Los movimientos que se vienen sucediendo de un lustro a esta parte en el mundo del deporte son los más interesantes y disruptivos en mucho tiempo sobre todo por lo violentos y comprimidos en el tiempo. No sé hasta qué punto sigues el golf, cosa que yo no hago, pero ha sido uno de los focos de información deportiva más interesante en los últimos tiempos.
En su día hablé de las carreras-Estado, carreras de trail que iban a necesitar unos presupuestos muy importantes para tener cierta relevancia nacional e internacional. Permíteme que me cuelgue unas cuantas medallas porque la tendencia es esa y va a más en parte porque se van creando spots donde se quiere ser relevante (Tailandia, Pirineos, Colorado...), en parte por los gastos asociados a pertenecer a la franquicia UTMB y análogos (un día habría que hablar de esto con seriedad) y en parte por el streaming que tiene unos costes importantes y no siempre los retornos. Estas y otras razones hacen que organizar una carrera relevante requiera de fondos que no están al alcance de la inmensa mayoría de organizaciones privadas con lo que se recurre a ayudas públicas. Y es cuando las carreras se convierten en lo que denominé carreras-Estado y sus versiones carreras-comunidades autónomas, carreras-Cabildos, carreras-länder o como se quiera. Esto al nivel de un deporte de chichinabo como es el trail running, imaginemos a nivel deportes de masas o no tan de masas pero con presupuestos escandalosos.
Si nos creemos que un Gran Premio de Formula 1, un torneo de la ATP o la final de las Final Four son desembolsos importantes de dinero imagina cuando entra un agente distorsionador del mercado con chilaba. Podría hablar de la compra de clubes ingleses de fútbol o del París Saint Germain, del intento de comprar la Formula 1 por 20 000 millones de dólares o de aquella carrera fantasma de trail de una organización que con dinero del petróleo iba a repartir premios como si no hubiera un mañana pero no, vamos a hablar de golf y si podría ocurrir lo mismo en el trail.
Trail running, el próximo golf. Correr con un palo de golf tiene que ser la mar de agradable, cuando estás cansado puedes dar un putt y a seguir penando. |
Golf, el ejemplo
Me importa tanto el golf como la petanca pero lo que le ha ocurrido al deporte que se practica en camisetas tipo polo y no se suda es realmente curioso. Vivían en su mundo elitista y separado de la maloliente plebe con sus torneos y sus movidas cuando surgió un nuevo campeonato para rivalizar con lo establecido. Surgió con padrinos saudíes e ingentes cantidades de dinero detrás. Así contrató a algunos buenos golfistas que en tres años iban a ganar lo que en los 20 anteriores años de carrera. Los argumentos de algunos de estos jugadores eran que querían asegurarles el futuro a sus hijos, argumento creo que bastante razonable aunque ya tuvieran dinero para varias generaciones. El caso es que algunas estrellas del deporte no aceptaron el nuevo circuito y se quedaron con el tradicional diciendo que preferían los grandes torneos de toda la vida que unirse a un socio con las manos manchadas de sangre (¡saludos, Jon!): las de Khasogghi y los que siguen matando por sus convicciones religiosas.
¿Y a que no sabes qué ha pasado un año después? Que el nuevo circuito saudí con montañas de dinero ha comprado ("se ha fusionado") con el de toda la vida dejando con el culo al aire a los que seguían con los torneros con tradición y que les aportaba ese sello de calidad de estar en el circuito más reconocido y por el que estaban dejando de ganar absurdas cantidades de dinero. Habría que haber estado en el grupo de WhatsApp de estos jugadores...
A falta de que se revise si la "fusión" del circuito tradicional y el nuevo forman un monopolio por aquella de los organismos de competencia esto está hecho, y se ha ejecutado a espaldas de los jugadores, "los payasos del circo".
No fue por Arabia Saudí (o sus "amistades" emiratíes) sino por China cuando el gobierno francés tuvo que reaccionar para evitar la compra del Tour y sólo lo hizo declarando el Tour como patrimonio cultural francés que no se podía vender. Como si aquí alguien intentara comprar los Sanfermines, vamos, y el gobierno tuviera que reaccionar legislando en contra. Los que querían comprar el Tour tenían ya Ironman que luego vendieron pero es que los saudíes están mucho más locos que los chinos. ¿Y por qué están tan locos?
La evolución de la presencia árabe en el deporte
En mi opinión podemos distinguir tres fases en la inversión de países árabes en el mundo del deporte:
Fase 1: "¡eh, estamos aquí!". En el culete del mundo, con arena y más arena alrededor y aparentemente con no demasiados atractivos había que darse a conocer. El deporte no deja de ser un escaparate publicitario con una pátina de pseudoseriedad y para eso la Formula 1 es ideal porque es un espectáculo verdaderamente mundial y de acceso bastante sencillo cuando tienes pasta. Por eso empezaron por ella hace ya un par de décadas. Esto lo han hecho todos los países-ciudades para ponerse en el mapa, Barcelona se puso en él con los Juegos Olímpicos y ahora lo hará con la Copa América (la original, rechaza imitaciones) a base de chequera pero en el caso de países árabes necesitaban algo alcanzable en el corto plazo, que se pudiera comprar.
