G4 Challenge – Día 3: prueba final y seleccionados

jueves, 20 de noviembre de 2008

0730h. “A desayunaaaarrrrrrrr” vocea alguien. La madre que lo parió, piensan 30 almas al unísono. Cansados y escarmentados de la fría noche anterior, casi todos hemos dormido bien, pero nos cuesta salir del saco a más de uno. Tras el frugal desayuno, test de primeros auxilios en inglés y reparto de parejas por estricto sorteo para la prueba final, posiblemente la más importante.

Me toca con Laura Roca, una chica catalana, y me da buen rollo que monte en bici bastante bien, porque así podemos ir a mejor ritmo. La prueba de hoy era única, de tres horas y muy completa: a pie, en bici o combinando ambas especialidades teníamos que conseguir localizar todas las balizas que pudiésemos, de un máximo de quince de mapa-brújula y otras quince de GPS; además teníamos que hacer tres pruebas de conducción obligatorias y una de escalada. Como era imposible que nos diese tiempo a todo, teníamos que buscar el compromiso de hacer el máximo número de balizas posible, las pruebas obligatorias y siempre llegando a tiempo a meta, porque las penalizaciones por retraso eran abultadas. Además, nunca nos podíamos separar más de 100m entre nosotros.

Con la salida dada yo aún no me había acabado de vestir y calzar para desesperación de mi compañera. En dos minutos planeamos una estrategia comenzando con un par de balizas teóricamente fáciles, otro grupo concentrado que al ser en medio del campo nos desguazó los tibiales de heridas, y la prueba de escalada (jumar para ambos y subida a ‘pulso’ asistido). Creo que empezamos bastante bien.

Fuimos rápidamente a por dos pruebas de conducción, una de regularidad en un fantástico Range Rover y una de conducción bastante potente en un Discovery 3. Me reafirmo en que la gente de Land Rover le tiene poco aprecio a sus coches, porque la zona era bastante técnica para unos inexpertos como nosotros, con posibilidades de pegarle un castañazo curioso a los bajos, o incluso hacerlo caer desde unos cuantos metros de un puente-bajada de troncos. Yo guiando y Laura conduciendo, creo que la resolvimos bastante bien; realmente quien ‘conduce’ es el de fuera, porque al volante no ves nada y sólo te tienes que fijar en lo que te diga tu lazarillo y hacerle mucho caso aunque parezca que va en contra de la lógica desde tu puesto de conducción.

De ahí a otra agrupación de balizas de mapa, rápidamente resuelta, y a por la tercera prueba de conducción obligatoria. Ahora me tocaba conducir a mí un Range Rover Sport de más de 60.000 eurazos, con tapicería de cuero blanca: me la quedé mirando y me dije, “hay que joderse que la voy a machar con la roña que llevo”. Qué se le va a hacer. Prueba con unas importantes rampas ascendentes y descendentes, con unas inclinaciones laterales de vértigo y con algunos puntos que había que pisar. Da miedo por donde leches suben estos coches sin despeinarse, sólo le oí una vez patinar, y le pegas un poquito al pie derecho y agarra eso de impresión, y eso que iban calzados con los neumáticos estándar, mucho más de asfalto que de campo, ni me imagino lo que podrán hacer con neumáticos 100% de campo, sin compromisos. Lo mejor es que cualquier gañán dándole a cuatro botoncitos hace zonas bastante comprometidas a la vista, y en realidad tú te dedicas a menear un poco el volante y nada más. Muy impresionante. Sólo me dio un poco de respeto, en una zona muy inclinada hacia un lado, que hizo un meneo como queriendo volcar; he de reconocer que se me pusieron de corbata sólo en pensar en que podía haberse volcado, pero seguro que le quedaban un buen puñado de grados de inclinación para hacerlo.

