'Made to be broken'
Tras dos tentativas (2008 y 2014) finalmente en 2016 Karl Melzter batió el récord del Appalachian Trail, uno de esos trail de larga distancia americanos. Nótese que han pasado ocho años desde el primer intento, con lo que considero que con su edad y experiencia la cosa se había convertido en algo personal. Y, por supuesto, no se trataba de completarlo, sino del récord. Lo consiguió, casi 46 días después.
El documental fue estrenado ayer 13 de abril, producido por Red Bull, es de impecable factura técnica, como nos suele acostumbrar la empresa de márketing, pero echo de menos algo más de intimidad, se ven penurias -algo que siempre nos alegra y motiva a los que vivimos desde dentro este deporte-, algún comentario interesante, pero creo mes y medio dan para mucho más. Aún así, merece la pena invertir 40 minutos de visionado, por supuesto, y recomiendo hacerlo en pantalla grande dada la calidad de imágenes y de paisajes, sencillamente espectacular.
En el mismo canal se pueden ver los reportajes del mismo Karl 'Human Express' del que ya di cuenta hace un par de años y el de François D`Haene batiendo el récord del GR20 corso, interesante también, aunque también algo plano.
Pulsa en la foto de Carlos o en el enlace inferior y a disfrutar.
+: Red Bull TV - 'Made to be broken'
Publicado por ser13gio en 19:13 13 comentarios
Temas: Karl Meltzer, Norteamérica, UltraWorld, Vídeos
Autosuficiencia en revista Trail
Sin que parezca pretencioso, la revista Trail me hizo el otro día una entrevista y era de los pocos medios en los que no había aparecido nunca. En su día los medios fueron una herramienta de promoción personal por aquello de los patrocinios, actualmente, por otras circunstancias, tengo mucha más relación con ellos... lo que no siempre es deseable ni deseado :)
La cosa va de hacer otras cosas aparte de competiciones. Creo que por aquí admiramos bastante los famosos FKT (mejores tiempos conocidos) americanos y me resulta curioso que aquí no se practique apenas lo del DIY (háztelo tú mismo), no me parece coherente, pero creo que es una realidad en España, diría que en Europa -pero por ahí fuera no babean tanto con los yanquis como nosotros-, y que nunca he llegado a entender. Hay tanto margen que un tuercebotas como yo es de lo más "avanzado" en esto. Manda cojones. En mi caso nunca he ido a por récords por falta de interés (y porque no doy), y sí a hacer las cosas de otra manera (Islandia, bueno, creo que aquí sí tengo el FKT) o ser el primero (creo, Camí de Cavalls, por ejemplo); últimamente con lo de Run the History sí considero que sea original (creo que nunca nadie ha hecho algo parecido) y hasta me sorprende que ningún americano barbudo o un inglés con una causa justa detrás hayan tenido la misma idea décadas ha.
A lo que vamos: hay mundo más allá del dorsal, requiere de más experiencia y preparación, el perfil de corredor es diferente, los preparativos e incertidumbre pueden llegar a pesar mucho, pero es tan duro, interesante y enriquecedor como la carrera con más glam del calendario. El artículo de Trail es introductorio, un vistazo general, a un tema demasiado amplio como para tratarlo en dos párrafos, pero espero que ayude a ver ese más allá.
Por qué Gary Robbins "merecía" finalizar la Barkley
Hace un año escribía por qué consideraba que Gary Robbins no merecía acabar la Barkley 2016. Una edición después, y sin haberla conseguido por muy poco, me apena que este año no lo haya logrado.
Gary no es alguien a quien siga ni le tenga en especial consideración, ni buena ni mala, pero el cambio respecto al pasado es importante, considero que esta vez sí ha seguido las peculiares reglas (las escritas y las que no) de la no menos peculiar prueba y la imagen de Gary tirado en el suelo balbuceando no sé qué son ya historia de la carrera. Para su gloria. La de la carrera, digo.
Los medios han prácticamente despreciado al ganador, John Kelly (otro que va para mito), como en una especie de reedición local de carrera al polo sur, donde un homicida (involuntario, pero homicida) como Scott ha pasado a la historia como un héroe, dejando, aparentemente, las migajas para Amundsen, no sólo ganador de la carrera, sino el ejemplo a seguir, la referencia de gestión y que merecía ser objeto de culto de toma de decisiones en todas las escuelas de negocios del mundo.
Tras un titánico esfuerzo de dos días y medio, y a modo de rápido resumen para el que haya estado en una cueva el pasado fin de semana, a pocos minutos de acabar Gary tiró por donde le vino en gana para llegar como buenamente fuera a meta. Seis segundos tarde. Llevaba las famosas trece páginas de los trece libros pero Barkley no es una carrera de orientación, hay que seguir un recorrido aunque no esté marcado. No fueron los seis segundos. Él lo reconoció. Tras 60 horas le honra como persona. No veo atisbo de intento de trampa, diría casi que tras 60 horas no tienes ni la picardía de hacerlas, fue pura "supervivencia deportiva". Y poca claridad de ideas. Nada que reprochar a esas alturas. Y quien lo haga, que pase dos noches sin dormir e intente hacer sencillas operaciones matemáticas o ejercicios de lógica. Como para tomar decisiones claras en momentos de estrés. No lo gestionó correctamente, no hay duda en la descalificación, no me apena especialmente en el plano deportivo dado que todos los años en mil carreras hay escenas parecidas, si no es un fuera de control es una inoportuna lesión, si no es una pérdida cerca de meta es una centésima para una mínima olímpica.
Me apena la parte humana. Porque todos hemos vivido decepciones deportivas y personales, porque nadie se merece algo así, porque quizá ahora esté todavía en una nube -o no- con toda la atención generada, pero caerá, entiendo que lo hará, no sé qué sentimientos tendrá cuando lo haga pero no muy diferentes a los tuyos o los míos cuando hemos sido Garys en otras situaciones. Y es de las caídas que duelen y dejan cicatriz. "Un error fatal a falta de apenas dos millas que me persigue" dice en su blog, me da que ya ha caído. Es cierto que esto no deja de ser poner un pie delante del otro, pero tampoco es menos cierto que ponemos el alma en ello. Desde una perspectiva absolutamente racional no tengo muy claro que sea sano volver a intentarlo, aunque lo contrario lo entendería de igual modo. Por la sinceridad, por sus palabras de reflexión posteriores -y no tanto por el esfuerzo, la gestión o la velocidad-, creo que ha entendido perfectamente qué es Barkley y que merecía ser el decimosexto hombre en conseguirlo. Enhorabuena.
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