En menos de dos meses se me apiñaron las fallidas Montañas Vacías, un día de 64 km corriendo a mi rollo, un swimrun y un segundo confinamiento. Y los entrenamientos asociados, una maratón "un día cualquiera", hacer un par de días de bici "largo" y nadar en aguas abiertas contadas ocasiones. Para más emoción, a dos semanas del swimrun rompí el neopreno, estrené uno nuevo a cinco días de la carrera y el OK de las autoridades a la carrera fue el viernes, dos días antes, momentos en los que el covid estaba ya explotando y se empezaban a imponer restricciones en Madrid. Así que los prolegómenos son lo contrario a tranquilidad para entrenar y tener la cabeza para competir, pero tengo asumido que es lo que toca y hay que adaptarse a ello.
Entre lo poco que compito y la novedad de los protocolos covid se me olvidó mi 'road book', una pequeña tarjeta plastificada donde llevo los parciales de la carrera (mucho más lioso que el trail) y un mapita orientaivo. Añadí así 1,5 km a pie a los 25 km corriendo 4500 m nadando (16 %), en 29 secciones, secciones más largas de 5,3 km y 800 m. Aunque ya tenía la experiencia de Vitoria en 2018, 29/5400, en dos años, con una natación en esta temporada algo justa en aguas abiertas y las restricciones para nadar en mi piscina (tres meses cerrada, una hora máximo cuando abrió) me hacían no estar de lo más tranquilo en la parte acuática, la que me preocupa.
La prueba se celebraba en la zona de la Sierra Norte de Madrid, bien centradito en el mapa de España para ser más accesible que otras en extremos, una zona de la sierra madrileña bastante poco frecuentada pero que este verano al parecer lo estaba petando por el tipo de turismo al que ha girado la gente este verano. El pueblo, Cervera de Buitrago, es el acceso más natural a un gran pantano (El Atazar) que si no me equivoco es uno de los muchos que nutre de agua potable a la capital. Mi compañero de Vitoria, David, sería el mismo para este swimrun, y al no quedar a nadar por distancias entre domicilios nos retrajo de usar cuerda entre nosotros, un dispositivo permitido para tirar uno de otro. Nuestro nivel en natación es bastante dispar y mucho más igualado a pie, él es triatleta con lo que le viene de largo lo de nadar largas distancias y yo soy un buen pedrusco que a mi ritmillo me defiendo pero es insuficiente para estar en puestos delanteros, lo cual me preocupa lo justo.
Lo del covid le añadió un punto de aislamiento, pero al ser un deporte pequeño y ser la primera carrera de la organización en swimrun, el número era reducido y repartido en tres distancias. Al final, éramos "cuatro gatos" y había playa suficiente para salir separados, nos quitamos la mascarilla segundos antes de salir, y a nadar, al fresquito agua.
La primera mitad no tuvo demasiada chicha, pista de correr llana, tramos cortos y medios nadando, me descuelgo siempre de mi compañero en el agua y a pie buenos ritmos de 4'20-4'30"/km sin apretar demasiado pero sin dormirnos. Ya tuvimos unos tramos de costeo y cierta técnica, nada del otro mundo, y cuando nos separamos de los corredores de la distancia media empezó la auténtica distancia Marathon. Tras una bajada chula de sendero entramos en un bonito cañón donde nadabas a pocos metros de las paredes, guapísimo verte ahí con dos personas más y al no haber más categorías por ahí ni ser una zona fácilmente accesible, zona solitaria que está muy bien disfrutar... hasta que pasan cosas.
Lo que me pasó es que en medio de la salida de ese cañón dudaba en si tenía que girar a derecha o izquierda, y tras debatirlo conmigo mismo, me paré, saqué el road book y comprobé que era a la izquierda, donde suponía, guardé y seguí nadando. La situación era: en medio del agua, flotando a duras penas, saca el mapita con cuidado de que no se te caiga del bolsillo trasero, míralo en un segundo localizando la sección en la que estás, guarda y tira millas, a la izquierda. Era el tramo más largo, 800 metros, que ya va siendo una distancia respetable para ser sólo una de los 15 secciones de natación, fui girando a la izquierda y se me estaba haciendo largo. La perspectiva es de 10 centímetros sobre tu horizonte (el agua), mi compañero se había ido por delante y estábamos separados como para no ver a ningún otro competidor. Se me seguía haciendo largo. Bastante después me para un participante que hacía la carrera en solitario (es la primera carrera que veo dejar hacer la distancia larga solo) y me dice que vamos mal y que "tu compañero ha ido a la izquierda". Pero si yo iba a la izquierda. Vamos al borde, vemos balizas de alguna sección a pie, saco el mapa y era a la izquierda, pero más a la izquierda de lo que hice. El colega dice que él tira por las balizas, yo digo que vuelvo al agua, por la sencilla razón de que si voy a pie estoy descalificado. El colega me siguió y me "debe" no haber abandonado. Un buen rato después visualizo el final de la sección, y cuando salgo, francamente cansado y sin mi compañero a la vista, veo 2400 m en el GPS (2340 visto después) y una hora, en vez de los 800 y menos de 20' que debí tardar. No tuve más de un par de segundos de duda sobre qué hacer y decidí seguir en solitario, no pensé en la probable descalificación por haber perdido a mi compañero, agaché la cabeza y tiré millas. Y esta es la parte valiosa y la que espero recordar: cambiar de mentalidad, adaptarme a la situación y tratar de hacerlo lo mejor posible, sin dejarme ir.
