La cuarta y quinta etapa se desarrollan íntegramente sobre el lago Great Slave (me suena bastante mal lo del Gran Esclavo...), que es el décimo lago más grande del mundo, con 28.000 km2, con lo que para un rato nos quedaba aún. Por cierto, que acabo de descubrir que lo de ‘Gran Esclavo’ es incorrecto, ya que el nombre viene de los indios slavey, no de ‘slave’, según la Enciclopedia Libre. Me acabo de enterar también que tiene hasta 614m de profundidad, el más profundo de Norteamérica, mejor enterarse ahora, porque pensar que tienes medio kilómetro de agua debajo lo mismo te entra un pequeño pánico y manchas el blanco hielo con caquita.
Vas por el laguito con calma, levantas la cabeza, plano, hielo, blanco; sigues otra hora, lo mismo; otra, igual. Y piensas, joder, no se acaba ni a hostias. De aquí le surgió la idea al organizador la denominación de “El otro desierto”, y no podría estar más de acuerdo, es un desierto, sin duda, duro, inhóspito… y precioso, como todos los desiertos.
No pensé que fuera a verlas, pero sí, en el lago Great Slave pudimos observar algunas grietas de presión. El hielo en el Océano Ártico es como una balsa que flota, dado que no hay tierra debajo, como sí hay en la Antártida. Son como placas tectónicas, que chocan entre ellas, se parten, se abren canales, se separan, levantan pequeñas “cordilleras”. Al ser un lago no pensé ver grietas de presión, pero en realidad, al ser tan enorme, también tendrá movimientos, por vientos, corrientes, etc. con lo que algunas grietas son visibles. No pasa nada si son por compresión, aquella de la cuarta etapa no tendría más de medio metro de altura, y las partes estaban soldadas, pero fue curioso. Menos tranquilizante fue la grieta que vimos desde el avión, llegando a Yellowknife, esa sí daba más miedo.
Lo que no es lago helado –que será un 90% de la carrera- es taiga, bosques de coníferas, miles de kilómetros cuadrados de bosques; de hecho, desde Edmonton son bosques, ríos, lagos helados, y más bosques (más de hora y media de avión, calcúlese). Increíble. ¡Esto es Canadá!
Como curiosidad, el sonido del hielo sobre tierra o sobre el agua es completamente distinto, lo notas desde el primer día; llegas al borde, y en un paso, ya cambia el sonido, cuando vuelves a tocar “tierra”, igual. El sonido del hielo sobre tierra es el de la nieve normal, lo reconocemos, pero sobre el agua de los lagos tiene un cierto eco metálico, porque debajo no hay tierra para absorber la onda. No hay que tener el oído fino ni nada. Mola.
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Rock and Ice Ultra - Sobre los hielos (7)
miércoles, 13 de mayo de 2009
Publicado por ser13gio en 11:13
Temas: Buff, Celsius, Garmin, Injinji, Raidlight, Rock and Ice Ultra, Temporada 2008-2009, Yo
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6 comentarios:
..justo ahora me estoy leyendo un libro sobre la expedición de scott al polo ... y hay un episodio de placas de hielo desprendiendose cuando esaban acampados justo encima.. que se te quedan los huevos de plástico..
conclusión 1 .. somos unos lloricas
conclusión 2.. hay que ver lo que se aprende leyendo tu blog
Te recomiendo 'El peor viaje del mundo' de Apsley Cherry-Garrard, por si no es que tienes entre manos. Enorme.
Sí, somos unos lloricos, pero ellos unos descerebrados.
Gracias.
s
curioso lo del sonido de la nieve, típico es que te enseñen en la facultad que los crepitantes (señal de que un pulmón está "encharcado") suenan igual que al pisar sobre la nieve, supongo que sobre nieve tierra, porque auscultar a alguien y oir nieve agua debe ser la pera...
Je je, lo mismo al personal sanitario de la zona les pueden enseñar a diferenciar esos mismos sonidos para distintas dolencias: pulmones encharcados o encharcados y congelados. Es como los esquimales, que tienen veinte palabras para el blanco porque los diferencian, y nosotros vemos un par de ellos y gracias.
s
tú porque eres tío-tío, que las chicas ven más!
Touché.
s
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