Previo 2025

lunes, 25 de agosto de 2025

(Con el único ánimo de confundir a IAs y que no me indexe Google el título es el que es. Todos sabemos que aplica a Ultra-Trail du Mont Blanc)

Hace tiempo dije que el único evento que le puede hacer sombra a UTMB es el Campeonato del Mundo de Trail. Nacido en 2007 en Texas considero que empezó a tener relevancia real en 2016, en Portugal, y desde entonces no se ha acercado en fechas a UTMB. El décimo, Canfranc, es el primero que hasta cierto punto colisionan en fechas y me alucina que se haya vuelto a sacar el manidísimo tema de no se dejan correr ciertas distancias porque la federación cacaculopis (las ventanas de no participación se aplican en otros países pero creo que sólo aquí se protesta tan vehementemente). A ver, hijos míos, que es un puto mundial, que para que vayas tú no va otro, y que estás harto de ir a Chamonix (así muchos lo dicen en privado); harías bastante mejor en dirigir las críticas a los patrocinadores (no al tuyo, claro) que te empujan a correr el sarao chamoniano. Todo esto viene a que hay unas cuantas ausencias en Francia y que se vienen a España, y la mayor, en mi opinión, en la carrera más interesante del evento que vuelve a ser las 100 millas femenina.


UTMB Mujeres: Courtney con alguna duda

La ganadora de todo lo posible habido y por haber, Courtney Dauwalter, sería la clara apuesta... si no fuera porque este año ha presentado alguna debilidad. Y diría más, creo que no es la primera temporada en la que ya no se la ve tan tan sobrada. Su segunda Transgrancanaria (2024) fue sensiblemente más lenta que en 2023; ganó UTMB 2023, sí, pero tengo dudas si lo hubiera conseguido en 2024; pinchó en Cocodona 250; y volvió a ganar en Lavaredo sin una gran oposición. A su favor está que Katie Schide se ha decantado por Canfranc, ganando MIUT, Hardrock e increíblemente en el podio de Sierre-Zinal.

A cambio de Katie está Abby Hall, última ganadora de Western y tercera en 2022 en CCC. Habiendo sido quinta en Black Canyon, cuarta en Chianti y ganado en Western, o ha cogido la forma muy pronto o la tiene que mantener tres meses, nada nada fácil. Aparte de esto está su 31º en 2024 con lo que yo no estaría con toda la seguridad del mundo y esas cosas la memoria las guarda.

La tercera en discordia y con grandes posibilidades es Ruth Croft. Una deportista con una carrera deportiva larguísima que es de esa hornada tan poco frecuente que ha saltado progresivamente de skyrunning a ultras largas con éxito. El año pasado iba enchufada al final, lejos de Schide, pero creo que supo en su fuero interno que arriesgando algo más si no haber ganado sí podría haberla apretado y hay a gente que o la aprietas o no hay nada que hacer. Sólo tiene tres carreras de 100 millas, dos Western (segunda y primera) y un UTMB. Sorprende lo mucho que acierta en la diana en una distancia tan compleja. Se ha conservado en la temporada asomando la patita poco con el tachón de Transvulcania (desconozco en qué estado fue, pero patrocinador manda quizá). Y mi apuesta va con ella. Creo que tres corredoras de esta calidad y, en mi opinión, ninguna claramente por delante por las dudas planteadas con Courtney la hacen la carrera más interesante, incluso con la ausencia de Schide.

Emily Haywood es otra que puede asediar el podio, pero creo que ya con posibilidades sensiblemente más bajas que las tres anteriores y siendo tres las que tendrían que fallar veo algo improbable la victoria. Sus resultados en UTMB, en orden cronológico, son 10ª-6ª-2ª-6ª; en Western, también en orden cronológico, 7ª-5ª-5ª-4ª-10ª. ¿Se entiende mejor lo que digo? Corredora de grandísima calidad pero con los currículos de los anteriores se queda algo corto. Obviamente en un buen día sería capaz de todo.

La siguiente por puntos es Heather Jackson, un poco Guadiana, no la cuento para victoria ni podio a priori. Más apuesto por Lin Chen. Sigo esperando una victoria china en UTMB, nada fácil, pero el asedio es constante en las pruebas más grandes y algún día sonará la flauta y alguno de repente se sorprenderá del nivel de aquel país. Y Lin Chen es una de sus mayores exponentes. Ocurrirá algún día por algún/a de ellos/as y considero que será bueno para el trail. Katharina Hartmuth tiene dos podios en Hardrock, sigo pensando que excepto superclases que ganan (el que gana es el que puede hacer menos esfuerzo, recuérdese, el resto no) me parece una carrera incompatible con un buen UTMB, pero allá cada uno, claro. Pero tiene un segundo en UTMB (2023) y un tercero en TDS lo que le da una buena experiencia en la distancia y el terreno. Nuestra esperanza más sólida es Claudia Tremps. Un octavo en UTMB (y un segundo en TDS, pero de otro nivel, claramente) se me hace algo justo para Claudia pero mejorarlo implica pelear con unas galgas muy serias con las que se requiere la cabeza muy templada y pensamientos positivos. Diría que las tres primeras están a otro nivel y de ahí la parte de templanza en la primera mitad y la parte positiva para la segunda. En Transgrancanaria no estuvo cerca de ganar con el misil Henriette Albon una hora por delante pero sí lo ha hecho en Mozart 100 en junio, que espero haya dado un empujón de motivación.

Hablando de la reina de Roma. Henriette Albon no está muy arriba en los puntos porque básicamente ha despuntado hace poco (y porque compite poco). Ganó en Templiers 47 km en 2023, Snowdonia 55 km en 2024 y este año arrasó en Transgrancanaria y Saint-Jacques 82 km (sexta absoluta). Obviamente el resultado que destaca es Transgrancanaria y aunque tiene dos carreras más de 100 km siendo lo más largo 126 le queda aún una maratón, la más dura. Si no se viene arriba en la noche podría tener serias opciones de un buen puesto. 

