A ver si nos entendemos, que ya iba tocado, 50km en las piernas es lo que tiene. Saliendo del Parador, amaneciendo, vi a lo lejos los autobuses que suponía llevaban a los de la modalidad Trail a su salida. Arena, unas cuantas piedras, va abriéndose el día, el escenario marciano es espectacular, me encanta. Al rato pillamos asfalto, bienvenido sea el pisar y avanzar, o el poder levantar la vista del suelo. A mi ritmeta, va picando para arriba y veo muy lejos a gente, los que me han ido abrasando últimamente. Puedo correr sin problema, lentito pero corriendo, y veo que alguno no lo hace. Distingo una chaqueta blanca e intuyo que es Nerea, pero me saca como 3' o más a ojo. Sigo a mi ritmo y me encuentro bien, poco a poco voy alcanzando a gente que van tocadillos y andando, y al salir del asfalto ya tengo a otros a tiro. Me salto el avituallamiento, sigo corriendo en la pista y un rato después cazo a Nerea y su acompañante. Decido quedarme con ellos para hablar un rato, que llevo horas solo; me ha gustado este tramo, me he sentido con fuerza y lo he aprovechado, iba lento pero corriendo, y eso me gusta con 50km en las patas, ha estado bien.
Empezamos a bajar, arena volcánica, sin piedras, perfecto, no tengo problemas en seguir ningún ritmo. Más adelante se suaviza, sigo
chupando rueda porque creo que si me pusiese delante iría molestando y frenando tarde o temprano, me calzo una cuasicaída (sólo puse manos, no computa como piña) y poco a poco voy yendo más justo, no porque el ritmo sea muy muy alto, sino porque es ligeramente más alto de lo que sería el mío si fuera solo. Nerea me abre algún metro, 2, 5, uy que me quedo, recupero, otra vez pierdo, dejo de ir suelto, pero tampoco es que sufra; al final me tengo que parar a mear y se me van definitivamente, bueno, sin problema. Tengo una minicrisis, voy un poco despacio y se me hace largo. Por fin llegamos al avituallamiento -El Portillo- y ya venían unos cuantos soplándome en la oreja, joder la peña no peta ni a leches. Es una sensación que siempre tengo, parece que soy el único que va de reventón en reventón y tiro porque me toca, la banda no flojea nunca y como te despistes un segundo te pasan por encima. Y en la zona
delantera de la carrera esto es más marcado, todo el mundo tiene experiencia y se conoce bien, con lo que cualquier despiste o flojera se paga con bastantes puestos. Poco antes había contado e íbamos creo que ocho en menos de tres minutos, eso es quedar del quinto al decimotercero en un suspiro. En ese control hice el
cambio diurno, chaqueta fuera (iba cocido ya), Buff, frontal, bastones, me llevó su tiempo y la gente se me iba, ellos se pierden mi agradable compañía...
A bajar se ha dicho. Y como no se entiende de moderaciones, del tirón 1000m. Con calma iba un servidor, piedras pero pendiente moderada, no considero que fuera técnica, y sobre todo al no tener una pendiente muy fuerte me permitía ir relativamente cómodo, a mi ritmo tranqui y sin cometer errores. Algún resbalón, algún uy uy uy, pero en general bastante bien. Iba absorto en mis pensamientos absurdos -luego que si me tuerzo los tobillos- cuando oí al Séptimo Regimiento de Caballería con el coronel Caster al mando. Joder, que vienen los primeros de la Trail, cinco balas pegando zapatazos poseídos por el diablo montaña abajo. Madre mía cómo van estos. Y la sangre que va a haber en ese grupo, claro. Alucinante cómo bajaban los angelitos. Pasado el estruendo, sigo a lo mío; un cruce que dudo, más bajada; todo bosque, a la sombra, nada de calor; se va viendo el mar a lo lejos, pero queda mucho a meta, alguna vuelta nos tienen que dar o no me cuadran los kilómetros. El Aquiles, por cierto, bastante bien, no comprendo cómo me puede molestar menos en algo tan largo y con tantísimo desnivel que entrenando 1h30'. Tuve por estos kilómetros dos problemillas más: uno, más o menos isquios, pero bastante abajo, pinchazos amagando calambre; y un brutal latigazo en la fascia plantar izquierda, me quedé helado porque el primer segundo pensé que se me había roto o algo así, pero no se volvió a repetir ni molestarme, curioso. Salimos del bosque de pinos y nos metemos en el
tramo costarricense, mucha vegetación, envuelto a veces, bonito y fresco, vaya lujo. Para que se haga el personal una idea de la calidad del terreno por el que transitábamos, los últimos 40km fueron todos a la sombra, inmenso bosque el del Valle de La Orotava, con lo que, en mi opinión, no hizo nada de calor.
