Canal Imperial de Aragón

sábado, 29 de julio de 2006

De vuelta de unas vacaciones activas un poco más al norte, hice este canal, casi como una continuación del de Castilla, con un plan más "tranquilo", de nuevo sin conocer de dónde salir y sin apenas nada preparado. Para variar.

Aunque lo hice en bici y en "sentido contrario", permite posibilidades, andando, corriendo, non-stop o por etapas, autosuficiencia, etc., todo lo duro o suave que queramos. Hacerlo en subida no supone más esfuerzo, la pendiente es ridícula, casi inapreciable.

Como todos los canales, es prácticamente horizontal, sin desniveles, ameno y poco variado. Algunas bonitas obras pueden verse a lo largo de la misma, pero el desinterés por el mismo hace que el final (mi principio) sean desconocidos, sin ningún hito siquiera que lo destaque y a duras penas lo encontramos gracias a algún local (la mayoría lo desconocían).

Como digo, salí del "final", el punto más bajo, tarde, con prisas, querría haber salido con cierta calma. Pues no, salí fuerte, seguí fuerte y acabé pagándolo. Desde el primer momento me impuse un alto ritmo, porque salí -como siempre- tarde, sin habérmelo preparado bien y atropellado. La salida, en el pueblo de Fuentes de Ebro, es desde una balsa de agua, apenas reconocible desde la distancia, cerca de una fábrica o almacén de productos cerámicos. Al principio es una estrecha acequia, y lógicamente va poco a poco ensanchándose (recuerdo que yo fui en sentido contrario, subiendo). Varios saltos de agua animan el recorrido, algunos ensanches también, hasta que se llega a Zaragoza... y sus obras. Con motivo de la Expo 2008 tuve que dar algunos rodeos y me salió algún kilómetro más, que no es que importe en el total, pero sí cabrea cuando se sale de lo previsto.

Estos canales anchos y caudalosos tenían como fin regar los campos, pero también se buscaba en muchas ocasiones la navegabilidad, por eso tenían que tener cierta profundidad, por eso se usaban barcazas con muy poco calado, por eso había exclusas, y por eso, para remontarlo, los puentes eran de tres ojos siempre, uno para el canal y otros, a sendos lados, para que pasasen los animales de arrastre.

De nuevo campos infinitos a los que riega el canal y más adelante algo más verde y agradable.
Finaliza en la Presa de Pignatelli, cerca de Tudela (Navarra), bonita y bastante grande, lo que en su época fue una obra realmente importante.

Tardé 5h37' en los 115km, a 20,4 km/h de media, contando con que casqué un poco al final (a 23 km), que era un día caluroso y con una ligera brisa en contra, y que era en "subida". Para que te hagas una idea por si lo repites.

Recomendable en bici ("a piñón" o en plan tranquilo), andando, corriendo o como te plazca. Fui a finales de julio y hacía calorcito, cuidado con el agua porque no está precisamente bien abastecido, y no sé cuan recomendable será beberlo directamente del canal...
s

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