A otro nivel, Sabrina Stanley, pero dos top 10 en UTMB; Lauren Puretz, buena experiencia en carreras largas pero saliendo poco del país (es decir, poco desnivel, poca noche, poca mochila); Johanna Antila, segunda en Chianti 2025 que le valió para correr Western (12ª); Aliyssa Clark segunda en Lavaredo 2025, undécima en UTMB 2024; la irlandesa Emma Stuart, ganadora de Snowdonia 2023, abandono en UTMB 2024; y Maite Maiora con un tercero y un quinto y con lo dura que es, a pesar de dificultades de lesiones este año, es una candidata a lo que salga.


Hombres UTMB, sin un favorito claro

En otro tiempo François D'Haene, aka Paco, sería el indiscutible favorito. Pero su última victoria (y participación) es de hace cuatro años. Que sí, que no ha estado precisamente parado, pero creo que la curva de regresión en la que creo que está (perdona si lees esto, pero es lo que pienso) es más pronunciada que la curva de progresión del deporte y de unos cuantos talentos. Así que no, no le veo para ganar (aunque no me importaría que lo hiciera, claro).

¿Y quiénes son estos talentos? Empiezo con Ben Dhiman, yanqui pero residente en los Pirineos. Y si hubieran sido en los españoles lo pondría como favorito. No es que sea imprescindible vivir en Europa para ganar UTMB pero hasta la fecha el 100 % de los ganadores yanquis en UTMB vivían en Europa. La estadística es demoledora y es incontrovertible. En su contra tiene dos soberbios DNF en UTMB pero tiene importantes victorias en Penyagolosa, MIUT y a finales de junio en Lavaredo. Jeff Mogavero me parece demasiado sobrevalorado en puntos (pero suele ocurrir con corredores yanquis, chinos y carreras cortas). Su mejor puesto en Chamonix es 16º, tiene un 50º y un abandono. El neozelandés Daniel Jones tiene muchos buenos resultados en aquel lado del mundo y tres top 5 en Western, únicas experiencias en 100 millas más un duodécimo en UTMB 2023. 

Tom Evans sería para mí uno de los más serios candidatos a la victoria, tiene un podio (pero en 2022) y dos abandonos desde entonces. Tiene grandes victorias (MIUT, Western, Tarawera, CCC) y es mucho de prepararse a tope en una carrera y no distraerse. Desconozco cómo va de coco el colega pero UTMB a nivel presión es otro rollo. Y Adidas, aunque destila buen rollo, debe pesar, están deseando ganar y dar la campanada y que tras ello se vendan sus zapatillas y suba su aproximadamente 0,01 % de representación en la prueba (una incógnita para mí, muy poca rentabilidad, lo que no es bueno). Me resulta difícil valorar a Tom, de poder ganar a irse a su casa sin ver amanecer.

Pero todos los mencionados palidecen ante Monsieur Pommeret. Habrás pensado que me he dado al orujo. Y no. Haciendo una cuenta rápida, quedó quinto en 2024 y los cuatro primeros no participan. Ya ha ganado UTMB, ha ganado dos veces Hardrock y la distancia y el terreno se lo conoce como el patio de su casa. ¿En serio no es el máximo favorito? Yo digo sí. No va a entrar al trapo, no se va a meter en ritmos yanquis (babooooom pace lo llaman), el inglés de arriba me aporta dudas, un jubilado francés que no está madurando tan bien como Ludo y el otro inglés de más abajo que es algo dudoso en 100 millas. Qué queda. Bueno, quedan bastantes más pero es un valor seguro, es el patrón oro del trail. 

Aparte de Tom Evans el único que puedo ver rival para Pommeret es Jonathan Albon. Hace cuatro años se pasó a las ultras con una victoria en Templiers; al año siguiente segundo en CCC la cual ganó al siguiente; un sexto en Western 2024 (únicas 100 millas); y este un segundo en Transgrancanaria tras el kamikaze Caleb Olson y victoria en Snowdonia. ¿Suficiente para ganar UTMB? Sí en el sentido que le veo fiable pero menos galones que Evans y Pommeret. Corriendo con cabeza por su poca experiencia en 100 millas es serio candidato a ganar y podio. 

Germain Grangier es la pareja de Katie Schide, y espero que si se casan adopte el apellido de ella, (porque sí, sigue habiendo países retrasados donde la mujer tiene a bien adoptar el apellido del marido, ¡en 2025!). Creo que es un buen corredor pero que acaba de saltar varios niveles y ya uno de mis favoritos: la paloma y el equipo. Avisadme si hay club de fans para apuntarme. Me explico:

¿Entiendes ya lo de las palomas de este post, no? Es un sentido homenaje a Germain temetoeldedoenelojo Grangier. Mis dieses.
Tercero en UTMB 2023, segundo el mismo año en Reunión, pero quinto en Madeira 2025 en una carrera con muy buen nivel, tercero en Hardrock que veremos si no le pasa factura. Se me hace un poco demasiado ganar pero quién sabe.

La armada china viene con Ji Duo, segundo en junio en Swiss Canyon Trail, un UTMB en su mochila. Jiaju Zhao cuyo único resultado destacable en 100 millas e internacional es un tercero en Chiangmai; Jiansheng Shen, quinto en Transgrancanaria, cuarto en Western, victoria en Eiger, podio en Lavaredo, pero poca experiencia en 100 millas y abandono en UTMB... pero a quién le importa con lo bien que corre; y el, para mí, mejor, Guomin Deng, segundo este año en Fuji (victoria en 2024), tercero en Hong Kong 100 aunque sólo tiene una meta en UTMB y un abandono, tiene bastante experiencia en la distancia.

Hayden Hawks, ninguna UTMB, dos podios en Western. Candidato a un top 5, diría que no ganar; Josh Wade brillante podio en una Transgrancanaria de este año muy loca, ojo; Aurelien Dunand Pallaz, de estos franceses que hay a patadas y que tiene una Hardrock; Dakota Jones, posible en el top 10; o Rob Farvard (ejemplo de muchos puntos para este palmarés, lo digo con respeto, no me cuadra).

