Aquí estamos, chavalines.
(Perdón por no poner acentos, pero es esta parte del mundo no los conocen; y por las enies de "conio")(Este puto ordenador tiene el botón de power donde en el mío se borra, con lo que ya he dejado dos ordenadores apagados y ahí se han quedado; esta un payo comprobando los cables porque algo va mal... y he sido yo y mis zarpitas)
Pues eso, que hemos llegado, que no es poco. Ha sido enorme en todos los sentidos, de los paisajes a la dureza del terreno. Para que os hagáis una idea, los 104 primeros kilómetros eran todos de arena (como de playa, que note hundes hasta el tobillo, pero casi); y "Machito Perdiz" se ha clavado los 80 primeros corriendo "a machete". No me preguntéis cómo, porque no lo sé. En serio que no me creo que se pueda correr tanta distancia sobre ese terreno. El km 104 era el final del desierto, por cierto, acojonante, porque no es sólo arena en plan Sâhara, sino que cada 500m hay unas formaciones rocosas altas (unos 400m a ojo) y con unas formas alucinantes (a ver si salen fotitos). Algo bonito ha sido que estábamos perdidos del mundo, y no hay nadie haciendo turismo, algo realmente difícil en estos lares. La gente de por aquí está jodida por lo del turismo, porque es la mayor fuente de ingresos; por cierto, ningún problema de polla de atentados y la gente de putísima madre, y como muchos hablan inglés, pues cojonudo.
En el km 40 empecé a tener serios problemas, y en unos diez kilómetros, me empezó a doler mucho una rodilla, me molestó mucho la espalda y perdí dos lentillas. Lo de la rodilla, puede ser por la arena, por el peso, o por las dos cosas; lo de la espalda, no lo comprendo, porque la tengo currada, he entrenado un mes con ella y he hecho salidas de cuatro días con más peso; y lo de las lentillas... pues eso, había que redondear el sector.
El 104 era el final del desierto, como decía, y llegue a las 0215h, habiendo salido a las 0830h; son muchas horas (no se cuántas y no voy a calcularlo, que no tengo a mano una calculadora); estaba muy cansado, la rodilla me dolía muchísimo, la espalda también y hacía mucho frío; venían montañas y altitud (1500m que está bien) y decidí parar. Descansé mal, me dormí y me desperté al amanecer, pero no pasaba nada. Uno de los mejores recuerdos que me llevo a casa es correr por el desierto de noche y solo; estuve unas siete horas (anochece a las 1730h) perdido del mundo con la única luz de la Luna y de las balizas cada medio kilómetro. De verdad que alucinante. Luego empezaba la montaña, un terreno muy parecido a las imágenes que se pueden ver de Afganistán, montañas peladas (o si no, plantan piedras). Durísimo, piedras, subebaja durísimo, y con una que llevábamos ya encima de cuidado. Encima me junté con el colega mejicano y me llevó un montón de horas "a machete", porque iba un pelo más rápido que yo, y casi acaba conmigo. Luego nos vino una subida infinita, y casi morimos; de poder coger a siete tíos, pasamos a que nos enganchara uno; nos tuvimos que sentar en una piedra, cabeza gacha... muertos de verdad (por la noche, en el hotel, el colega me dijo que él se había quedado dormido en esos instantes de descanso). Sigo sin saber cómo, después de esto, se puede seguir, y nos quedaban muchas horas.
Y se nos volvió a hacer de noche llegando a Petra. El que diseñó el puto recorrido debía de ser el puto diablo. Cuando llevas 160km, te meten una bajada muy técnica y larga de piedras (y de noche, para nosotros), subidas largas y el final con 570 escalones de bajada y un kilómetro de infinito cañón. Nos encontramos a un inglés, apodado por mí 'GPS', que no encontraba la senda, se la encontramos nosotros y ahora que acabo de hablar con él me ha dicho que se echó a dormir dos horas porque no encontraba el lugar por el que se cogían los escalones; pedazo de lince, el payo....
