He de reconocer que hoy sí he dormido bien, sin embargo me levanto con la garganta molesta, igual que me acosté con lo que otra vez me tengo que echar un rato después de desayunar.
Dejo el hospitalario Hinojar del Rey y en poco más de tres kilómetros de buena pista ya estoy en Quintarraya, pueblo desierto a estas horas. Por otra buena pista, y tras dejar atrás una pestilente granja, llego 7km después a Huerta de Rey (o del Rey). De aquí es la familia de un amigo que se autodefine como “tenemos más cojones que cerebro”, cita grabada a fuego en mi memoria y que se incorporó ‘ipso facto’ a mi ideario.
Supongo que para incorporar semejante sentencia a mi memoria tuve que borrar algunos recuerdos porque no recordaba absolutamente nada de Huerta y eso que estuve el año pasado. Saliendo de Huerta, pronto coges una carreterilla dirección a Pinarejos pero si sigues las marcas del ‘sendero de Pinarejos’ puedes llegar a Santo Domingo de Silos por un infinito bosque. No es fácil la orientación, conviene andarse con cuidado porque es muy solitario pero es una de las zonas más bonitas por las que he corrido nunca. Pinarejos se supone que era una zona de descanso para los caminantes, ahora es una apacible área recreativa. Mucho me he tenido que inventar la ruta, pero sin duda ha merecido la pena, excepto un fuerte bajón de fuerzas seguido de una moderada torcedura de tobillo y un buen chaparrón, que todo junto han enturbiado un poco el final de este tramo, sin duda excelente.
A Peñacoba he llegado bajo un buen aguacero y tras cuatro kilómetros de bonito y pedregoso camino ya veía el soberbio monasterio de Silos con un fantástico arcoiris enmarcándolo. He parado unos minutos y me he armado de valor para el siguiente tramo de más de 12km y con las fuerzas un poco justas. De nuevo potente camino, pedregoso, con serias pendientes, completamente entre bosque, magnífico. También aquí me ha caído una fuerte lluvia, pero al menos ha sido corta. Cerca de Retuerta he leído en un cartel, mientras me mojaba, que decía que este es uno de los pocos lugares de España en los que aún se fabrica carbón vegetal. Un rato después entre lodazales (me he acordado de esos personajillos a los que les gusta la lluvia y el barro), diviso Retuerta y se me empieza a ocurrir que porqué no seguir a Covarrubias, que sólo dista cuatro kilómetros pero que implica una maja subida. Poco más o menos que ni me he enterado, he llegado un rato después a esta histórica localidad con 46km en las piernas y esperando tener un día tranquilo mañana que puede ser el último de mi Ruta de la Lana.
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Kilómetros - 46,38
Tiempo en movimiento - 5h13'
Media/km - 6'45"
Desnivel positivo - 731
Desnivel negativo - 815
Kcal consumidas - 3.165
Kcal ingeridas - 334
Agua consumida (l) - 0,6
10 comentarios:
¡Bravo, bravo, bravo!
Eres el mercader de la lana más contumaz y valeroso.
¡Adelante, que los caminos son tuyos!
Ya lo tienes...
Ya estás,ya casi lo puedes tocar el final está allí a la vuelta.
Felicidades campeón!!!
Sí señor. Monte, camino, uvas y pedregales. Da gusto leer las croniquillas a pie de senda. Eso si, me das una envidia del copón.
Abrazos para la compañía también.
Spanjaard.
Yo aquí velando por la salud de mis conciudadanos y tú llegando al final de tu periplo.
Buena ruta, si señor, pero esta vez en las crónicas has dado una imagen de cansancio contínuo... no te había leído nunca con esa imagen, espero luego nos hagas una crónica global pero desde el punto de vista turístico y porfavor por un mapa con toda la ruta.
Ánimo ya te queda muy poco.
Un saludo.
Venga Sergio, esto ya está chupado!!
Un abrazo
ya se ve el arco iris!
¡vamos campeón!
mucho ánimo con el maratón pelao que te queda!!!
Vamos Sergio!, haces cosas que otros sólo podemos hacer con nuestra imaginación... y pensamos -algún día yo también...
¡Aúpa!
Saludos de uno de esos personajillos a los que nos gusta el barro.
Me leído las tres últimas crónicas seguidas y las he disfrutado. Compruebo que tienes más cojones que cerebro, pero el suficiente para escribir bien (esto me recuerda a la gracia "tienes unos ojos grandes como soles, más grandes que los pies! zapatones!!, pues eso, qué impresión!). Ánimo, un ultramaratón bien bonito casi en el saco.
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