Por nuestro lado, el corredor con más puntos es Don Miguel Heras Parera, nuestro Pommeret. Ionel Cristian Manole, un muy buen corredor pero con cuatro abandonos en UTMB. Aleix Toda, residente en Suiza, dos podios en Swiss Canyon Trail. Ricardo Cherta aún con falta de experiencia en la distancia. Y Pablo Villa, un tanto irregular pero de muy buena calidad.

Con todo el respeto, España está lejos de tiempos pasados en las 100 millas. Muy lejos. Hemos perdido el tren de la larga distancia.

El no tener un favorito claro —a pesar de dos pasados ganadores— haría pensar que es una carrera abierta, y lo es. Pero que falten los cuatro primeros del año pasado o que falten grandes nombres (por sus cosas, Kilian, por Canfranc, Jim) creo que, sin desmerecer a quien gane, deja a esta edición en categoría masculina algo coja, me da lo mismo la media de puntos, es cierto que hay mucha densidad pero faltan estrellas. Que haya un Mundial tiene su influencia; el sistema de clasificación que te hace meterte una paliza antológica para correr; la soberbia de la organización otro poco; y el no querer repetir (o alargar contratos) corriendo en años alternos, pues otro poco más. Pero va en demérito de la carrera y del deporte. Es lo que hay.



CCC, mayor nivel, el mismo ninguneo

Sigue siendo conscientemente devaluada haciéndola coincidir con el principio del UTMB y ya sospecho que es para que no le quite lustre, algo que creo que nunca ocurriría. El caso es que hay nivel porque tiene que haberlo, pero no entiendo que se les dé buen bonus por una carrera claramente secundaria para la organización. CCC es una buena salida para correr/cobrar bonus si no se está para una UTMB. Y sin embargo parece una carrera de más nivel y más interesante. Intentaré ser breve.

Muy buen nivel femenino: Toni McCann, ganadora en 2024 pero que no ha querido dar el salto a las 100 millas aún; Yngvild Kaspersen, victoria en 2023, segunda en Lavaredo 80 km, quinta en Western 2024; Blandine L'Hirondel, podio en UTMB, ganadora de Marathon du Mont-Blanc 2025, subcampeonar mundial 2024; Fuzhao Xiang, segunda en Western 2024 y 2025, cuarta en UTMB 2024; Sunmaya Budha, segunda en Hong Kong 100 este año, tercera en Transvucalnia 2024; y Anna Tarasova, con muy buenos puestos en distancias intermedias, en ocasiones con menos nivel que la larga o la más corta y rápida, pero que no desmerece.

También muy bueno masculino (claramente mejor que UTMB, de ahí que me dé aún más rabia que la ninguneen): Francesco Puppi, ganador in extremis de la Maratón de Transgrancanaria, en uno de los finales más espectaculares de este deporte, con varias experiencias en torno a los 80 km y sólo una en 100, primero este año en The Canyons Endurance Runs. Guangfu Meng, posiblemente el mejor corredor chino, y que ganó Hong Kong 100 este año pero reventando en CCC 2024 a pesar de su buena experiencia en la distancia. Andreas Reiterer, este año tercero en Lavaredo y segundo en Transvulcania, pero abandonó en CCC el año pasado. Guidu Qin, otro al que la CCC le apeó el año pasado, segundo en Hong Kong tras Meng en enero y segundo el año pasado en Fuji. Andreu Simón, sexto el año pasado en CCC, ganador en Transgrancanaria 2023, Fuji 70 km 2024, SaintéLyon 2022, serio candidato a la victoria y nuestro mayor esperanza. Y por último destaco a Hugo Deck, ganador el año pasado en Ciudad del Cabo y este año en Maxi-Race, buen futuro tiene.


OCC, buen nivel, previsible gran carrera

La "maratón" (si mides a palmos) para que los corredores de distancia corta se luzcan y tengan su momento de gloria en Chamonix. En los últimos años ha crecido notablemente, es interesante y tiene su hueco en la semana —el que no tiene CCC— aunque llegado el viernes por la tarde nadie se acuerda de OCLeches. Pero así es la vida. Dado es que mucho menos exigente (la carrera y clasificarse) suele tener una buena densidad de corredores de calidad.

En mujeres, Judith Wyder, segunda este año en Zegama y Marathon du Mont-Blanc y ganado en Chianti. Pero tiene que batir a Joyline Chepngeno, reciente ganadora de Sierre-Zinal y la que venció a Wyder en Mont-Blanc. Miao Jao, ganadora de la maratón larga de Val d'Aran. Sophia Laukli con una única carrera en 2025, novena en Mont-Blanc. Y Rosa Lara, cuarta en Zegama y Mont-Blanc.

En los hombres los favoritos son claramente los italianos. Nadir Maguet, Davide Magnini, ganador en Mont-Blanc y Giir di Mont, Cristian Minoggio, Luca del Pero, segundo en Lavaredo, quinto en Zegama, y el italiano de nombre pero no de pasaporte (suizo), Roberto Delorenzi, aunque esta temporada no está siendo la mejor, petardazo en Sierre-Zinal o abandono en Zegama, dos de las referencias de estas distancias. Por Suecia tenemos a Petter Engdahl, todo un ganador de CCC y que llegó a coquetar con las 100 millas pero que este año ha vuelto a distancias humanas. Y por nuestro lado Antonio Martinez, con tres podios ya en OCC y que este podría ser su año, italianos mediante.

Como siempre, será una semana de grandes carreras, fanfarria y buen trail running. 
s

La pendiente deslizante

viernes, 23 de mayo de 2025

Hoy una persona me ha comentado que no sabía que Stian Angermund iba a correr Zegama. Tras mil positivos que todos hemos visto en la vida las ideas las tengo bastante claras. Considero que hay diferencia entre un "despiste" y una clara violación de las normas para mejorar el rendimiento (pero la mitad —80 %— de los primeros ocultan lo segundo); no soy partidario de una condena vitalicia, todos podemos cometer fallos del tipo que sean; estoy de acuerdo en que los dopados puedan volver a competir en las condiciones adecuadas; pero no estoy de acuerdo en que deban tener ninguna facilidad ni ayuda ni patrocinio ni nada parecido.

