Y es que los indios, hartos de los desagravios españoles se unieron el 10 de agosto de 1680 en lo que ha pasado a la historia como la Revuelta de los Pueblo. Las tribus originarias se levantaron contra los españoles que colonizaban amplios territorios, los echaron a patadas durante unos años y, una vez más, los corredores mensajeros fueron claves en el éxito puesto que para coordinar el levantamiento entre las diferentes tribus, dado que una a una el menguado pero eficiente ejército español era mucho más fuerte, fue transportado por corredores. Han pasado a la historia dos, Catua y Omtua, que fueron apresados pero cumplieron buena parte de su cometido. La Rebelión de los Pueblo fue el mayor éxito de los indios americanos contra las invasiones o colonizaciones europeas aunque su destino estaba sellado desde que se encontraron ambas civilizaciones.
Casi tres siglos y medio después repetí parte de la ruta que siguieron Catua y Omtua, pasando por algunas de las localidades más importantes, donde estaba el poder administrativo español y fundamentalmente a lo largo del río Grande, eje vertebrador del actual Estado de Nuevo México. Una importante base histórica más el relato de mi epopeya por esas tierras tan poco amigables con transcurrir fuera del asfalto.
Tras un día de descanso vino la segunda parte del viaje, un vagar por el Estado sin rumbo. Sin yo saber que iba a ser el año de la bomba atómica por la película Oppenheimer estuve en Los Álamos, donde estallaron la primera prueba Trinity y casi me meto en una base militar. Me gusta más el programa espacial norteamericano y también dio sus primeros pasos en Nuevo México. Más interesante e instructivo, siempre he dicho que me gusta ver las ciudades y lo rural de un país, y correr me permite esto, pero en un país tan grande y diverso como los Estados Unidos también está muy bien conocer diferentes lugares del mismo que se diferencian casi tanto como los países de Europa. En fin, una buena experiencia en su conjunto del que guardo un grato recuerdo.
La parte histórica es algo más larga (pero más loncheada para su fácil digestión) me resultó muy interesante por lo dicho, mi ignorancia de este episodio de nuestra historia, y es extraordinariamente prolífica y extensa.
Los primeros europeos en pisar Nuevo México
La crónica puede leerse con calma que no habrá otro en un año, así que que nadie me diga que es muy larga, verse a cagar. Si hubiera otra, claro, que eso está por ver. La ruta no la verás en ningún sitio (por las múltiples ilegalidades cometidas por el autor y no desear que se repitan) y el vídeo, pues el mojón de siempre.
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