¿Y qué puede contar uno de una carrera que aún recuerdo con 'miedo'?
Los recuerdos que me vienen de primeras son las de sufrimiento. Esto no está bien, porque hubo mucho más y bueno, pero sin duda me dejó marcado, porque me resultó extraordinariamente duro.
Como muestra, en la primera etapa tardé más de cuatro horas para quince kilómetros, y o iba buscando florecillas y mariposas, o eso no es normal. En efecto, no era normal aquello. Infierno.
Cometí dos errores que me endurecieron la prueba. El primero, no llevar pastillas de sales, algo obligatorio, y que resolví en los controles previos de material con una excusa y haciéndole un poco el lío a quien lo revisaba todo, sacando dos veces las mismas pastillas que eran para otra cosa... pero tenía que salir del atolladero. Gravísimo error, porque desde la mitad de la primera etapa sufrí numerosos y dolorosos calambres y tirones, que, aparte de hacerme ver las estrellas, me impidieron rendir y me bloquearon también en lo psicológico.
Este error me arrastró durante tres días, hasta que mi cuerpo, presionado por los problemas, supo sacarle la sal a los alimentos para contrarrestar las carencias. Leí en un libro hace tiempo que las sales minerales no son necesarias, que el cuerpo las coge de los alimentos si las necesita. Eso está bien, y lo comparto, pero sólo cuando hacemos una evolución progresiva, como viajar a pie, o vivimos una transición natural de una estación a otra. Pero cuando, de repente, un día queremos correr 200km o cuando viajamos en avión a otro hemisferio, el cuerpo está absolutamente perdido. Y así me pasó, tres días dando tumbos por la selva amazónica, en algunos de los más duros momentos de mi vida deportiva, y quieras que no, aunque no es que lleve lo más duro del universo, uno empieza a tener un bagaje. Sufrí muchísimo por esta causa.
La otra razón fue porque me esperaba una carrera de atletismo. Ya critiqué en su día que la denominación Jungle Marathon no era la más adecuada y que daba lugar a errores, como los que yo cometí. Ciertamente si hubiese sabido que era tanto de andar-reptar-sobrevivir, no sé si hubiera ido, porque soy atleta, y aunque cada vez me guste "menos" eso de correr y me atraiga más la aventura, fui confundido. Porque le pega mucho más Jungle Adventure o Jungle Challenge, pero no eso de Marathon. Al llevarla mal enfocada, de nuevo, tuve que readaptarme a lo que había, y lleva su tiempo. Al acabar la primera etapa, completamente fundido, no me podía creer lo que había vivido, en sólo 15km ¡de 200! estaba absolutamente vacío. Rápidamente recapacité y fui a acabar, algo que me costó sufrimientos indecibles. Pero se pudo hacer, y no soy yo ningún extraterrestre... con lo que si te apetece, ánimo, pero no te engañes, prepárate a conciencia, y por mucho que entrenes no sabrás lo que es sufrir hasta que llegues allí.
A unos buenos amiguetes que fueron les dije la verdad: vais a escupir sangre. Y creo que me dan la razón aún. Dura hasta decir basta, increíblemente apasionante, y que encuentra tus límites en lo físico y el piscológico. Es una aventura, piensa en llegar y en sobrevivir, no falles en nada y tendrás posibilidades de cruzar la meta.
Otro tema importante es la organización. Reciben críticas, yo las hice en su día, y creo que fallaron y siguen fallando. Algunas cosas son menores, o yo no las considero importantes, otras son comprensibles, y algunas son irremediables. Desgraciadamente el mayor problema de la carrera es la seguridad, porque es -te lo digo yo ya- imposible hacer una prueba ciento por ciento segura en ese entorno, si no talas todo el recorrido y/o no vas con 300 personas de organización. Como ni lo uno ni lo otro va a ocurrir, el tema está peliagudo. Nunca ha ocurrido nada, eso es cierto, y sí que ha habido problemas de gente que se pierde (...yo), mordeduras de escorpiones y demás, pero todo se ha resuelto satisfactoriamente. Pero no significa que no pueda ocurrir. Esto no es desierto, es la cuenca del Amazonas, es infinitamente más difícil en todo, en ver a los corredores, en asistirlos, en sacarlos, en todo, es otro mundo, olvídate de todo si has ido a Sables, esto es una aventura. Parece que desanimo y que quiero meter miedo. Pues sí. Si respondes sí a las miles de preguntas que te debes hacer sobre seguridad, aventura y compromiso, es que estás preparado para ir, si no, hay muchas carreras por el mundo que seguro te llenan. No es un juego, sé responsable y coherente con tus decisiones.
Si has llegado hasta aquí ahora toca la parte buena. El recuerdo también es excelente, de dureza, de desafío, de encontrarte rodeado de auténticos supervivientes, de gente centrada y muy motivada; el lugar increíble, brutal y de una belleza dolorosa; ese sentimiento único de saber que estás haciendo algo especial en tu vida, y que muy posiblemente jamás se te presente -ni lo busques- en la vida; esa sensación de sentirte único.
Cada vez pienso más en volver algún día...
s
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Addenda - Jungle Marathon 2004
lunes, 4 de octubre de 2004
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