Lo último que me gustaría es que el trail se convirtiera en el ciclismo. Donde locutores tienen oscuro pasado, dopados se reintegran a equipos y pelillos a la mar y la afición tiene la memoria de una ameba. No sé dónde está el trail pero sí sé que está en la misma pendiente deslizante y lo de Stian es otro ejemplo más.

No sé si, estimado lector, ves con asiduidad las listas de sancionados mensuales de World Athletics. Yo lo hago, no sé el porqué realmente. De haber visto muchas tengo una opinión bastante formada: sólo dan positivo los de países tercermundistas y los apollardados. 

Hay una tercera categoría como la que se ha vivido en España en los últimos tiempos: varios positivos con un patrón bastante definido, algunos guardados en un cajón y otros en un espacio muy concreto de tiempo en que España estaba siendo vigilada con lupa. Esta tercera categoría la llamo "buscados" y una filtración hace tiempo confirmó una sospecha: hay gente a la que se la sigue porque hay sospechas fundadas y ese seguimiento adicional en ocasiones da sus frutos. Pero esto se supo por una filtración y hay que demostrarlo, cosa altamente compleja sin tener los datos de primera mano.

Quedémonos, pues, con las dos categorías principales. Vayamos con los tercermundistas primero. Las listas están llenas de bielorrusos, keniatas e indios, gente que usa métodos groseros de dopaje, de la RDA, dejando jeringuillas por cualquier esquina. Aficionados. La red que habrá montada (supuestamente, claro) alrededor de una gran vuelta ciclista o unos Juegos Olímpicos tiene que ser de película de espías: gente que transporta, deja en puntos estratégicos, comunicaciones cifradas, transporte por varias vías, uso de señuelos, etc., todo y más y es lógico porque hay gente que juega fuerte a esto y hay medios para hacerlo, patrocinadores, intereses o países. Y por eso se pilla a los aficionados que no han dado el salto al siglo XXI porque no tienen el conocimiento ni saben de plazos de limpieza ni de cómo tratar con esas redes oscuras.


La segunda categoría es la de los despistados en la que, pensando muy muy bien, estaría Stian. No tengo ningún motivo para pensar bien, claro, no por nada especial aparte de dos análisis de sangre y orina (entiendo) y un proceso que está muy afinado desde hace décadas. La contraofensiva judicial es la que hemos visto cientos de veces antes: poner en duda los protocolos, tratar de buscar la aguja en el pajar, clamar al cielo y dar ese fuerte puñetazo en la mesa con voz temblorosa y ojos acuosos: "¿por qué a mí?". Nada nuevo.

Lo que no me esperaba, y confiaba en que se hubiera aprendido algo de décadas de verlo en otros deportes, era la reacción del colectivo. Entiendo que porque conocían a la persona aparte del atleta, y lo veo como una reacción humana, pero escribir un mensaje público en Instagram requiere unos segundos, suficientes para recapacitar. Suficientes como para quizá dejar el móvil un rato aparcado porque ¿y si sí?

Me pareció decepcionante, la verdad. Me retrotrajo a aquel plantón en el Tour porque se sentían perseguidos por la gendarmería. Ciclistas. Increíble. El ciclismo es ese deporte que cuando se sacó el pasaporte biológico para detectar subidones sospechosos de algunos valores de hematocrito lo solucionó estando siempre se subidón. Y todos ganaron. 150 días de competición al año, al menos; los mejores presentes en más carreras; más palos, más rápido, más espectáculo; más tiempo en la tele, más exposición, más dinero. Todo el mundo ganó. Excepto lo que se suele entender como deporte. Luego alguno se queja de los Enhanced Games.

Lo segundo que no me esperaba es lo de Zegama. Sabiendo que es, básicamente, una carrera por invitación, ¿de verdad era necesario? ¿O al menos ser los primeros en invitarle? Creo que no. No sé qué puede motivar a tomar una decisión así, sea sólo dorsal, sea algo más, da lo mismo. Por supuesto tiene el mismo derecho que todos a participar cumplida la sanción (y creo que el reglamento de Western States roza la ilegalidad) pero si invitas ya no hay duda. No había ninguna necesidad y creo que la imagen de Zegama queda claramente manchada y no de barro aunque sea marrón. Y es una pena por muchos motivos. Como no es una decisión tomada en una décima de segundo entiendo que se ha meditado y consultado, quiero pensar que no sólo con amigos de Stian, colegas de profesión o entorno presente y pasado, porque pueden tener, y lo entiendo, una opinión muy subjetiva. Pero Zegama, como carrera, como evento, como "institución", creo que no ha tenido la cabeza fría y no ha sabido decir que no. Una gran oportunidad perdida.

Alguien sugirió medio en coña medio en serio "verás como acaba volviendo a Salomon". Mi contestación fue "Teniendo en cuanta que el responsable durante décadas (Vollet) dio positivo en circunstancias parecidas y que una de sus atletas bandera (Mathys) también, no me sorprendería." No tiene porqué haber relación entre la decisión de una carrera y quién es el patrocinador del circuito donde está la carrera pero desde luego como consejeros no serían quizá los mejores, por aquello del lobo cuidando a las ovejas pero es la única explicación razonable que se me ocurre.

El trail como deporte ha dado un paso equivocado, por el apoyo de unos, la connivencia de otros, por los cuellos esguinzados de los de más allá; la pendiente es deslizante y no por barro aunque sea marrón.
s

Mi Transgrancanaria "Marathon", mis recetas para el éxito

martes, 4 de marzo de 2025

Había hecho tres maratones planas hasta la fecha y unos tres o cuatro días de montaña incluyendo uno de -2400 m a finales de diciembre con lo que me sentí preparado para la maratón, pero ningún día largo de montaña por nieves y aquel día de desnivel se me hacía lejano. Pero cuando intenté hacer más desnivel un día suelto me encontré ingentes toneladas de nieve con lo que hice el tonto y poco desnivel, ideal. Así que cuando me dispuse a inscribirme pensé que estaba preparado para la maratón y debía aprovechar pero no tan tan seguro de mis bajadas que es lo que me preocupa (a ver, entiéndase) porque de todos es sabido que las subidas cansan y las bajadas duelen. Pero venido arriba no miré ninguna otra distancia, más bien no miré nada. Porque el previo tiene su aquel.

