Tras dos días amaneciendo a eso de las 05h00 y un tercero a las 03h13 agradecí profundamente que mi carrera no saliera temprano. No hay necesidad de que las carreras se hagan pronto, por dios, organizadores, tened piedad. Y fue el caso. Total para 21 km... Por eso, levantarse por fin descansado se agradecía, no es que fuera un augurio de un buen día pero mejor empezar así la jornada.
El siguiente paso era el desayuno, que no dejaría de ser una anécdota excepto cuando el hotel tiene bufet libre. En el tercer plato me dije que quizá debería de cortarme porque lo iba a pagar; pero es mucho mejor sufrir y vomitar que pasar hambre. Dónde va a parar.
Aunque pensaba ir en autobús me pidieron el favor de ir en coche. De paso llevé a Antonio Martínez el cual no pudo disfrutar de mis dotes de pilotaje por el tráfico en la carretera. Da la casualidad de que el a la postre ganador estaba en ese coche pero no voy a desvelar quién por respeto. Tras "aparcar" algo apresuradamente y vestirnos de gala me dirijo a la salida, quedaban unos minutos cuando recibo una llamada: se ha roto el embrague. Las cursivas son mías por no señalar a culpables. Total, que a pocos minutos de la salida estaba tratando de hacer lo posible por contactar con la empresa de alquiler para tratar de solucionar el problema. A todo esto toda la gente se colocó y tuve que utilizar mis artes para no salir detrás, de hecho me coloqué muy delante. No voy a decir el cómo, lo podréis leer en mis memorias.
Antes de salir un colega de fatigas me pide ayuda para tratar de desatascar un bastón, no lo conseguimos. Es decir, cargó con medio kilo de bastones para no poder usarlos. Cosas que pasan. Digamos suavemente que no había preparado demasiado bien la carrera. De hecho me sorprendió el desnivel poco antes de competir, 1400 m, qué perezón. Miré el perfil de la carrera que estaba impreso en el dorsal para hacerme a la idea de cómo era y traté de leer las letritas así de pequeñitas para poder ver los kilómetros de los avituallamientos pero no fui capaz. No he hecho la cuenta pero creo que es la carrera de todo el evento que más desnivel tiene proporcionalmente, y posiblemente también la más bonita porque discurre por el interior lejos de la isla sin los condicionantes de salida o meta... y porque no tiene noche, el fraude de las ultras del que nadie se atreve a decir que las organizaciones nos roban el dinero yendo de noche, ¡no se ve el paisaje, las montañas, las vistas, nada!
Salida, la gente pesca a correr bastante rápido, me sorprende el ritmo, era rapidito pero es que se sube todo corriendo al principio, y cuando la gente empieza a andar en las primeras rampas me tomo mi venganza: donde mejor rindo es en esas pendientes entre correr y andar, me suele ser sencillo seguir corriendo sin un desgaste mayor. A los pocos metros de salir me he percatado de que llevo la mochila mal puesta, el lado izquierdo dada la vuelta, pensé en colocármela más adelante cuando parase en un avituallamiento pero se me olvidó, la verdad, y así fui todo el rato.
Clásico paisaje transgrancanareño si levantas la vista de tu ombligo @The Adventurure Bakery |
Iba correteando en las las subidas, como digo, sin un gran esfuerzo aparentemente hasta que te das cuenta de que el calor es mayor del esperado y te sigues empecinando en correr a toda costa. Este mismo día había previsión de nieve en mi localidad y yo empezando a padecer calor, qué cosas oye. Empecé a replantearme la táctica cuando llevaba un considerable calentón así que al llegar a la primera carretera decidí pensar con las neuronas de la cabeza y no del cipote y corté, necesitaba bajar la temperatura y algo el pulso. Tocaba estabilizar porque así no llegaba ni a la esquina. Miré de reojo y vi 360 de desnivel, me dio un poco de bajona porque básicamente acababa de empezar pero es lo que pasa cuando no sabes correr.