Pasada esta zona, y cerca ya de las tres horas, que habían pasado volando, hicimos una última baliza. Aquí ambos confrontamos nuestros caracteres, Laura más conservadora, queriendo llegar en tiempo, y yo con ganas de arriesgar un poco más, sabiendo que el GPS me indicaba que a 0,31km tenía una baliza más, aunque fuera campo a través y con valle escarpado de por medio, sabía que llegaba y me daba tiempo a volver y a ir a meta. Me comí mi ambición y cedí; en realidad ella tenía razón, una baliza eran cinco puntos y un minuto tarde tres negativos, con lo que no merecía la pena.

Al llegar a meta nos volvimos a plantear ir a por esa baliza, estábamos realmente cerca, tanto de meta como de ella. Esta vez Laura cedió, fuimos a por ella en bici, me bajé a cien metros, volé, la piqué y volvimos a meta en un momento. Creo que ambos gestos nos demostraron que habíamos hecho buena pareja, ambos cedimos en momentos estresantes. Nos complementamos bien en la bici, hicimos bastantes balizas (nueve de GPS y cuatro de mapa) y todas las pruebas obligatorias, yo quedé bastante contento y he de reconocer que era una prueba que me imponía respeto, tanto por la orientación como porque no sabía cómo me iba a entender con otra persona que no conocía en situación de tensión jugándote algo.

En un momento todo había acabado, las competiciones eran historia, y sólo restaba una animada comida comentando las batallitas, recoger todo el desorden de la tienda y que nombrasen a los seleccionados para batirse en Inglaterra en la Selección Internacional. Dos chicos y dos chicas. No pensé que fueran a decir clasificación alguna, pero dieron el Top 5. Quinto no, cuarto tampoco, cara o cruz. Cruz. Tercero. Los ganadores lo son en justicia, completos y motivados, lo que se necesita. Pero me quedé a las puertas, y aunque apenas tuve unos segundos agridulces, Pep Vila, el organizador de todo este evento, me ayudó a despejar cualquier mal recuerdo al reconocernos al cuarto y a mí nuestro buen nivel y lo difícil que había sido elegir entre nosotros. Un honor que un tipo así te reconozca un mérito, cuando no había necesidad, y además sabiendo que el cuarto era un tío que ya había ido al Camel Trophy 2000. En privado, Pep me volvió a decir que había estado apretadísimo. Posiblemente –sólo posiblemente, claro- yo también esté de acuerdo en los elegidos, aunque yo también sé en qué estado de forma había ido y en que con un poco de preparación tengo margen de mejora.

Quizá haberlo rozado me podría haber dejado una espina clavada. Hoy no lo veo así. Hubiera sido fantástico continuar con este sueño al menos un par de meses más, pero no ha sido así y lo que he vivido ya ha sido suficiente premio; no es falta de ambición, ni mucho menos, es que no puede dolerme estar a puntito de clasificarme en unas finales nacionales de una G4 Challenge.

No he dicho aún que Laura sí está seleccionada, ¡y la primera!, algo de lo que me alegro, y creo que un 0,01% es por mi “culpa”, hicimos buen equipo y un poquito la ayudaría. Ojalá se clasifique para Mongolia, porque va a vivir la experiencia de su vida.

La organización tuvo la inteligente idea de que nos quedásemos los petos con el dorsal, porque sabemos todos que a mí no me lo quitan ni a palos, y no es una forma de hablar.

Despedidas breves y algo tristes, siempre es difícil pasar página de algo que te ha llenado tanto, pero ése no era el mundo real. Era un sueño, y como tal, pasó. Más bien, quedó, por aquí dentro; como decía Thomas Edward Lawrence, cuidado con los hombres que sueñan despiertos, porque algún día los intentarán hacer realidad: un día soñé llevar unos Land Rover amarillos.

Enhorabuena a los cuatro magníficos, Íñigo, Laura, Mónica y Xavi, les seguiré por Inglaterra en febrero; y a los dos afortunados, por Mongolia, en junio.