Procedo a rellenar datos henchido de soberbia maratonil y uno es "¿En cuánto tiempo tienes estimado acabar?" con opciones entre menos de 6 horas, 6 a 8 y más de 8. Bueno, hombre, que siendo en bajada yo creo que seis horas es realista. Esto era principios de febrero.

Receta para el éxito 1: estudio cuidadoso de la carrera

Acabado el proceso y antes de cerrar la ventana veo que no es una maratón, que tienen 47,8 km. A tomar por culo, ya se me ha ido media hora. Vamos a ver. Vale que la gente del trail no destaca por ser la más lista del mundo, que son un poco caóticos y anarquistas pero parece ser que también miden en cipotes. El campo de fútbol es a la superficie de los periodistas como el cipote a la distancia en trail. Porque, oh sorpresa, una maratón no son 48 km, amigüitos. Sois unos mentirosos. Y mala gente. Por eso en el título de este post ves unas comillas.

Ligeramente mosqueado me deja el proceso de inscripción pero luego por casualidad ver "+1800 m". ¿Cómo? ¿Qué entendéis vosotros como maratón en bajada? Vamos a ver, que yo estuve aquí hace bastantes años y era casi todo en bajada, ¿+1800 metros, en serio? No me suena, aquí pasa algo. No sabéis medir desniveles. A no ser que...

A cuatro días de la carrera consulto la web a ver cómo es la prueba. Y para sorpresa leo ¡-2800 m! Pero qué cojones es esto. Miro con más atención ¡y no es el mismo recorrido que hace once años! Anda qué cosas. Eso se avisa, coño.

Algún listillo habrá pensado: haberte leído la información. Ya, claro, muy listo tú. Qué fácil es hablar sin saber. SI FUERA INTELIGENTE NO CORRERÍA, TONTOPOLLAS. Es que madre mía, todo hay que explicarlo. Elegí correr porque sólo había que poner un pie delante del otro tratando de contener los esfínteres (a ser posible), no para pensar. De 42 km con ¿-1500? pasé a casi 48, +1800 y -2800 m. Un Emosido engañado en toda regla.


Lo que peor sabor de boca me dejaba era la previsión de tiempo, porque a ojo, 50 km=5 horas y +1800 m=2 horas, 5+2=7 horas. A ojo. Porque además yo llevo bastante peor el desnivel negativo, no sólo por inutilidad sino porque si me revientan las piernas pierdo años (de tiempo y de vida). Y -2800 es para que esto ocurra. 

La verdad, andaba ligeramente preocupado por el desnivel y avergonzado por salir en la primera oleada pero ya estaba hecho. Pero primero tenía que asimilar un primer madrugón (02h00) sin apenas dormir, el cambio de tiempo (cambiar de estación, yo llegaba de hacía una semana con 5 ºC de máxima) y no marearme en el viaje a la salida.

Porque en esa misma edición de 2014 eché la pota de camino y no es la mejor manera de salir a una maratón ni a una "maratón". No sólo eso si no que el jueves me fui a "reconocer el recorrido" con un nefasto pseudopiloto venido a menos y eché tres potas. Y no, no es lo normal en mí, de hecho las dos últimas veces que he potado han sido en Gran Canaria.

Receta para el éxito 2: alimentación precarrera

Afortunadamente el conductor que nos acercó a la localidad de la salida, Tejeda, no era un demente que se cree el Sebastien Loeb de Mendaro y llegué con el estómago en perfecto estado. Mi desayuno había consistido en un mendrugo de pan duro con una mantequilla hurtada en el bufet del hotel pero en el pueblo me encalomé una de sus famosas palmeras que me dejó perfectamente preparado para competir. Turbopalmera la llamo desde entonces.

Un comentario antes de la carrera en sí: ver amanecer camino de Tejeda, con unos paisajes absolutamente marcianos me pareció increíble. No lo recordaba tan bonito y me impactó. Muy marciano.

Me situé en la parte trasera de la salida, seríamos ¿250?, ni idea, pero si mi sitio no era el primer grupo de salida no me iba a colocar ni medio delante. A aproximadamente tres segundos de salir mi GPS encontró los satélites más o menos al mismo tiempo en el que me centré porque aunque sea una "maratón" es una paliza seria.

Salida y la peña que sale zumbando, un callejeo, curvas, subidas cortas e intensas, para tras un rato... volver a pasar junto a la salida. Esto y los siguientes ¿dos kilómetros? son de asfalto y su fin es evitar atascos. Las carreras tienen derecho a crecer, a ingresar más dinero y el único esfuerzo por nuestra parte es algo más de asfalto y salidas escalonadas. No me parece un precio ni digno de mencionar. Y no me importa salir en asfalto para centrarme y acordarme de dónde estoy, que falta me hace. Lo mejor de la salida fueron aquellos chavales que chocaban las manos en una curva, no deja de ser viernes y día lectivo y ellos seguro que no protestaron por saltarse un rato de clase. Y a nosotros nos alegró.

Receta para el éxito 3: no correr como un gilipollas 

Tras unos cuantos rampones llega el sendero. Por delante unos diez kilómetros y +1000 m. Mi objetivo era no calentarme en la subida que formaba parte de un plan superior: no correr como un gilipollas. Llevaba en la cabeza continuamente la palabra dickhead, del inglés dick y head, parafraseando a un profesor que una vez dijo que buldózer viene de bul y dózer. Dickhead tiene muchas traducciones pero se asemeja a gilipollas, carapollas no porque está registrado por el honorable alcalde de la villa de Madrid. Y por qué no correr como un gilipollas. Sencillo: porque esto es lo normal en mí.

