24h Mountain Bike - Vitoria

domingo, 16 de septiembre de 2007

Casi un año después de nuestro estreno en Monegros, hacemos la segunda carrera de 24 horas en bici. Esta vez nos vamos a la que más solera tiene, en Vitoria-Gasteiz, organizada por Extremsport, a los que conozco desde hace años (2002) y en una zona cerca de la ciudad, pero lo suficientemente alejada como para que sea mountain bike bastante auténtico, no es 'mountain' porque no es montaña potente, pero sí que no es llana y sólo pistera como en Monegros.

Tampoco entrené demasiado, mis salidas suelen ser de 30-40km a ritmo alegre, y luego algún día largo. En esta ocasión fueron una de 88km montañera ("Los 88", una ruta por la Sierra Madrileña potente y que no pude acabar porque se me borró del GPS... queda pendiente para el futuro) y otra de Aranda de Duero-Riaza-Aranda, unos potentes 155km, rápidos, pero que calculé mal y llegué de noche, bastante chula. Ambas rutas las saqué de una excelente página, Mis Rutas.net, que será un referente para futuros entrenamientos.

El circuito que pudimos ver previamente con Google Earth no nos enseñaba las "trampas" que tenía; y es que, aunque la subida era suave, pistera, de terreno compacto y sin dificultad, la bajada tenía su miga, no técnica, pero sí con algunas roderas y 'trucos' que ya veríamos cómo nos irían por la noche. De hecho, al principio yo iba un poco preocupado porque me parecía demasiado difícil para hacerla por la noche, cansado y con mis lucecitas, que no son precisamente las mejores del mercado.

Se sale tardísimo (1400h), no sé bien el porqué. No es que me parezca mal salir a esa hora, pero sí que se puede hacer muy larga la siguiente mañana, desde que amanece hasta las 1400h son muchas horas y sólo quieres acabar: tengo el recuerdo aún presente de lo largas que se me hicieron las últimas horas en Monegros y "se me abren las carnes" al pensar que será aún más largo ese final.

La salida es tipo LeMans, bicis por un lado, ciclistas por el otro. Como tenemos prisa la justa, nos lo tomamos con calma y salimos despacio, aunque intento ser un poco más ambicioso que en Monegros, mi única referencia válida, e ir ligeramente más rápido. Aún así, y como era de esperar, nos abrasan, los que van en equipos, por parejas o individuales. Seguimos siendo de los más lentos, pero si el truco de la tortuga nos funcionó en Monegros quizá aquí funcione también, a pesar de que la competencia es claramente más fuerte.

Dado que la bajada tiene algo de miga, durante muchas vueltas me dedico a memorizarla, y como mi memoria es tan patética, tengo para rato hasta que más o menos lo consigo. Evidentemente, no te memorizas todo, sólo lo difícil o peligroso, y hay que ponerse en tu piel doce horas después, con pocas referencias, poca luz y pocas fuerzas. Así voy poniendo waypoints en mi cabeza, una rodera, un peralte, ¿si esta curva la hago por dentro o por fuera pasa algo?, dónde no me puedo caer, etc. La bajada es sensiblemente rápida, y buena parte en bosque, con lo que una caída o una 'pasada de frenada' pueden tener consecuencias graves al pegarte contra un árbol.

Apabullados una vez más, nos paramos cuando cae la noche, para poner luces, abrigarnos algo y comer pasta, rápido y zumbando a por la larga noche. Como se puede imaginar cualquiera, la noche se hace larga y hay momentos para todo, para rodar bien y suelto, para pasar hambre y frío, para pegar reventones y reventones, para desfallecer y recuperar la motivación, incluso para tener una rápida caída entre esos árboles y que no pase nada. Durante un buen rato tuve unos pensamientos realmente negativos, del tipo 'qué-hago-yo-aquí' que no me gustaron nada, y que me hicieron dudar mucho sobre la conveniencia o no de repetir una experiencia de estas en otra ocasión. Diría que casi casi me autosentencié y pensé seriamente en no repetir.

Tuve buenos bajones, pero uno de los grandes saltos adelante respecto a Monegros fue el uso del culotte Assos, tan bueno como caro, no me lo cambié en toda la carrera (un poco cerdo sí que soy...) y sólo me puse mallas por la noche; temía que al cambiármelo me fuese mal, por eso lo mantuve. El otro gran salto fue mi flamante Yeti, con doble suspensión, de funcionamiento absolutamente intachable, cómoda, rápida y un valor seguro. Muy satisfecho con ambas adquisiciones.

...Pero veinticuatro horas son muchas horas, y muy avanzada la noche, casi rozando el amanecer, y cuando iba bien de fuerzas y motivación, me dije, ésta es la mía, paro ahora y así no me dan ganas de quedarme mucho rato. Y sentado me dormí. Fue un rato, quizá media hora, pero me destrozó, porque tuve que interrumpir ese (moderadamente) placentero sueño y reinicié la marcha mucho peor de cómo lo había dejado, cansadísimo, doblado y con frío. Me costó mucho motivarme unas cuantas horas, cuando ya mi hermano había sucumbido porque los milagros -suponiendo que existan- ocurren sólo una vez, y no se puede ir a una carrera de 24 horas sin dormir casi una semana por el trabajo. Al menos me reconfortó ver amanecer, algo que no pude ver en Monegros.

Superado ese mal trago, ahora quedaba la larguísima mañana, auténticamente hasta las pelotas de todo, sólo pensando en acabar, buscando las más variadas excusas para pararte unos minutos (comer, hablar con Juan Carlos Nájera, apretar los tarantos, soltar la precarga de la tapiborla, etc.). Costó muchísimo que llegaran finalmente las puñeteras dos de la tarde, pero se consiguió. Cuarto. Moderadamente satisfecho. 327km.
s

+: Extremsport

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