Agradecimientos a PROmotor Special Events y Les Comes por el evento, tan bien organizado; sobrados de calidad humana, hicieron que fuera una experiencia increíble para todos nosotros, en lo deportivo y en lo personal. A Land Rover y a su socio, la Cruz Roja Española, especialmente a Sergio Domínguez, seguid organizando esta bonita aventura; de nuevo, lo humano supera a lo profesional.

Por mi parte, a Buff, Garmin, Injinji y Ranning.
s
P.D.: ¿2011/2012?

¿Se me ha acabado la G4 Challenge? ¿Me presentaré dentro de tres años? No creo que nadie sepa si se va a celebrar otra G4, hay bastantes dudas que planean, pero suponiendo que se haga, y a la media de tres años entre eventos, a mí me surgen también dudas. Quién sabe qué haré dentro de tres años, si seguiré haciendo deporte a buen nivel o si tendré el tiempo y las ganas. Si fuera el año que viene, diría que sí, al 100%, pero tanto tiempo... Hoy, sigo maravillado con la experiencia. Me he quedado cerca de entrar, sí, pero ir 'resabido' es lógico que te reste puntos en una futura edición. Al no entrar en las internacionales, sí puedo volver a presentarme. No creo que se me olvide esta experiencia en tres añitos de nada. Me seguirá gustando el deporte, los Land Rover y la G4. Con los cambios que supongo que experimentará mi vida en estos años no sé si tendré tiempo para entrenar o para estar de 'golfeo' tanto tiempo. Como no voy a llegar a ninguna conclusión, dejemos que pase el tiempo, y cuando llegue el día, si llega, me lo plantearé de nuevo, de cero, y a ver qué pasa.

+s13: Index: Libyan Challenge, Index: Rock and Ice Ultra

6 comentarios:

Emilio dijo...

Te leo hace ya algún tiempo y esta aventura me ha animado a escribirte.

Felicidades por la experiencia y "sigue soñando".

laura dijo...

hola compañero de fatigas!! jeje!! no veas cómo escribes... cómo cuentas los detalles!! :D:D mola!
yo también estuve muy contenta contigo como compañero en la prueba del domingo, hicimos super buena pareja!! y, como ya te dije, te animo a que te presentes en alguna futura edición del g4 ;)
un abrazo desde catalunya...
laura

ser13gio dijo...

Emilio, he visto que has hecho el Teide a pata, me atrae eso, algún día que vaya de vacaciones por ahí, me escaparé para subirlo desde la playa hasta cima.

Muy buenas Laura. Vete tú a saber qué será de mí en tres años, ni me lo planteo, pero a poco que me acuerde de este fantástico fin de semana, me apuntaré.

Tengo la fortuna de haber estado en Mongolia en 2005, te aseguro que es alucinante, espacioso, bonito y con unas gentes encantadoras. Cúrrate estos dos meses y sueña con los ojos abiertos en el viaje de tu vida. Tienes un bonito obejtivo por delante, vívelo.

Saludos,
s

Anónimo dijo...

Sergio, enhorabuena por el fin de semana. Lastima no haber entrado, pero lo has pasado genial y has estado muy cerca (mas cerca imposible). Lo unico que me joroba es que se haya clasificado alguien que ya participo en un Camel, deverian dar oportunidades a gente nueva, leches, aunque lo haya hecho muy bien.
Ademas, la rodilla se te ha curado ;)

Jaume Tolosa dijo...

HOla Sergio, una vez mas mi enorme felicitación.
No dudo de la capacidad de los clasificados. que no duden ellos de la tuya ni por un solo instante.
En 3 años te veo allí otra vez, me juego un huevo! si no, al tiempo.

Ahora si que imagino que si no antes, nos vemos en febrero.

un abrazo

ser13gio dijo...

Manuelobe, el que hizo el Camel Trophy quedó ¡cuarto! en estas selecciones. El nivel, digo yo, que no era malo...

Quizá nos veamos antes, Jaume, quizá vaya otra vez por allí, a la Buff Epic Race.
s

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