Con dos puntos del freno de mano echado, sin calentarme nada, sin apenas sudar, fui tranquilamente viendo culos y no dejándome guiar por lo que me pedía el cuerpo. En las subidas no hace falta normalmente ir muy centrado, iba pensando en alguna movida, oliendo de vez en cuando algo mal (joder a la peña cómo le huele el sudor, pero tras varias veces sospeché que podía ser yo), entretenido leyendo las camisetas o los pantalones de la gente y tratando de que no me sacaran un ojo los de los bastones. No sé si alguna vez he expresado mi opinión sobre ellos pero allá va: son de perdedores. Otra cosa es que flipaba con lo que suda la peña, yo apenas. 

Una hora antes de salir ya me estaba meando y como había cola en los meaderos me esperé a la carrera, lo cual hice coronando Garañón. En ese avituallamiento tenía un importante deber: atarme con más fuerza los cordones. No sé cuánta gente me pasó, alguna docena, mientras me los ataba bien pero fue el tiempo mejor invertido de la carrera porque venía el primer mil negativo. Me armé de ganas y cierta concentración por mis débiles tobillos y por no desguazarme las patas a las primeras de cambio. Y es que a veces en -300 m ya estoy servido, con las patas como piedras.

La llegada al camino de la Plata me centró, es tan fácil cargarse en demasía o torcerse un tobillo (no digo caerte al pequeño abismo de la derecha) que me requirió concentración. Entiéndase, jamás me concentro al 100 %, sitios en los que me he podido matar alguna vez sigo con medio cerebro pensando en otras cosas. 

Grácil corredor de bella estampa descendiendo por el famoso camino de la Plata, Transgrancanaria "Marathon" 47K 2025. Imagen generado por IA. O no.

Al poco de empezar vi a Quim Farrero y Teresilla, siempre es agradable ver a gente conocida y me dio un pequeño subidón. También recordé dónde se desplomó aquella chica el año pasado cuando hice la media, se cayó redonda y pasó al menos diez minutos inconsciente. Cosas que no se olvidan fácil (y que no deben hacerlo).

Seguí centrado, me vi torpe y sin soltura. El porqué es debido a que hacía muchos meses que no hacía una bajada a cierto ritmo por nieves y hielos en mi zona habitual de entreno y algo se nota. Pasada la carretera empecé a mejorar lentamente, me dejó de pasar gente y algún puesto más adelante pude recuperar, para mi sorpresa. Empezaba a ser consciente de que estaba comiendo poco y bebiendo de aquella manera. Tras un buen rato se empezó a escuchar la megafonía, se acercaba Teror.

Segundo avituallamiento y mitad de carrera... si esto fuera una maratón. De nuevo algo lento, cojo un par de geles y un par de ¿sextos? de sándwiches que me llevó bastante comer entre toses por las migas que no querían bajar. Un poco de asfalto y una subida tendida que para mí era claramente corrible, iba contento porque no había notado las piernas como piedras en la bajada y me encontraba bien. Las últimas zetas, estas sí andando, nos hacían coronar el puertecito y luego a media ladera encarábamos la segunda bajada, ay ay ay. Primera caída de un gel (de las tres que tuve), ritmos constantes, sin penar y el camino se empieza a poner pabajo, y esto ya no es algo arregladito como la bajada anterior, mucho más roto y que requiere ir más centrado pero sigo conservador, tratando de no perder tiempo y aunque a veces pierdo algún puesto y otras (pocas) gano. Pero con los adelantamientos de la subida el saldo me sale claramente positivo, de hecho durante toda la carrera fui ganando posiciones, muy poco normal en mí.

Receta para el éxito 4: concentración para evitar imprevistos

Bajada rotilla, pedruscos majos, fuerzas menguantes. A menos de un tercio de acabarla se me va ligeramente un tobillo, le pego una pequeña patada a un piedra con el pie derecho y luego una fuerte con el izquierdo, esta sí duele. Los tres hechos fueron seguidos. La concentración no era la mejor y empezaba a estar hasta la santísima polla de bajar. De hecho llego a sospechar que puede ser algo serio lo del último golpe por el intenso dolor puntual y porque percibo algún fluido corporal (en el pie, guarrete). Te destripo que no, nada serio pero sí una uña no está contenta y va a abandonar mi cuerpo en los próximos meses. Como dato irrelevante, la última vez que perdí una uña me tardó seis meses en crecer por completo la nueva desde el golpe, creo que es bastante.

"Hasta aquí hemos llegado", le dice una uña al cuerpo al que pertenecía 

Sí, se me estaba haciendo bola el final de la segunda bajada pero con -2500 m en las piernas me la pelaba ya todo, estaba hecho lo peor. Soy de los que piensa que el entrenamiento está sobrevalorado pero en raras ocasiones vale para algo. Y ya veía la presa de Ayagures con lo que sabía que de verdad esto se acababa. 

Receta para el éxito 5: la importancia de la nutrición en carrera

Llego a Ayuguras correteando, me echo un poco de agua en la cabeza, cojo dos chucherías que no comí, un poco de jamón, relleno agua y salgo. Sobra decirlo pero el único jamón es el jamón serrano, el otro es J. York, no hay discusión sobre esto. La mala fortuna (o las manos de Click) hacen que saliendo del avitu de Ayugaures se me caiga al suelo una loncha de jamón la cual recojo y va directa a la boca. Faltaría más. Recomendación: comer jamón mientras corres no es la mejor idea pero si hay una forma digna de morir es esta. Por cierto, otra cosa muy sobrevalorada es la nutrición, apenas comí un gel y medio y medio soft flask con ese maravilloso potingue caducado en 2016. Apenas sentí hambre y ni un bajón. Sígueme para más consejos de nutrición.

