Rock and Ice Ultra - Material: manos

sábado, 11 de julio de 2009

Reconozco que soy bastante débil de manos. De hecho creo que quizá una de las razones por las que nunca me había pensado en serio una carrera con frío es porque mis deditos aguantan muy poco y porque alguna vez, sobre todo en bici, me los he cascado pasando más frío del esperado. Un buen dolor de dedos es una sensación de dolor indescriptible, de lo más doloroso que he sentido nunca, y además si es un rato es posible que te quedes con una estúpida sensación de hormigueo o ligera molestia hasta bien entrado el verano... o durante años.

Pero una vez decidio a ir, y sin saber cómo, di con unos guantes-manopla que me gustaron mucho. Además descubrí el sistema de los calentadores, una especie de 'sobres de té', pero más gruesos, que calientan por sí mismos.

La cuestión, como siempre, era encontrar el equilibrio. Si tienes un trillón de leuros te compras siete pares, los llevas allí, pruebas, y decides. Pero ni tengo un trillón de leuros ¡ni siquiera un billón! Estos guantes me parecieron buena idea y me los pillé. Por cierto, los pedí un jueves por la tarde, viernes a efecto de transporte, y el lunes por la mañana estaban en casa... desde Austria.

Me gustaron, los vi potentes. Pero desconocía todo de lo que eran -30ºC. ¿Funcionarían? Lo sabría posiblemente en los días previos, y aún podría acercarme a la tienda local a comprarme unas manoplas de pluma XXL para ponerlas por encima; pero una vez dada la salida se acabaron las alternativas. ¿Vería algún dedo blanco o morado?

Guantes-manoplas The Heat Company Heat 3 Special Force
Tan largo nombre responde a que los usan algunos ejércitos, entre ellos el alemán -que digo yo que algo sabrán de frío-, pero afortunadamente los había en negro, no es un verde 'militar' que no es que sea feo, pero me gusta más el otro. 99,90€. ¿Caro? Vistos de cerca y usados no me lo parecen; tienen mucho más curro que unos guantes normales o unas simples manoplas, y el material de calidad se paga.

El tema consiste en una manopla que dentro lleva un 'medio guante' y que puede levantarse -la manopla- descubriendo los dedos para poder operar una cremallera, coger comida o sacarte un 'pancho'. Desde que lo vi me pareció una idea brillante.

Talla perfecta -pero no me entraba nada debajo-, cremalleras fáciles de operar -con tiradores- y en dos segundos le coges el truco al tema. Con las manoplas puestas también puedes abrir las cremalleras sin demasiado problema, incluso con evidentes indicios de que están congeladas, porque al igual que la cazadora Raidlight, usa unas cremalleras en las que no se ve la 'carraca' y se autoprotegen digamos.

En las pruebas iniciales comprobé que me iban de cine, pero en dos momentos críticos de la carrera sufrí intensos dolores de manos, el segundo con calentadores incluso. Todo tiene un límite y supongo que la capacidad de aislamiento -y mis manos- también. Excepto esos dos momentos críticos -hubo algunos más pero no tan dolorosos- las manos fueron en muy buen estado, a veces un poco más frescas, otras notaba que sudaba, siempre con calentadores puestos y sin más problema.

Se sacan con gran facilidad -tienen tiradores-, tienen una forma de sujetártelos a la chaqueta o el bastón y toda la parte de manopla se puede plegar con un imán, lo que no me resultó práctico (la flecha al círculo, ver primera foto).

Dada las variaciones dentro de una etapa o de un día para otro, una de las claves era la ventilación, dado que el Primaloft -una especie de pluma sintética- no es precisamente transpirable y porque húmedos aislan menos. Para ello tenía diversas posibilidades como se ve en la foto, todas jugando con la cremallera inferior, la de los dedos: totalmente cerrado; mitad abierto; totalmente abierto; o dedos fuera.
No tengo demasiadas dudas de que la elección fue casi perfecta, me encantaron, y aunque sé que muchísimo uso no les daré, ahí están para futuras salidas a la montaña o rutas con vivac.

Mejoras
A la manopla-guante, poco se me ocurre. Son sencillamente excelentes. Sólo habría que probar más marcas de calentadores, porque los que llevé -comprador allí- calentaban poquísimo; en algún sitio pone que pueden llegar a alcanzar 70ºC... ¿70 qué? Ni de lejos.

Conclusiones
Todos los días tenía algún momento de frío, un vientecillo, la salida, o algo así. Pasarlo mal un poquito y ya está. Pero dos momentos puntuales -uno de ellos por levantarme la manopla y ajustarme la raqueta- fueron durísimos. Ahí sí eché de menos un fino guante interior para crear otra fina capa de aire que aislase un poco más. Nada más.

Recuerdo que tengo unos dedos de mierda y estoy convencido de que muchos podríais ir con guantes más finos, pero éstos son una garantía (como siempre, en las condiciones que yo viví). Muy satisfecho de la compra. Muy recomendables.
s

3 comentarios:

davidiego dijo...

gracias a estos guantes has escrito esta entrada, o no??
si quieres amortizarlos, instaura la costumbre veraniega en tu pueblo de tirar hielo a la gente... así nació la tomatada y demás...

gonzaalo dijo...

joder .. pues la cremallera del dorso de la mano tiene pinta de estar pensada, mas bien, para guardar los condones..

si miras la hora de este comentario .. entenderéis mi estado de ánimo-

ser13gio dijo...

Pues sí David, tengo mis dedines intactos gracias a ellos, no lo había visto de esta manera. Aún así pasé mucho frío dos veces y fresco alguna más. Creo que los guantes son un auténtico pepino, no demasiado caros para lo que hay por ahí y estpy francamente satisfechos.

Pues sí vienes fino, gonzaalo... je je, ¿ducha fresquita quizá?
s

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