Maratón Alpino Madrileño

domingo, 15 de junio de 2003

Cinco semanas después de mi primera maratón (Madrid), para la cual me pasé casi todo el entrenamiento (nueve semanas) lesionado, me animé a correr mi primera maratón de montaña. 1997. Hasta en el Sâhara ha llovido mucho desde entonces. Recuerdo que yo llevaba unas Nike Humara... pero es que vi a gente con Adidas Adios, ¡unas zapatillas de competición de asfalto! Eran otros tiempos, definitivamente. Sólo, si no me equivoco, Galarleiz se había adelantado a ésta.

Casualmente era el día de mi cumpleaños, y en parte por eso me animé. Sólo había hecho un entrenamiento en montaña, de una hora y media o así, de Cercedilla al Puerto de Navacerrada y vuelta. Ahora lo veo como una inconsciencia, porque la "encerrona" que nos tenía preparada la organización era de cuidado, porque ahora ya se ve como algo más normal, esos desniveles, la alta montaña y los pedregales, pero entonces esta prueba era adelantada a su tiempo y marcó época.

La carrera pertenecía a aquella mítica Adidas Trail Challenge, que junto con la mencionada Galarleiz y el Cross del Mulhacén, componían un novedoso circuito de carreras de montaña, siglos antes que estas Skyrunning Series.

Y el comienzo en montaña fue curioso e increíblemente duro. En el recorrido original, ya abandonado por uno más cómodo y más rentable, supongo, se sucedían subidas y bajadas de vértigo, sobre todo para quien no había corrido en montaña en la vida (la gran mayoría) y no nos esperábamos un terreno tan técnico y potente. No fallecimos allí unos cuantos de milagro, pero desde luego que nuestra vida se acortó ligeramente ante semejante esfuerzo. El primero se fue hasta las 4h49' (¡el primero!) y yo hice casi 6h30', 40º (de 134 salidos), bastante más muerto que vivo. A pesar del enorme esfuerzo algo me debió atraer...

...Porque volví en 2003. Cierto es que no me estaba preparando esta prueba, pero como se suspendió a última hora para la que estaba entrenado, pude reengancharme a esta en el último momento. Era prueba valedera para la Copa del Mundo, lo que ya me debía de haber atraído, pero como mis tobillos me jugaban siempre malas pasadas, tenía ya medio abandonado el tema de la montaña.

No iba mal la cosa hasta empezar a bajar Peñalara, donde por enésima vez me hice un buen esguince de tobillo. Como siempre. Esto me ha alejado de las montañas desde entonces, y creo que lo hará para siempre o casi, al menos en pruebas con cierta técnica. Cuando podía corría más, cuando no, iba suave y con miedo. Pude compartir unos cuantos kilómetros con Corinne Favre, grandísima corredora de montaña. Casqué -como debe ser- en la zona de Siete Picos, siempre infinita, y acabé en un decente 20º con 5h23'. Ganó un tal Agustí Roc en 4h21'. Desde entonces no he vuelto a competir en montaña porque mis tobillos no aguantan, los he fortalecido algo, pero mi pisada es demasiado inestable; algunos trucos psicológicos también me han ayudado a mejorar -parte del problema es desconcentración tras bastantes horas-, pero nunca he tenido confianza para bajar como hay que hacerlo si quieres ir delante. Creo que no se me daba mal del todo, pero el hándicap era demasiado grande.

El recorrido era -ha cambiado, como digo- ciertamente duro, con esa "suave" subida a Peñalara, si la comparamos con la mítica de Cabezas de Hierro; ese largo tramos por Cuerda Larga y ese infinito -o más- de Siete Picos con vuelta por el Camino Schmid, muy suave cuando lo entrenas, pero largo, tortuoso e increíblemente largo cuando apesta a meta.

Dos veces más he vuelto, pero no para competir, sino de acompañante. Una, para acompañar a mi colega checo Michal Weiss, en 2004, haciendo desde el segundo paso de Cotos hasta meta. Y en 2005 con Amalio, haciéndola entera. Ese día me sorprendí a mí mismo porque hacer un Alpino Madrileño de entrenamiento es realmente fuerte, pero se puede hacer, por lo visto.

Aquella coletilla de "Posiblemente el maratón más duro del mundo" le hacía justicia y le dio bombo. Será una carrera siempre especial porque fue mi primera incursión en montaña, aunque ha perdido un poco de encanto el que hayan cambiado el recorrido, en mi opinión.
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+: Maratón Alpino Madrileño

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