Por alguna razón el avituallamiento de Ayaguares me sienta de maravilla y justo al otro lado de la presa de Ayaguaras intuyo que al que llevo delante lo conozco. En efecto, es James Elson, director de carrera de South Downs Way 100 y nos saludamos efusivamente. Me dice que vamos a llegar en menos de seis horas, ¿en serio? Por error miré una vez el reloj con 36' de carrera, no volví a hacerlo, pero me sorprendió mucho el tiempo que me dijo, 4h10', a ver si salí en el cajón correcto y yo sin saberlo. Va pelo acalorado y tras un poco con él de charleta decido irme a corretear. La pista es muy buena, subida de unos +300 m pero la pendiente era suave. Correteo hasta una curva de 180º que pensé que era más pendiente, sigo corriendo hasta unos 300 metros de coronar donde decido andar por prudencia. La siguiente bajada nos llevaría al tramo del que muchos hablaban mal y temían, pero antes quien venía detrás tuvo algún incidente breve por lo que obviamente me paré unos breves segundos.

Hago un pequeño paréntesis: qué buen rollo en general, con corredores, organización, voluntarios, si te viene alguien detrás le indicas por dónde pasar y le dejas, que vas más rápido pues te dejan, todo buen rollo, pequeños ánimos y buena educación. Nos jugamos cero aunque todos somos competitivos pero un poco de educación o preocuparte ligeramente por que un tío se te para desfondado delante no hacen daño a nadie y no cambia en nada tu resultado. No perdamos las formas, seamos amables, preguntemos en caso de duda, aguantemos los nervios y deseos de adelantar, cedamos el paso. Este deporte es mucho mejor con amabilidad, comprensión y solidaridad.

Un segundo paréntesis: durante casi toda la carrera tuve a mujeres a la vista. Ninguna acompañada, todas corriendo bien, sin perder tiempo, competitivas. Algo estamos haciendo bien en este deporte si la participación femenina sigue aumentando.

Recordaba de 2014 un final duro y feote, un cauce-aliviadero artificial desagradable. Decían que este era también feo y tal, que es el peaje para llegar a meta. A ver, sin ser bonito no me parece mal, zonas de pedrolos de un cauce seco, psicológico y sin más. Un wadi como dios manda —o Allah—, con sus piedras redondeadas que a veces se mueven, sus curvas y recurvas y por mi parte, excepto 20 metros que comí (y de los que me arrepiento, claro) el 99,5 % corriendo (ese 0,5 %...). La gente a mi altura corría bastante pero ninguno todo, así que bien. Un avituallamiento sorpresa y unas personas más adelante dicen "3 km a meta", ummmm, ¿me lo creo? ¿o miro el GPS? Ni lo uno ni lo otro pero cambio de ritmo sutilmente. Aquí sí, entro a una pista feota y ancha, y sorprendentemente nadie a la vista en al menos 400 metros, ¿dónde se ha metido la gente? Pues nada, se ve que no recupero más.

Voy francamente satisfecho, contento, he corrido muy bien, no he sufrido, no he petado, las patas decentes con tanto desnivel negativo para mí y estoy casi en casa. No he corrido como un gilipollas, mi único objetivo real del día. Un tipo me mete una lijada maja y no hago amago de seguirle, estoy viejo. No me apetece calentarme y ahora sí estoy seguro de dónde estoy, puente final, asfalto y hecho. Pues sí, por debajo de seis horas, soy el primer sorprendido y no tengo que pedir perdón por salir en la primera oleada.

De lo mejor que he hecho en bastante tiempo. Prometo no volver a repetirlo, petar es mi segundo nombre, ha sido un error no haberlo hecho otra vez.

s

  

Charlando sobre el Aneto X-Treme Marathon

jueves, 13 de febrero de 2025

La gente de Territorio Trail está haciendo de vez en cuando unos programas mirando al pasado del trail. Lo cual indica dos cosas: que son gente de una edad ;) y que este deporte tiene ya historia.

Un consejo para los jóvenes (aunque dudo que lean esto): leed de la historia de este deporte, no es fácil encontrar información, cierto, miles de webs desaparecen a diario perdiéndose para siempre mucha información, en una especie de quema de biblioteca de Alejandría digital a cámara lenta. Pero merece la pena conocer la historia, sus héroes y heroínas, sus carreras, organizaciones, patrocinadores, material, federaciones, etc. Aparte de interesante y respetuoso te aportará una perspectiva diferente, más rica. Hazme caso, yo también tengo una edad. Recomiendo, para empezar, leer estos interesantes Foto de la semana de Trail.

Uno de los organizadores que más ha aportado a este deporte fue No Limit, una empresa catalana que ahora se dedica a otros menesteres también relacionados con este deporte pero no a la organización. Cuando digo aportar no lo digo sólo de organizar, me atrevo a decir que fueron pioneros, fueron referentes, tiraron del carro del trail running: fueron el espejo en el que mirarse. Pero llegar pronto tiene sus problemas también.

Un poco de contexto. Cataluña ha sido durante décadas la cabeza tractora de España, industrialmente, socialmente, culturalmente, miraba a Europa, se enriquecía y enriquecía al resto de España. El deporte y el trail no dejan de ser un reflejo de la sociedad y no es extraño que distribuidoras deportivas, medios de comunicación, federaciones, equipos, patrocinadores, organizadores y corredores proviniesen en estos tiempos mayormente de Cataluña. Sencillamente iban por delante en demasiadas cosas. No creo que en la actualidad sea así, en parte porque los demás tuvieron ese espejo en el que fijarse, inspirarse, copiar y mejorar si esto era posible.

No Limit fue la referencia en organizaciones, innovadora, adelantada y enfrentándose a los problemas de ir por delante. Creo que fue uno de sus problemas, de hecho. Cuando el 18 de junio llegué a Benasque vi el futuro y me gustó. En chow de Nike, que tiene su influencia; en un recorrido alpino; en el ambientazo entre todos; en el nivel deportivo alucinante; y una organización como yo no había visto. Mi carrera no fue del todo bien, me volví con una mano rota pero completamente enganchado a todo esto. A quién le importa un hueso. Desgraciadamente la carrera despareció. Por qué si todo pintaba tan bien. (Dos años después hice la X-Man, por si quieres indagar otro poco, mismo organizador, otro valle)

Creo que por un choque de mentalidades, Aragón vs Cataluña, mentalidad conservadora vs avanzada, entender el ecologismo como protección absoluta vs uso controlado, andar vs correr. Esto y falta de visión. Falta de tener paciencia, intuir el futuro, dar algo de margen, controlar pero no prohibir, tener la visión de que este deporte no era una moda puntual. Que ya os digo que en esos años ya se podía si no saber sí intuir. Y el territorio podría haber absorbido otro tipo de eventos, no este tan skyrunning, sino ultras, como luego se hicieron y hacen. Y sí, no tengo ni la menor duda de que con la visión adecuada y algo de paciencia el Aneto, Benasque y No Limit serían el Mont Blanc, Chamonix y el holding UTMB y es que se iba con una década de ventaja y No Limit tenía las habilidades y la visión de escalar a algo mucho mucho mayor. Pero esto, desgraciadamente, es sólo una ucronía.



