No voy a tratar absolutamente todo el material de acampada -y algo más- porque sería
largo y farragoso, pero sí lo más importante. Posts muy frikis (véase pulka), como casi todo
referente a mi Baikal. Para el que le valga, intente cometer menos o ningún error, pero que a su vuelta cuente su experiencia, porque como ya dije, en español es dificilísimo encontrar información útil.
Tienda de campaña
Me dejé un mes solo para el tema del material, empecé a
comprar casi con tres meses de antelación… y la tienda la recibí a dos días de
irme, prestada y a la que le hice cero pruebas. Total, como no es importante... Ni sé qué modelo es, la marca
es Mountain Hardware, y no merece demasiado la pena entrar en detalles dado que
es un modelo descatalogado. Debatí conmigo mismo, y no es una decisión nada fácil, si quería una simple capa o de doble techo, venció lo primero y con
cuidados, fue una excelente elección. Por cuidados me refiero a la gestión de
la humedad, uno de los factores clave del confort en todo lo que haga mucho
frío, que puede convertir la tienda de campaña en una piscina y dejar los sacos
de dormir inutilizados.
Dentro de las monocapa hay dos tipos, uno el de las monocopa pero mejor que no te llueve (infrecuente o imposible en ciertos usos, como mucha altitud o polos) o las de membrana, como chaquetas y pantalones, impermeables y transpirables. Mi caso era este, una membrana, que aunque sirve para lluvia -no iba a ser el caso- transpira, pero como toda membrana, con sus limitaciones. Y en este ambiente tan frío, aunque no lo parezca, se transpira lo suyo y además todo lo que calientes genera una cantidad de vapor bestial, y la membrana al no poder disipar tanto vapor condensa el agua, y en minutos puede estar congelada. Y si coge algo de temperatura dentro, se descongelará, y de ahí la "piscina" que comentaba antes. Pequeños apuntes al respecto: no cocinar dentro, el vapor de
agua se queda en la membrana, y ninguna membrana la puede evacuar a semejante
velocidad, con lo que se congelará, aparte del considerable peligro; cepillar al menos dos veces al día la
tienda para quitar el hielo dentro; ventilar todo lo que se pueda; cuidar la
posición para evitar que el viento dé lateralmente; no usar el hornillo para
calentar el ambiente si no es estrictamente necesario (no lo hice en ningún momento, tampoco considero que tuviese temperaturas extremas y/o pasase demasiado frío). Con ciertos cuidados,
sin excesivo frío (que te permita cocinar fuera o casi fuera), y siendo solo
uno, mantuve la humedad a raya. Y hubo ocasiones para liarla, como vertido de
agua en el interior o vuelco de botella de meados nocturnos. No se preocupe el
dueño que cuando se la devuelva estará perfectamente limpia y arreglada (porque
la quemé y agujereé en diversos puntos la última noche por vientos
cuasihuracanados…): aviso para quien me quiera prestar algo.
Tornillos de hielo
Sí o sí. No es una opción, incluso valiendo lo que valen. Si
acampas sobre el hielo, y es bastante probable que lo hagas alguna vez, quieras o no, tienes que atar la
tienda al suelo, y siendo hielo no hay más opción que los tornillos. Son
carísimos (50 € la unidad, y de ahí para arriba) pero da gusto ver cómo funcionan de bien, gran invento. Excepto uno,
rebelde el muy cabrón, no entraba ni a leches. Es por esto que hay que llevar
uno de repuesto. Por cierto, no llevé forma de anclarla a la nieve, en la mitad norte del lago puede que hubiese sido necesario dado que acumula mucha más nieve, pero por lo general, paleando un ratillo, abrío un buen hueco para la tienda y anclar al sólido hielo.
Ya dije que el último día, en un alarde de imprudencia, no
puse tornillos, para poco después levantarse viento lateral (más bien puse la tienda como me salió de ahí, y claro, el viento pillaba en pleno lado mayor) y cuando estaba la tienda a 45º
y un servidor a punto de despegar tuvo que arrastrarse como un gusano poner un
primer tornillo desde dentro y salir a las tantas de la madrugada a poner el
resto si no quería salir despedido. No es una tontería, muere gente por esto,
esta misma temporada pasada en Groenlandia, y no cuesta casi nada ponerlos. Y si son
caros, te jodes, haberte ido a la carrera de tu pueblo.
Piolet
Para picar hielo –aunque casi siempre puedes acampar cerca
de nieve-, para salir del hielo si te caes (lo debes dejar a mano) y para
defensa personal si un Dimitri (o un
animal, que no vi) se pusieran agresivos. Me compré un Simond francamente
bonito (que es lo que importa, ¿no?) no de alpinismo, tipo esquí extremo y
demás, lo más ligero. En realidad no llegué a usarlo, pero hay que llevarlo. Chisme ideal para que algún arma caritativa te deje.
Pala
Otra de esas cosas que da pereza comprar porque lo mismo no
usas en la vida (si no eres esquiador fuera pista, claro), pero que es imprescindible
tanto para echarla al hornillo y deshacer nieve como para habilitarte un sitio para acampar y echar
nieve en los bordes de la tienda para evitar que entre aire debajo y la levante.
En mi caso llevé una sencilla pala Arva, bastante pesada, pero me salió gratis
(otro préstamo más). Como en todo, hay auténticas pocholadas en aluminio anodizado,
preciosas y ligeras: prepara billetes. Los pobres vamos de prestado y con material de segunda regional pero que hacen el apaño.
Bastones
Aunque no es de campamento, me faltaba comentar esto. En mi último test de tres días perdí mis flamantes bastones plegables de carbono Raidlight… y me pillé otros iguales, pero en talla mayor. Sobrado de pasta que iba. No es que
sean imprescindibles, pero sí una buena ayuda, sobre todo en zonas de nieve, o
en los comprometidos pasos de grietas. Los usaba al principio para tantear el suelo, aunque ya
podía haberse abierto la grieta hace cinco minutos que si no no te das cuenta
de lo “verde” que está. Falsa seguridad que se llama.
Un problema en el que nunca había pensado sobre estos bastones es que las
dragoneras te unen al bastón de una forma sólida, y si te caes al agua quizá
fueran un impedimento para salir. Supongo que con la adrenalina lo mejor sería
romperlos e incluso usarlos a modo de piolet para salir, pero no me apasionaba
la idea de caerme al agua y tener las manos, aunque fueran solo cinco segundos,
un tanto inútiles. Para zonas delicadas me quitaba la dragonera, y al final
dejé de usar los bastones, iba mejor sin ellos. Todo el mundo los lleva, y aparte de ayudarte al avance, han salvado más de una vida, yo sé de dos casos.
s
Buen post Nano.
ResponderEliminarSomal
Yo que pensaba que te habías dejado una pasta en la aventurilla... y al final ibas todo de "prestao", jeje (yo hace poco fui a la Madrid-Lisboa y ni la bici era mía).
ResponderEliminarNo si me la dejé también, pero intenté aligerar el presupuesto, sin demasiado éxito. Mejor no sumo todo lo que me gasté. Y encima ahora debo dinero por roturas y quemaduras de material, vamos, cojonudo.
ResponderEliminars