A mejor ritmo fui progresando, pelo enciscado con la competición, pero se me estaba olvidando mirar los paisajes y en el camino de la Plata eché un par de vistazos, el día era espectacular, las vistas infinitas y aquello era realmente bonito. Poco después veo algo raro a pocos metros de mí, una corredora se había desplomado, momentos de confusión, se le puso a la sombra y con un teléfono ajeno llamé a emergencias. Nadie allí sabía qué hacer realmente, demasiadas opiniones y buena voluntad y la situación no era poca cosa. Mirada perdida cuando los ojos estaban abiertos, mandíbula apretada, completamente ida. Nunca había vivido una situación así y no me gustó nada por la sensación de no ser capaz de hacer nada útil. Tras lo que calculé como unos diez o quince minutos me fui, no hacía nada, la situación estaba estabilizada, con muy malas sensaciones y si hubiera tenido opción posiblemente me hubiera ido a casa. Pero no la tuve. Con muy mal rollo en el cuerpo seguí, obviamente descansado, y de una forma no planeada me apreté con lo que tras un buen rato digamos que entré de nuevo en carrera, en algún momento pensé qué podía haber pasado, creo que un golpe de calor, que no necesitas 45 ºC, necesitas generar más calor del que el cuerpo es capaz de disipar y el cuerpo desconecta igual que se apaga un móvil cuando se sobrecalienta. Por la tarde supe que había sido rescatada y que todo estaba bien.
Clásica subida (o bajada) de Transgrancanaria, camino de la Plata. Zona realmente chula @David Delfour |
Tras adelantar a bastante gente (lógicamente en ese momento no estaba en mi sitio) me estabilicé de nuevo. De hecho en algún momento llegué a pensar que me sorprendía que todavía hubiera gente detrás con todo lo que había estado parado, luego he visto que era algo menos de lo que pude calcular: el tiempo es estable, nuestra percepción no lo es. Tras un buen rato voy detrás de una chica y veo que se le cae el cierre de un gel, entre que me doy cuenta y reacciono se me han ido unos metros y me da pereza volver. Poco después veo cómo claramente la misma chica tira el envase del gel al suelo y ahí sí, me paro, lo cojo y aprieto para alcanzarla, le digo que "esto es tuyo", ni mira, ya le doy un toquecito en el brazo y se lo digo en castellano e inglés, creo que en ese momento se lo podría haber dicho en uzbeco, chino mandarín y quechua, pues me cogí un importante cabreo.
Misma subida desde otro ángulo. El desalmado organizador nos hizo subir desde la carretera hasta este punto y todavía quedaba un rato. No tiene corazón @David Delfour |
Calentito llegué al avituallamiento de El Garañón, antes de llegar vi que llevaba agua, había dosificado bastante, con lo que no rellené, había empezado un gel y por precaución cogí otro, luego un segundo y un cuarto de naranja, no necesitaba parar más, no creo que estuviera mucho más de treinta segundos, no tenía que hacer nada allí. Poco después vi dos geles de la marca del avituallamiento lo que me apenó por lo estúpidos que somos. En un bastante transitado camino al Roque Nublo me volví a apretar bastante las tuercas, me pasé el punto de dar la vuelta porque no entendí las indicaciones de la persona que allí estaba (ejem) y me lancé a la bajada con un tío al que supuse francés, por lo mucho Decathñon que portaba, y al que dejé pasar porque era claramente más rápido. Tiempo después le adelanté y cuando me pilló de nuevo le volví a dejar pasar para, en la primera curva, patinar y casi irse, y en la segunda volver a patinar y estamparse. Si es que van como locos.