Y el final apoteósico. En el km 165 reventé (manda huevos), no veía ni por donde iba. Me tomé unos cacharros y me senté en una piedra. Y de repente, en cuanto me siento, veo tres lucecitas... y una polla me iban a pasar a mi. Había una zona difícil de encontrar y se nos echaron encima, y una piba (que estuvo liderando la clasificación femenina hasta que cascó en el 104; había hecho yo muchos kms con ella) se me pega al culo... a correr... a estas alturas. Nos bajamos los 570 escalones a toda la hostia del mundo, de noche, y mi frontal que se le iba la pila (veía amarillo, cuando veía, y ni por asomo iba a ponerme a cambiar las pilas). Los escalones eran irregulares y alguna vez había caídas de varios metros, por lo que había que andarse con cuidadito. Total que bajamos jugándonosla y llegamos al cañón ("siq" en árabe); la hija puta a 20m y yo corriendo como poseído por las drogas. El puto cañón, que era infinito, se me hizo eterno y la puta francesa fea y chepuda todo el rato metiéndome presión (y yo al mejicano, que iba delante). Total que por fin vemos meta (35 horas...), me confundo por donde se entra... y me gana la guarra. Se me quedó una cara de gilipollas que no veas. Cago en su puta calavera. Me hubiese gustado llegar al atardecer a Petra por la gama de rojos de la piedra; pero por la noche nos marcaron los escalones y el cañón con candiles, y era muy bonito, solos, corriendo entre paredes de cien metros de alto, a veces de cuatro de ancho, y con esa luz y nuestro frontal. (Por cierto, que en las clasificaciones, las diferencias no coinciden, llegamos los tres en un minuto. Pero me la suda.)
Estoy muy contento, y ahora ya en la lejanía, veo que le he echado huevos y sé que esto ya empieza a estar al alcance de poca gente. Según el mejicano que ha corrido la Marathon des Sables (270km, desierto, Marruecos, siete días, etapas de unos 25-30km y una de 80, el summum en el atletismo extremo), esa es comercial, para los medios de comunicación y el aperitivo de esta... No sé, pero esta es la repolla. Y preciosa. Estamos en un hotel de alucinar, y me he pegado un desayuno de realucinar.
El que le cuente esto a mis padres, muere: en la habitación me dio un pequeño jamacuco y me fui al suelo, con buena hostia con una mesa de por medio. Me quedé inconsciente unos segundos, para susto del mejicano, compañero de habitación. Se me ha hinchado el labio y me he abierto la ceja, pero no ha necesitado puntos. Con un poco de suerte para el sábado ni se me nota. Es que después del palizón vas bajo de todo, la presión arterial, el azúcar, que te relajas, y eso, que se me piró. También me pasó en la ducha y apenas fui capaz de cenar. Pero he podido dormir algo a pesar de lo que me duele la rodilla, y estoy más o menos bien. Se nos ve a la legua a los que somos participantes y los que son de la organización o periodistas: los que parece que nos han dado por culo con un condón de ortigas, son los que han corrido.
Y nada más, que tenemos unos días de asueto (las ventajas de correr "rápido") y que el sábado vuelvo, no sé cuándo, no me acuerdo. Casi mejor que el sábado salimos de marcha, pero sin continuarla el domingo, y como mucho una botella por persona. Joder, no puedo ni con mi alma. Me duele todo. Hasta las cejas... Coño, yo creo que ni haciendo motocross con los ojos vendados y el acelerador bloqueado a tope tendría tantas lesiones y tantas leches. Tendríais que ver los gepetos de la peña que llega... que se jodan.
Pues eso, que me las piro a cojear por aquí un poco. No creo que vuelva a mandar nada ni leer, porque no he venido aquí a ver putos ordenadores.
Nos vemos.
Cuidarse.
Bye.
s
+s13: Index: Mis otras ultramaratones
Desde Petra
jueves, 8 de noviembre de 2001
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Envidia, y no de la sana, de leer esto a escasos 50k de Wadi.
Por cierto, hace diez años eras bastante mal hablado, te han domesticado bastante.
Esta carrera hizo que me enamorara de lo ultra y de los desiertos. Te puedes imaginar, la guardo en un altar.
s
Publicar un comentario