Pasé a tres competidores en los primeros cientos de metros de esa sección a pie, que era la más larga corriendo, con un calor importante (se preveían 30 ºC, ¡con neopreno!, os aseguro que nada da más calor en el mundo que una buena torraera al sol con un neopreno largo), y llegué algo justo a la siguiente natación por la calorina. Luego te metes en agua fresquita y el choque térmico es enorme, creo que es una de las razones por las que este deporte se endurece "externamente", por esos cambios de temperatura tan grandes, es duro y no creo que todos los cuerpos lo asimilen bien del todo, y en los tramos a pie me iba entreteniendo buscando la forma de quitarme lo menos posible pero no morir de golpe de calor: más de 2 km, me desabrochaba delante el neopreno; 1-2 km fuera gorro y gafas; menos de un kilómetros, no me quito ni desabrocho nada. Esto es muy personal y se tiene que adaptar al día, temperatura del agua, del aire, lo que aguantas el frío y el calor, si da el sol o está nublado, etc.
Según iba avanzando la carrera fue sorprendiéndome lo duras que eran algunas secciones a pie, técnicas, fuertes pendientes, y yo me acordaba de alguna zapatilla que vi de asfalto... De hecho creo que este fue un fallo de la organización: avisar que la distancia Marathon no es sólo distancia, es que hay secciones más delicadas, pedrolos entre los que moverse, costeo pestoso, una subida de manos, etc., que hay que tener cierta experiencia en trail y/o al menos llevar calzado de trail. Y esto lo digo porque este deporte es muy nuevo y la inmensa mayoría de la gente proviene del triatlón, y aunque es un perfil de deportista que se cruza con varias disciplinas, algunas zonas eran tirando a cachondas, que yo no le veía problema, pero creo que no eran para todo el mundo. Recuérdese que además vas empapado, y aunque la suela se puede secar muy rápido, los pies nunca lo harán y rotan fácilmente dentro de la zapatilla. Además vas con neopreno, pensando en no caerte o no rozarlo porque se rompen con mirarlos, y en mi caso, que casi lo estrenaba y ya que me lancé a comprar un bueno, me hubiese jodido. Dos minicaídas tuve y dos veces que me preocupé más por el neopreno que por mí. Obviamente.
En otra zona de agua me despisté y una vez fuera no sabíamos por dónde era. Usé el plan C, GPS: siempre siempre siempre mete el track (sabiendo cómo se maneja luego, claro) y consúltalo cuando lo necesites. Es cierto que los segundos que tardó en cargar se hicieron infinitos pero una vez hecho supimos adóde ir. Casi todo el resto de la carrera fui con el tipo con el que me desorienté, cada uno haciendo su competición pero viéndonos. Nunca vimos a nadie más.
Es difícil comparar los esfuerzos a pie y natación porque además depende de lo que se te dé bien a ti o no, en mi caso los tramos finales cortos e intensos, el que se "arrugue" un poco el agua, algún desnivel fuerte, las horas de carrera (con pérdida, se me fue a casi seis horas, tiempo ya respetable) y lo poquito que se come y bebe por las prisas (de ahí que no creo que fuera el único que daba breves traguitos al agua del pantano para quitarme la sensación de sed) y un tonto pero motivador pique final hacen que acabara razonablemente desguazado, a nivel como poco de una ultra corta, pero ultra. El pique vino de que con el que me desorienté mediada la carrera nos andábamos viendo todo el rato y me sentí como Williams, el equipo de Formula 1, y quedaba saber quién era George Rusell y quién Nicolas Latifi. Williams es actualmente el peor equipo de F1 y cuando sólo tu compañero lleva tu mismo coche es el único que al que seguro debes ganar, por eso las batallas entre compañeros de equipo son fraticidas, y él es tu mayor rival. Sólo el colega y yo habíamos hecho el "recorrido alternativo" y él se convirtió en mi único rival, no veíamos a nadie desde hacía horas y fue mi motivación de las últimas secciones, así que me apliqué a ello. En el penúltimo tramo de natación había viento y había algo de olejae; en el último a pie me tuve que parar a sacarme la abundante grava y arena que llevaba en una zapatilla; y en el último de natación hice una de mis mejores medias. Fui George Russell (el mejor de los dos pilotos Williams). A metros del arco de meta estaba David esperándome, no había cruzado, lo hicimos juntos y aunque supongo que debimos ser descalificados (cosa que me la suda bastante), lo hicimos como pareja.
Ni que decir tiene que en meta no quedaba ya ni "el de las medallas" por ser la categoría larga y venir con tanto retraso, pero vamos, paladeé unos pocos segundos el orgullo de haber seguido adelante y sin pensar en la retirada o el recorte. Y con eso me quedo. También con haber batido mi récord de natación en un día en 6518 m (el de del tirón sigue en 5300). Me sorprende ver un mes después cuando consulto el día que el desnivel me dice que fue de +2000 m cuando la organización decía +800, pero quizá le afecte los cambios de temperatura dado que lo calcula por diferencia de presión.
Aseguro que quedo para chopped tras un swimrun, además de casi malo con una congestión bestial por el agua (algo que me pasa todos los días que nado en aguas abiertas dulces y frescas). Pero contento. Como más o menos dije tras Vitoria 2018, no me veo un gran futuro en swimrun, algo más en aguas abiertas porque me entretiene, me aprieta el culo un poco (sin asumir riesgos, siempre me parece muy psicológico y tienes que luchar con tus miedos) y es muy diferente a lo que hago a diario. Así que contento con la experiencia.
P.D.: la única situación de riesgo covidiano que vi en todo el día fue el la de las juventudes del pueblo en una terraza todos sin mascarilla.
Te has explayado bien, eh?
ResponderEliminarPronto la versión 3.0.