martes, 5 de noviembre de 2013

Baikal13 - Material: acampada (1)

No voy a tratar absolutamente todo el material de acampada -y algo más- porque sería largo y farragoso, pero sí lo más importante. Posts muy frikis (véase pulka), como casi todo referente a mi Baikal. Para el que le valga, intente cometer menos o ningún error, pero que a su vuelta cuente su experiencia, porque como ya dije, en español es dificilísimo encontrar información útil.

Tienda de campaña

Me dejé un mes solo para el tema del material, empecé a comprar casi con tres meses de antelación… y la tienda la recibí a dos días de irme, prestada y a la que le hice cero pruebas. Total, como no es importante... Ni sé qué modelo es, la marca es Mountain Hardware, y no merece demasiado la pena entrar en detalles dado que es un modelo descatalogado. Debatí conmigo mismo, y no es una decisión nada fácil, si quería una simple capa o de doble techo, venció lo primero y con cuidados, fue una excelente elección. Por cuidados me refiero a la gestión de la humedad, uno de los factores clave del confort en todo lo que haga mucho frío, que puede convertir la tienda de campaña en una piscina y dejar los sacos de dormir inutilizados.

Dentro de las monocapa hay dos tipos, uno el de las monocopa pero mejor que no te llueve (infrecuente o imposible en ciertos usos, como mucha altitud o polos) o las de membrana, como chaquetas y pantalones, impermeables y transpirables. Mi caso era este, una membrana, que aunque sirve para lluvia -no iba a ser el caso- transpira, pero como toda membrana, con sus limitaciones. Y en este ambiente tan frío, aunque no lo parezca, se transpira lo suyo y además todo lo que calientes genera una cantidad de vapor bestial, y la membrana al no poder disipar tanto vapor condensa el agua, y en minutos puede estar congelada. Y si coge algo de temperatura dentro, se descongelará, y de ahí la "piscina" que comentaba antes. Pequeños apuntes al respecto: no cocinar dentro, el vapor de agua se queda en la membrana, y ninguna membrana la puede evacuar a semejante velocidad, con lo que se congelará, aparte del considerable peligro; cepillar al menos dos veces al día la tienda para quitar el hielo dentro; ventilar todo lo que se pueda; cuidar la posición para evitar que el viento dé lateralmente; no usar el hornillo para calentar el ambiente si no es estrictamente necesario (no lo hice en ningún momento, tampoco considero que tuviese temperaturas extremas y/o pasase demasiado frío). Con ciertos cuidados, sin excesivo frío (que te permita cocinar fuera o casi fuera), y siendo solo uno, mantuve la humedad a raya. Y hubo ocasiones para liarla, como vertido de agua en el interior o vuelco de botella de meados nocturnos. No se preocupe el dueño que cuando se la devuelva estará perfectamente limpia y arreglada (porque la quemé y agujereé en diversos puntos la última noche por vientos cuasihuracanados…): aviso para quien me quiera prestar algo.


Tornillos de hielo

Sí o sí. No es una opción, incluso valiendo lo que valen. Si acampas sobre el hielo, y es bastante probable que lo hagas alguna vez, quieras o no, tienes que atar la tienda al suelo, y siendo hielo no hay más opción que los tornillos. Son carísimos (50 € la unidad, y de ahí para arriba) pero da gusto ver cómo funcionan de bien, gran invento. Excepto uno, rebelde el muy cabrón, no entraba ni a leches. Es por esto que hay que llevar uno de repuesto. Por cierto, no llevé forma de anclarla a la nieve, en la mitad norte del lago puede que hubiese sido necesario dado que acumula mucha más nieve, pero por lo general, paleando un ratillo, abrío un buen hueco para la tienda y anclar al sólido hielo.

Ya dije que el último día, en un alarde de imprudencia, no puse tornillos, para poco después levantarse viento lateral (más bien puse la tienda como me salió de ahí, y claro, el viento pillaba en pleno lado mayor) y cuando estaba la tienda a 45º y un servidor a punto de despegar tuvo que arrastrarse como un gusano poner un primer tornillo desde dentro y salir a las tantas de la madrugada a poner el resto si no quería salir despedido. No es una tontería, muere gente por esto, esta misma temporada pasada en Groenlandia, y no cuesta casi nada ponerlos. Y si son caros, te jodes, haberte ido a la carrera de tu pueblo.


Piolet

Para picar hielo –aunque casi siempre puedes acampar cerca de nieve-, para salir del hielo si te caes (lo debes dejar a mano) y para defensa personal si un Dimitri (o un animal, que no vi) se pusieran agresivos. Me compré un Simond francamente bonito (que es lo que importa, ¿no?) no de alpinismo, tipo esquí extremo y demás, lo más ligero. En realidad no llegué a usarlo, pero hay que llevarlo. Chisme ideal para que algún arma caritativa te deje.

Pala

Otra de esas cosas que da pereza comprar porque lo mismo no usas en la vida (si no eres esquiador fuera pista, claro), pero que es imprescindible tanto para echarla al hornillo y deshacer nieve como para habilitarte un sitio para acampar y echar nieve en los bordes de la tienda para evitar que entre aire debajo y la levante. En mi caso llevé una sencilla pala Arva, bastante pesada, pero me salió gratis (otro préstamo más). Como en todo, hay auténticas pocholadas en aluminio anodizado, preciosas y ligeras: prepara billetes. Los pobres vamos de prestado y con material de segunda regional pero que hacen el apaño.

Bastones

Aunque no es de campamento, me faltaba comentar esto. En mi último test de tres días perdí mis flamantes bastones plegables de carbono Raidlight… y me pillé otros iguales, pero en talla mayor. Sobrado de pasta que iba. No es que sean imprescindibles, pero sí una buena ayuda, sobre todo en zonas de nieve, o en los comprometidos pasos de grietas. Los usaba al principio para tantear el suelo, aunque ya podía haberse abierto la grieta hace cinco minutos que si no no te das cuenta de lo “verde” que está. Falsa seguridad que se llama.

Un problema en el que nunca había pensado sobre estos bastones es que las dragoneras te unen al bastón de una forma sólida, y si te caes al agua quizá fueran un impedimento para salir. Supongo que con la adrenalina lo mejor sería romperlos e incluso usarlos a modo de piolet para salir, pero no me apasionaba la idea de caerme al agua y tener las manos, aunque fueran solo cinco segundos, un tanto inútiles. Para zonas delicadas me quitaba la dragonera, y al final dejé de usar los bastones, iba mejor sin ellos. Todo el mundo los lleva, y aparte de ayudarte al avance, han salvado más de una vida, yo sé de dos casos.
s

3 comentarios:

  1. Yo que pensaba que te habías dejado una pasta en la aventurilla... y al final ibas todo de "prestao", jeje (yo hace poco fui a la Madrid-Lisboa y ni la bici era mía).

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  2. No si me la dejé también, pero intenté aligerar el presupuesto, sin demasiado éxito. Mejor no sumo todo lo que me gasté. Y encima ahora debo dinero por roturas y quemaduras de material, vamos, cojonudo.
    s

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