Fase 2: sportwashing. El lavado de imagen gracias a los valores supuestamente asociados al deporte es lo que ha hecho Catar con el Mundial de Fútbol, lo que hace Arabia Saudí con la Supercopa (y F1, MotoGP, Dakar, Formula e, Extrem e, sólo por mencionar deportes del motor) o la compra masiva de clubes de fútbol ingleses o el PSG parisino, el UAE o el patrocinado por Israel de ciclismo o mil ejemplos más. O parcialmente este es el motivo. Porque casi todos estos son auténticos pozos sin fondo donde "tirar" el dinero a manos llenas con dudosos retornos económicos pero sí de imagen. Y en ocasiones la imagen pesa mucho.
Fase 3: negocio. La ventaja de que el dinero no sea un problema es que puedes hacer auténticas chifladuras como contratar a un jugador en calidad menguante como Cristiano Ronaldo por una cifra astronómica. Pero también puede ser el ariete para romper todas las puertas y entrar en un negocio y luego tratar de hacerlo rentable. Porque el petróleo no vamos a verlo acabarse pero sí buena parte de su negocio y con él su influencia. Así que hay que hacer negocios y con el mundo muy repartido desde hace demasiado sólo se puede entrar con mucho tiempo, influencia, geopolítica y demás o con pasta. Cantidades insultantes de pasta. Lo que hizo Catar con el Mundial de Fútbol es el perfecto ejemplo, tuvieron que dejarse tres riñones pero además tuvieron que usar toda su influencia, capacidad de seducción e intermediarios para sobornar, pero esto lleva tiempo. Arabia Saudí, que ha estado empanada las últimas dos décadas a nivel de marketing ha llegado tarde pero es muchísimo más rica que los Emiratos. Y no deben de tener la paciencia como una de sus virtudes. Si pagas un pastizal inicial del que te olvidas en tus cuentas porque nadie te las va a pedir luego puedes hacer el negocio, que lógicamente conllevará su dosis de sportwashing pero que quizá ya hablamos de hacer negocios de verdad.
¿El nuevo circuito de golf dopado de dinero será un negocio de verdad? Puede que sí bien gestionado. ¿La Formula 1 podría haber sido un buen negocio en manos saudíes? Si te olvidas de los 20 000 millones iniciales posiblemente también. El mismo modelo del golf se ha hecho en el pádel, que lo gestionaba una empresa española, morterada de pasta, creas la brecha, se sientan a negociar ambas partes y se "fusionan".
Repartiendo pasta como regalos Papá Noel
¿Si tuvieras dinero casi ilimitado dónde pondrías tú la pasta? En federaciones es lento, salpica mugre como la de Infantino y no garantiza con total seguridad los resultados. Pues yo lo haría en organizaciones privadas que me permitan entrar como un elefante en un zoco. Por ejemplo el golf lo es. El pádel. La Formula 1. El trail running. El fútbol no lo compras pero sí puedes influir, poco a poco, como una guerra de guerrillas, adquiriendo clubes, sesgando ligas, comprando voluntades en altos puestos de los que toman decisiones y no sólo deportivas sino también decisiones políticas, de país. Porque el intento chino por comprar el Tour fue esclarecedor, hay países que cierran puertas, detrás está una organización cuasimafiosa como la UCI que te va a costar mucho puentear o comprar y al final hay otras opciones. Lo mismo te pasaría en el atletismo con su federación. O el automovilismo excepto que la Formula 1 sí es privada aunque esté bajo el paraguas de la correspondiente federación porque un execrable ser la privatizó. Puedes seguir desde la cúspide del deporte (Juegos Olímpicos) a los partidillos de barrio con tus colegas y pensar dónde es interesante invertir y dónde no. Y a buen seguro que esto lo han hecho los árabes.
¿Estará el trail en alguna de esas listas y como una posible candidata a ser comprada? Por qué no. Yo la pondría, otra cosa es que tuviera antes 256 deportes. Lógicamente que entraran suave, fuerte o con todo en el trail roza a día de hoy el trail ficción. O no. Porque Arabia Saudí tenía prevista una carrera by UTMB en 2023 (que misteriosamente ha desaparecido) y ya organizó una Eco-Trail en 2020 que es valedera para su ránking. Si sumamos la intentona ya mencionada de Ourea hace que podamos suponer que haya algún interés pero aún pequeño, está visto. Pero que el ojo se lo han echado eso es seguro.