Esforzado corredor anónimo llegando a las proximidades del Roque Nublo con cara de estar concentrado @José Miguel Muñoz |
Poco después cogí una buena rueda en la bajada, una chica de Scott que me llevaba bastante apretado pero sin irse. Como no sé ir concentrado iba viendo sus trazadas (ventaja de ir detrás) y decidiendo sobre la marcha las mías, que eran bastante diferentes porque yo hacía menos curvas, hacía más rectos (dentro del sendero, nada de atroches). Me parecía como el que empezó a hacer mountain bike con una 26" y sin suspensión (o corta) y ahora lleva 29" doble de más recorrido: sigues haciendo las mismas trazadas de antaño pero no deberías, podrías ir más recto pero mentalmente no te dejas hacerlo. En las piernas tenemos 30 cm de recorrido de suspensión, si puedes y sabes puedes ir más recto y absorber más piedras y la rugosidad del terreno. No soy yo el más indicado para hablar de bajadas porque soy un patán pero la teoría algo me la sé. También iba pensando en la cantidad de escalones que estoy haciendo en dos carreras, más que en toda mi vida junta. Otro de los pensamientos es el de lo fiables y confiables que me estaban resultando las zapatillas (Hoka Stinson 6 ATR), muy estables, algún resbalón tontorrón pero en general una grata sorpresa. Y sí, llevo una parte del cerebro en la bajada y la otra (80-90 %) pensando en mis movidas, luego que si pasan cosas o que si voy lento. Total que tras una, para mí, larga y algo exigente bajada, mi liebre se me fue porque se encontró a alguien de su equipo, me distraje un poco y adiós muy buenas.
La alcancé en el segundo avituallamiento, que directamente me salté, ni un segundo invertí, seguía llevando agua y no había acabado el primer gel. Pero en el siguiente tramo de hormigón-asfalto se me volvió a ir para no verla más. Una pequeña crisis a 4-5 km de meta me dejó un poco sin fuerzas, arrastradete, tercer encuentro con el colega francés, iba servidisímo el angelito, me dejó pasar y de reojo le vi con la sirena, luces gálibo, antiniebla, el pañuelo por la ventana y el cuello tronchado; esta vez ya fue la última que nos encontramos. Cuando por fin llegué a la última bajada y sin referencias me relajé algo hasta que el típico tocapelotas me alcanzó, a correr de nuevo. Fui consciente de que llevaba las patas bastante bien (=no muertas) y decidí apretar lo que pude en la bajada, para mi sorpresa mi perseguidor no conseguía echarme mano, yo alcancé a alguno pero en una corta subida a los pies del pueblo mi perseguidor me sentenció, iba vacío. Quizá unos 300-400 ml de agua en un día con calorcete y un gel en casi tres horas no es la mejor táctica del mundo, pero poder se puede hacer, eh, sin miedo. Me desquité adelantando a dos en línea de meta y ya está. Carrera rara la mía. Pero muy bonita, razonablemente competida por mi parte, demostrándome una vez más lo mal que compito, más dura de lo que esperaba y contento por superar los diversos aconteceres del día. Que no había acabado.
Tras ir a por el coche que estaba aparcado por ahí, como dos horas esperando a que llegara la grúa, casi una hora esperando al taxi, un atasco por un accidente nos retrasó para llegar a por el coche de sustitución e importantes prisas porque tenía que asistir a un evento. Batí/batimos el récord de Europa de ducha, a falta de confirmación de Guinness. Pero al final se hizo todo y bien, no pasó nada grave y estamos todos vivitos y coleando (menos un embrague). Las cosas fuera del guion de las cuales sólo una parte estaban en mi mano las resolví (o dejé pasar, que a veces es lo que hay que hacer) sin excesivas tensiones porque cuando estoy en modo zen me alteran pocas cosas. Una buena experiencia.
Ya que estaba por allí pues le eché un vistazo al evento en sí, la carrera gorda y demás. La verdad, qué privilegio. Todo. Si vas porque vas, si no porque la ves en casa; los alojamientos de Canarias suelen ser un lujazo; la gente es amable y cercana; el buen rollo general; el evento es el segundo del mundo, sin duda, qué complicado tienen que ser con tantas carreras y tantos frentes abiertos; el streaming, en mi opinión, el mejor que se ha hecho nunca en este deporte; la calidad deportiva, extraordinaria; me volvía a reencontrar con gente y conocí a nueva; ver a los héroes de este deporte tan cerca, tan humanos, tan poco divos; ver a los anónimos esforzarse; compartir habitación, desplazamientos, comidas o transportes con gente maja de este mundillo; el pedazo de chiringuito que es una carrera de estas ni nos imaginamos lo que es la mayoría; o el fortísimo apoyo de The North Face y lo que implica que alguien de este porte se moje de verdad: muchas cosas chulas y las tenemos aquí al lado. Somos unos afortunados, a ver si nos lo creemos un poco más.
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