentirás, y si tienes un patrocinador o
tienes el dinero, pide que te lo hagan en kevlar que lo mismo luego te vale de
decoración en el salón de lo bonito que puede ser.
Sólo le he encontrado un pequeño problema que con los de
plástico no tendrías: de estar días y días húmedo y siendo el acabado interior
algo rugoso, medró algo de vida y tiene una tonalidad grisácea en algunos
puntos, síntoma de moho. No pasa nada, pero nunca te quedará completamente
amarillo (el color de las resinas que se mezclan con la fibra de vidrio) otra
vez. La parte exterior está pintada para que deslice mejor, y algunos
desconchones tiene, no afectan en nada y son ley de vida, si no los tuviera es
que no se ha usado de verdad.
Una gran compra para un producto de máxima calidad.
s+: Acapulka
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