La bajada fue larguísima, de las que vas deseando subir un poco (¡qué he dicho!); y llegaron, claro. Cortas, pero ya tostadito se hacían duras. Hasta La Caldera era un suave subebaja que se me hizo largo e iba bastante lento. A veces jadeaba como un poseso sin razón aparente en una subida, y al segundo siguiente no se me oía la respiración. Me notaba lento, suponía que tarde o temprano alguien de mi carrera me pasaría, pero tampoco iba muerto, y eso me gustaba, aún mostraba algo de dignidad en mi avance, aunque iba menguando. A estas alturas Miguel Heras había llegado, le habían dado un masaje, comido tres platos, duchado, siesta y venía de hacer la compra, que los pañales estaban de oferta en el Lidl de la esquina. ¿Cómo coño se pueden tardar menos de 11h en 95km con 11.000m de desnivel acumulado?
En el anterior tramo, buena parte de bajada, palmé entre 15 y 20' con respecto a la gente con la que iba. Bajar sigue siendo mi punto débil, y eso que esta era de las que no me van tan mal por no ser muy pendiente. La Caldera era de donde salían los de la Mediatrail, los segundos más inteligentes (los más estaban tomándose el aperitivo en el bar). La gente animó bastante y falta que hacía, porque había un rampón a continuación de impresión. Ya empecé a mascullar que debíamos estar más de cerca de meta de lo que parecía y que nos iban a hacer un
tour por los montes "a lo tonto", y encima con subidas como esta, tan dura. Y estos extras para sacar desnivel o distancia no me gustan, son superfluos. Subida muy dura a las alturas de carrera en las que estábamos, escupiendo un poquito de sangre como debe ser. Se hizo jodida, pero por fin se acabó, senderito chulo entre árboles y se va poniendo bonito: durante unos cuantos kilómetros corrimos/anduvimos paralelos a la montaña, más o menos en horizontal, entrando y saliendo, curva y contracurva, mar a la izquierda, montaña a la derecha, por uno de los senderos más bonitos de mi vida, alucinante. El colmo fue cuando en una fuerte subida en zigzag nos dimos la vuelta y ahí estaba el Teide, a lo lejos, como una postal, su nieve arriba, las coladas perfectamente visibles de antiguas erupciones, y parecía que podías tocarlo, el aire estaba totalmente límpido, azul intenso, ni una nube, fantástico. A pesar del tueste general, el sendero me animaba lo suyo, era espectacular y lo pude disfrutar a ratos. Se hizo larguísimo y era muy corrible con fuerzas, pero yo ya corría relativamente poco, qué le vamos a hacer. Otro corredor, de la Trail, me dijo que ya estábamos acabándolo... más o menos de fiable como los de 'a partir de aquí todo bajada': dios les castigue con una afonía. Vamos a ver, si no sabes el recorrido, no digas lo primero que se te pasa por la cabeza; si lo sabes, eres un cabrón por dar falsas esperanzas; y si quieres dar ánimos, dalos, pero sin mentir, so capullos. ¡Cuántas de estas hemos tenido que aguantar en nuestra vida deportiva! En fin, que todo llega, incluso las bajadas, pero siempre mucho más tarde de lo que quisieras.