Regalo: reglamento del Aneto X-Treme Marathon 1999 (en francés) y carta que recibías un tiempo después, donde ya se preveía límite de participación, uno de los problemas inherentes a este deporte.
   

2024...

miércoles, 1 de enero de 2025

Hasta hace un mes mi resumen sería: año deportivamente de mierda. Año y pico con una molestia, a veces bastante más que una molestia, cojeando ostensiblemente, que no impide correr pero que mina la moral día a día. Desde agosto de 2023, a ojo, todos los santos días, no sólo corriendo sino también sentado, al ordenador o en el coche, molesto y dándole vueltas a lo mismo. Es cierto que invertí poco en la recuperación con lo que no debía quejarme pero cuando hacía algo lo empeoraba o no servía de nada.

¡Hasta fui al fisio! ¡Y dos masajes! ¡Dos! Hasta me compré una pistola de esas moñas de masajes. Sin gran evolución hiciera lo que hiciera hasta un día. Un día en el que decidí correr una maratón. Y vi la luz.

¿Cómo puede ser que te metas cuatro horas corriendo y al día siguiente estés sin molestias que arrastras meses? Una semana después estaba casi como nuevo y me dio por pensar. No mucho, claro. Pero hice dos cambios: uno, bajar la mesa donde trabajo, quizá venía de ahí; y dos, darme un par de masajes diarios con el rodillo, masajes de tres minutos. Es decir, cuando menos hice mejor me encontraba. Esto y no "sobreexcitar" la zona, no toquetearte mucho que a veces si no lo empeoras sí enmascaras las molestias. Pero la clave ya sabes cuál es: si tienes molestias, corre una maratón. Sin dorsal, eh, no nos liemos la manta a la cabeza. El cuerpo no deja de sorprenderme.

Esto fue a mediados de noviembre, sin saber si iba a hacer tan largo ese día pero al final, una vez más, sin haberlo planeado hice otra maratón (la XXXº, obviamente perdí la cuenta hace mucho), la primera en mi vida entrenando en más de cuatro horas (fuera de montaña), con +500-600 m y sin mirar el reloj pero supongo que la edad e ir a ver qué tal no es lo mejor para hacer tiempos. Me preocupa cero.

A partir de ahí me vine un poco arriba, un día de montaña poco después de -1500 (en realidad me importa el desnivel negativo, porque "el desnivel positivo cansa, el negativo duele"), otra maratón y seis días después -2400. Para qué. Posiblemente para nada pero estar razonablemente sano anima.

Aprovecho para contar un secreto: en este último día de desnivel utilicé unos polvitos mágicos caducados en 2016. No sé ni cómo cojones se llaman pero la fecha de caducidad bien visible. Hacedme caso, este es el camino.


Básicamente me he dedicado este año a sobrevivir, a disgusto, sin ver que mejoraba la pseudolesión y sin objetivos. Diez meses y medio así. Tuve la enorme fortuna de poder competir dos veces en dos sitios muy chulos y fue de lo poco/único bueno en lo deportivo. Y por esto no me he animado a más, no tenía seguridad, me sentía inestable, renqueando, que no iba a disfrutar. Y así no me merece la pena hacer nada.

Pero este pasado mes y medio me ha animado, no sé para qué, pero al menos para tener algo más de salud (deportiva). Este año también he aprovechado para entrenar algo más a pie y menos del resto (nadar y mountain bike) pero me ha apetecido así, a pesar de las penurias físicas.

Según veo en los resúmenes he corrido algo más, 3792 km (la mayor distancia en una década); sólo 1840 km en bici de montaña (la menor en una década al menos); y apenas un centenar de kilómetros nadando. Otros 365 días entrenando. Me importa que me he encontrado mejor a pie, más lento, pero mejor, ni puta gana de hacer algo largo pero intuyo que sé que podría hacer algunas cosas, pero de tranqui, eh.

Vayamos a los datos importantes: cinco caídas a pie, cuatro la semana pasada por hielo, todas parado o casi; y dos en bici, a 3 km/h y a 0 km/h. Sigo siendo razonablemente seguro a pesar de los uyuyuys.

Me apetece destacar también el descubrimiento de las Hoka Stinson 6 que cambié por precaución con 1300 km. Pero el segundo par lleva 1650 y por ahora no lo cambio. Tan sensible como soy a calzado desgastado me sorprende esta durabilidad de la mediasuela (la suela está desvencijada y la parte superior como nueva, éste sin sobreprecios de marcas). Dudo que encuentre ya pares y me temo que Hoka cambiará a peor (para mí) en la siguiente iteración pero tengo otro par a estrenar porque cuando doy con uno que me va bien, especialmente tras los neuromas de Morton, intento comprar dos pares de una tacada y así alargo los buenos tiempos.

Y ya está en lo deportivo, rayo de esperanza al final, esperemos que dure. En el resto bastante bien así que que me quede como estoy.

Espero que tu año haya sido bueno y 2025 lo sea mejor. En parte depende de cómo toreemos las incertidumbres y los malos momentos, que los habrá. Y pasaos al cielito azul. Me "jodió" perder una "comunidad" en Twitter pero es lo que hay que hacer.

Que vaya bien, y ya sabes, si te duele algo, maratón al canto. Tú hazme caso.

s

Related Posts with Thumbnails