Hablé hace muuuuucho tiempo sobre la compensación de emisiones plantando árboles. Fue en enero. Como es un tema de nulo interés para la audiencia reincido. Y vamos a acercarnos a un bienintencionado ejemplo práctico pero que permite inferir las dificultades de lo complejo del tema.
Vaya por delante que no tengo nada en contra de la marca, la zapatilla o lo hecho y más bien habría que decir lo contrario: por su transparencia podemos empezar a manejar datos, numeritos, cosa extraordinariamente poco frecuente a pesar de la política de comunicación boca llena de farfullería medioambiental con pocos efectos reales y bastante ocultismo de la mayoría de las marcas.
Entre parte de esta interesante transparencia la marca aporta datos de los diferentes impactos de cada fase de extracción y procesado de materias primeras, producción, transporte y demás. De aquí.
En un rápido vistazo verás que sólo el cuarto noreste-norte, de 09h00 a 12h00, son los que tienen las marcas directamente asociados a la producción... y las únicas que cuentan algunos. Es decir, el
ensamblaje (rosa, 16 %), embalaje (amarillo, 3 %), final de la vida útil (azul oscuro, 2 %) y las espúreas (verde, 2 %). Me falta la comercialización o el almacenamiento, por cierto. Pero cuando cuentas todas las emisiones las zapatillas y
lo directamente aplicable a la marca de zapatillas con anteojeras son sólo un 25 % del total. Básicamente lo comenté en
el mencionado post.
Por si no has hecho clic en el 'De aquí' te comento que esto va de Brooks y más en concreto de las Ghost 15, decisión acertada en elegir este modelo por ser la superventas de la marca. Las emisiones de las Ghost 15 son de 9,27 kg CO2eq, vamos a suponer que son kg de CO2 tal cual por simplificar (lo de eq es equivalente, para poder comparar peras con peras y manzanas con manzanas, saludos a Ana Botella). Por simplificar también serían 77 km de un coche medio de 120 gramos CO2/km. La diferencia entre las Ghost 14 y las 15 son sólo de una reducción de un 6 %, y digo sólo porque da una idea de que reducir las emisiones asociadas a un producto físico no son nada sencillas y como vemos en el gráfico anterior aunque los materiales son importantes no son lo único. A pesar de los esfuerzos sólo se ha pasado del 26 al 36 % en masa de la zapatilla el porcentaje de material reciclado, procedente de botellas de plástico, un clásico en el poliéster y materiales parecidos. El gran problema, por omisión en el texto enlazado de la propia Brooks y porque es conocido en la industria, es la suela y mediasuela, mucho de la masa y poco de reciclaje por ahora, siempre que se respeten las características técnicas que requiere una zapatilla para correr de verdad.
Para seguir bajando emisiones se van a requerir años o décadas pero el atajo es comprar bonos de carbono. Se trata básicamente de comprarle a alguien que emite menos de lo que debe esa diferencia entre el límite que le han impuesto y el que realmente emite, esa diferencia es CO2 no emitida puede venderlo. Todo esto viene del Protocolo de Kioto en el cual se le puso un valor económico al CO2 y abrió la posibilidad de mercadear con él. También abrió la posibilidad de trampearlo.
Entonces Brooks y otros medioambientalmente concienciados bajan lo que pueden por medios propios y cuando no [es económicamente rentable] compran ese carbono no emitido a empresas, instituciones o países que no lo emiten. Por ejemplo, si Burundi tiene derecho a emitir 1000 toneladas de CO2 y sólo emite 600 tiene 400 t* de margen para vender. Y a cuánto las vende. Pues a lo más que puede porque es un mercado. Hay fundamentalmente dos mercados, uno en el que compran los que tienen que compensar las emisiones sí o sí porque las leyes les obligan pues los vendedores se aprovechan y venden más caro; pero existen quienes quieren compensar voluntariamente sus emisiones sin obligación y es lógico suponer que a éstos nos les vas a poder sacar mucha pasta porque como les desestabilices sus balanzas económicas te va a mandar a cagar al campo y ya compensarán las emisiones cuando la ley le obligue.
Los datos no son públicos pero con una rápida búsqueda
alguien afirma que la cosa puede rondar los 7-8 €/t. Si con 7,5 €/t, por coger la media, compensas 1000 kg de masa de dióxido de carbono,
¿cuánto cuestan compensar 9,27 kg de emisiones de zapatilla? Me salen 0,07 €, siete céntimos. En precios de producción, lo que significa multiplicarlo por varias veces en el precio final recomendado (me ahorro este factor pero por mucho que sea este factor el precio final no se dispara precisamente). Y no soy malpensado en suponer que se haya hecho esa inversión en las múltiples empresas piratas que venden docenas de veces los mismos créditos de carbono porque parece que Brooks ha trabajado en buscar socios creíbles.
Un último dato por si no te has percatado: todo esto lo paga el cliente, obviamente, es decir, se va a repercutir antes o después en el precio final.
Me ahorro conclusiones pero con lo aquí expuesto y con los posibles errores que tenga todo esto se va haciendo casi obligatorio que haya que rascar un poco más en la cáscara de los datos que nos aportan, ser más transparente y realista, contar las cosas como son para entender la problemática en la que se encuentran las empresas y las demandas de los clientes y lo difícil de las soluciones. Y esto dicho con un ejemplo de una empresa bastante transparente, imagina los que sólo te hacen una -ya obligatoria- sección de compromiso en su web y sólo lees palabrería vacía con nula información.
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*: t es tonelada, tonelada no es T, ni en Tm ni Tn. Si no respetas las unidades y la nomenclatura del Sistema Internacional abandona este blog. Y vete lejos.
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