Esta ya me gustó menos, fuerte pendiente a ratos, escalones importantes, y los de la Mediatrail zumbándome las orejas. El primero pasó De Pablo (ex-Runner's), volando, y claro, yo entre que bajo como el culo y que llevaba 80km en las patas, produce una estampa bastante deprimente. Pero ya iba pensando en llegar, nada más, así que con calma y a ser posible con todos los dientes. En el penúltimo avituallamiento, un poquito hasta las bolas de todo,
alguien (¿árbitro de alguna federación?) me dijo que no podía llevar el dorsal en la pierna, que era sanción leve. Vamos a ver, alma cándida, que llevo 12h dando topetazos por el monte, que me lo he puesto ahí para no ocultarlo con la chaqueta, que no tengo paciencia para nada a estas alturas. Un rato después me lo cambié, si me llegó a pinchar con los imperdibles me doy la vuelta y...
La otra cosa que me mosqueó un poco fue un
tontocomún que iba dando gritos como si se hubiera roto la pierna; la primera vez casi me doy la vuelta y subo a buscarle, pero estaba lejos y hubiese tardado mucho, pero me quedé intranquilo, luego vi que no, que era así de estúpido el colega. Estuve a punto de decirle que los grititos se los dejase para las hermanas Williams y el tenis, que en la montaña, a la vez que molesto, puede significar que ha habido un accidente y que puede que alguien te vaya a buscar por eso. En fin...
Pasadas ambas tonterías que me distrajeron un poco, empezaba a oler a meta que apestaba y tras un último avituallamiento ya en asfalto, quedaban cuatro míseros kilómetros a meta (y mi 401 decía menos) de duro y sencillo asfalto, todo de bajada. Un lujo. Además el público local animaba bastante, ya me sorprendió en la Transvulcania, y lo confirmo en Tenerife, apoyan un montón y se agradece mucho. Alguno de la Media petó porque eran fuertes pendientes, pero un servidor fue tan contento, hasta me hice un par de subidas corriendo tan feliz de la vida (ya ya, 'todo bajada', lo de siempre). Un par de tramos de adoquinado chunguero me hicieron ir despacio, pero el resto iba entre 11 y 13km/h, cómodo y sin sufrimientos, nadie cerca de mi carrera, así que a dejarme caer, sin muchos dolores, con ganas de llegar, recopilando las últimas 14h en unas pocas imágenes, pero sobre todo tranquilo de espíritu. Consideraba que había corrido bien, rendido correctamente y sufrido lo justo. Me había gustado la carrera, intuía un Top 15 que está bastante bien para mí, y sin estar roto. Qué diferencia con la Transgrancanaria, y excepto que la semana anterior que me puse malo, sigo sin entender mi pobre rendimiento allí, y tantísimo sufrimiento. Aquí llegué bien cansado, nada más, sin dolores fuertes, sin ir vencido, sin estar agotado de cabeza, sin arrastrarme, así me gusta correr. Nunca estoy contento del todo, claro, creo que podría haber mejorado varios aspectos, y nunca sabré cuánto me influyó el
efecto Trans, que me dejó molido y decepcionado, pero hice bien en venir aquí, y cuando encaraba meta sabía que guardaría un buen recuerdo de estas largas 14h20'.
Ya ha pasado, es historia, sólo quedan recuerdos. Buenos. La compañía fue excelente, estuve tranquilo y lo pasé de lujo; corrí bien, en un sitio nuevo y precioso, hice lo que pude; buen rollo con la gente con la que fui, qué más se puede pedir. Quizá
un par de chicas, de las que me iba acordando cuando iba más justito, pero me esperaban en casa un rato después.
Nueva oferta, una nueva carrera en el calendario,
otra más en las Canarias. Organizan muy bien, hay medios y ganas, y el público es excelente; el medio natural es privilegiado, además distinto a la mayoría de las montañas en las que podemos correr los peninsulares; espero no equivocarme, pero creo que ha nacido otro
monstruo, y que siga muchos años, porque el apoyo es decidido a nuestro deporte y porque saben lo que hacen. La recomiendo, por supuesto, yo la tendría en cuenta para futuras temporadas, he tenido la fortuna de estar en la primera y el nivel en todo es altísimo: ¡larga vida a la Bluetrail!
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Tenerife Bluetrail,
Tenerife,
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