Según una IA esto es un árabe haciendo trail. La IA cree que los bastones te siguen como si estuvieran encantados. |
Ventajas de comprar el trail running con petrodólares
Hacer sportwashing y después para hacer negocio o ambas a la vez. La imagen del trail, la naturaleza, deporte emergente y tal ayudaría a los que tienen que quemar petróleo como si no hubiera un mañana, respeto del medio natural y patatín patatán. ¿Daría para tanto? A ver, comparado con un torneo de la PGA, la ATP o la F1 son migajas pero una vez se acaben éstas y/o complementando por aquello del aire libre, por qué no.
Comprar ahora es barato, no hay federación que lo controle realmente —o una buena parte de él— con lo que es cuestión de dinero, sin intermediarios. Y si los hay tienen precio.
No tiene la protección de un gobierno, si no lo ha tenido el PSG no lo va a tener el UTMB. Y es lógico. Eso sí, las cosas no hay que hacerlas de cualquier manera, hay que integrar lo local, hay que repartir cargos, también algunos sobres y no avasallar. Pero no debería de tener una protección total porque es un deporte pequeño y el mercado es libre. Hasta que te tocan cosas importantes, claro, que ya deja de ser libre.
Tampoco tienes que hacer grandísimos cambios en los primeros tiempos, no vas a mandar la prueba reina del circuito a Arabia Saudí. Hay que continuar lo hecho y empezar a potenciar desde ahí, darle la parte de cordura que ha perdido, cruzar intereses y sinergias (teles, patrocinadores, gestión, etc.) y ya está. Esto es un juego de niños para un gestor deportivo con experiencia.
¿Y cómo podría tomarse el control del trail running?
Hay mil maneras y sobre todo cuando no tienes fondo de chequera y te da lo mismo un cero más que menos; diría que requiere de ciertas habilidades pero no extraordinarias. Puedes crear un nuevo circuito al estilo del golf o el pádel y liarla con grandes premios y fijos de salida. No te van a faltar pros ni aplausos si sabes poner el dinero inteligentemente. Luego una carrera coincidente con UTMB o casi y listo, nos sentamos a negociar y te "fusionas".
Otra opción es comprar un circuito existente (Skyrunning y Golden estarían encantados de vender o ser partners, lol) y amplías distancias si quieres competir con ultras aunque te puedes quedar en cosas cortas y espectaculares, más televisivas. O todo, qué coño, soñar es gratis y pagan los árabes, hostia.
Otra posibilidad es comprar socios (Ironman) y voluntades por supuesto todo bañado de palabras amables, quitar miedo y poner un CEO francés, a ser posible de la región (los parisinos caen mal en toda Francia).
O puedes hacer una oferta que no pueda rechazarse a los que la gobiernan UTMB, que todos tenemos un precio y el que lo niegue miente. No le quepa a nadie ninguna duda de que con la suficiente pasta los puñales se desenvainan y muchos estarían en perfecta disposición de vender como ya ha ocurrido con algunas carreras y circuitos. Y nadie se lo puede reprochar.
Como dijo en su día Carmelo Ezpeleta, director de Dorna/MotoGP, si otros pueden hacer negocios porque no está prohibido, a ver por qué ellos no van a poder. Y tiene toda la razón: si la Ferrovial (puag) de turno o la Navantia puede hacer AVE o fragatas por qué no vas a poder hacer una carrera de MotoGP allí, ¿no? Mientras no esté prohibido y no lo está ni lo va a estar, barra libre. ¿O es que al deporte le exigimos un código de conducta y a otras empresas no?
El segundo freno podría ser orden moral. No merece ni los golpeteos al teclado esto realmente porque sólo hay que ver cómo progresivamente cosas que considerábamos anatemas (fascismos en Europa, monarcas gobernando que no son considerados dictadores, algunas políticas árabes nos parecen sus costumbres) se han ido incorporando a la discusión, aceptadas o al menos causando muy poco rechazo. Y ojo, que no le deseo el mal a ningún país árabe ni creo que el total boicoteo sea la solución a nada pero que si por ser profesional te tienes que poner una camiseta de Bahréin, una gorra de Viva Arabia Saudí o a hacer una campaña de turismo con Catar lo vas a hacer igual que cientos de compatriotas se van allí a currar por unos pastizales alucinantes y nadie les pide responsabilidad morales.
Son sus costumbres y hay que respetarlas, Infantino dixit. Qué menos que hacer que las mujeres corran con burka. |
En definitiva, no veo ni un solo impedimento para que esto ocurra o pudiera ocurrir, ni uno, por muchas vueltas que le queramos dar este deporte está a merced de una decisión tomada a miles de kilómetros de donde leas esto.
¿Lo veremos? Diría que no, única y exclusivamente porque es un deporte minúsculo aunque yo no lo descartaría totalmente, sobre todo si se el movimiento se adelanta a que sea olímpico para que no suba el precio y con el actual grado de descontrol que es más fácil menear el árbol y ver qué cae.
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