Mochila-chaleco Raidlight Responsiv 8 L (2)

miércoles, 26 de agosto de 2015

No sé hasta qué punto el público general es consciente de cómo es este negocio, pero hablando en plata y claro: ninguna marca fabrica nada. He exagerado, lo sé, pero vamos a ser un poco más precisos: el 99 % de las marcas no fabrican. Se desarrolla el producto y lo fabrican otros, sobre todo en Asia, que es la factoría del mundo. Raidlight estaba con una pequeña producción en talleres locales franceses, y a la vez con el grueso en el lejano oriente, porque no puede ser de otra manera, por precio, por recursos, por tejido industrial, por todo. Hay contadísimos casos de fabricantes nacionales, por ejemplo en España tenemos el caso de los Hoko o Land, por nombrar a dos. Hay varias más pero no hace falta ser muy observador para darse cuenta de que hacen un tipo de producto concreto que lo hace "una máquina sola" pero que no es solución para una marca con tanta diversificación como Raidlight, que tiene en su catálogo de zapatillas a gorras, de pantalones a chaquetas, o de manoplas a mochilas. ¿Cómo hacerlo localmente, con precios competitivos, con mano de obra francesa? Curiosamente la macroeconomía fue una de las ayudas finales, puesto que la devaluación del euro respecto del dólar en los últimos meses ha sido del 30 % y en Asia se paga generalmente en dólares, es decir, las marcas europeas han tenido en un puñado de meses una capacidad un 30 % más desfavorable respecto a americanos, con lo que ha habido reajustes, pequeñas subidas de precios, cancelación de productos, menos gama de colores, etc. cada uno lo ha hecho como buenamente ha podido pero ha sido un palo serio para todos. Que llega justo cuando estás planteándote cómo fabricar localmente.

Pues a la piscina. Raidlight decidió fabricar por sí mismo, empezando poco a poco y sin intermediarios. Esto suena bonito pero entraña unas cuantas dificultades. Decide qué productos quieres hacer; dónde, porque necesitas metros cuadrados, tuyos, o los compras, o los alquilas; con qué materiales; con qué tecnología; consigue el dinero para hacerlo realidad, con recursos propios, pidiéndoselo a bancos o consigue inversores; contrata personal y fórmalo. Cada una de estas fases te puede llevar meses. Raidlight escudriñó el mercado para comprar las mejores máquinas disponibles para la producción estimada; tuvo que desalojar parte de la zona de logística y trasladarla a otro pueblo; tuvo que diseñar productos desde una hoja en blanco; se consiguieron las decenas de miles de euros de debajo de las piedras; y hasta la fecha ha creado ocho puestos de trabajo altamente cualificados para producir sus primeros productos. Incluso se fundó una empresa paralela, Outdoor Ino-Fab (de innovación y fabricación), la hija, digamos, de Raidlight, pero notablemente independiente de ella. Todo esto no se planea y lleva a cabo en unas semanas o meses, por eso Raidlight ha llegado tarde al mundo de las mochilas-chaleco, pero cuando ha llegado lo ha hecho no sólo con un producto diferente a lo que existe, con una calidad sobresaliente o un peso ridículo, ha llegado con un plan empresarial complejo y meditado, que va mucho más allá del mero producto y que se espera lógicamente que sea el primer paso de una nueva era en la marca. Por eso creo que es interesante ver el producto en todo su dimensión.

El proyecto, desde sus comienzos, aunque no tenía un carácter elitista o extraordinariamente caro, se situaba en gama alta, es donde mejor puedes desarrollar este tipo de productos porque es donde, dentro del precio global, más se puede distribuir una mano de obra infinitamente más cara que la oriental. A la vez, para una gama alta y con lo maduro que empieza a estar el mercado, tiene que ser algo potente, trabajado y que de alguna manera suponga un puñetazo en la mesa. Que yo sepa -corregidme si me equivoco- no hay mochila de ocho litros tan ligera; tampoco recuerdo una mochila con partes pegadas, no cosidas; o que el ajuste sea por cierre micrométrico tipo 'boa', las ha habido en el mercado, es más frecuente en el calzado, pero de trail y llevado a este extremo, no me suenan, y es efectivo, bonito y ligero. Hace poco la revista Trail Run ha sacado un catálogo, una buena forma para los que no seguimos muy muy de cerca el material en venta de recopilar algunos de los mejores productos y compararlos de un vistazo; también la revista Trail hizo hace poco una comparativa de mochilas, sorprende cómo es en ocasiones la Responsiv es la mitad de pesada que otras, por ejemplo, o que las hay 50 € más costosas. Creo que no me invento nada si digo que es la más ligera de la categoría, precio nada económico pero en su línea (y bastante más barata que otras, cosa que me parece sencillamente alucinante por lo ya comentado), y el feedback que se está teniendo es muy bueno, dentro de que es un producto bastante nicho, de una marca pequeña y que nunca se verá masivamente. Y además, la haces tú, en casa, con tu gente. Me perderán mis gustos, pero creo que es un sonoro puñetazo en la mesa.

Pero cómo se llegó a lo que se llegó.

El material principal se llama R Dry, se ha usado en prendas textiles desde hace años, es de los mejores materiales que he probado nunca -tengo tres mallas- pero nunca había pensado en él para mochila. Siendo un material muy elástico, es una buena opción, sin duda. Toda la zona en contacto con el cuerpo es de una rejilla 3D que, como particularidad para nosotros, proviene de España, y es que si tú no eres rico, innovador o tienes una gran industria... estate cerca del rico, del innovador y del que está más industrializado que tú, porque arrimándote al ascua quizá algo pilles, como es el caso. La tela blanca es un increíblemente ligero textil antidesgarro proveniente de cortavientos. Y el resto son acabados de bordes, elásticos y poco más. Otra parte del diseño es la "horma", en dos tallas y hombre-mujer, porque estos chaleco-mochila al final son más prendas textiles que permiten llevar carga que otra cosa, recuerdo, 160 gramos, hay muchas camisetas de manga corta que andan por ese peso, no es nada elevado para una camiseta, de hecho. Y esto es una mochila.


Tienes los materiales y el diseño, que no son independientes de la fabricación, por supuesto, pero en este caso le da una personalidad innegable. Cualquiera que se acerque por la sede de la marca -en los Alpes, cerca de Grenoble- puede verlo por sí mismo, hay unas vidrieras que incluso animan a cotillear, alguno lo hemos hecho y es realmente interesante de ver, mola pensar que una de las mochilas que están haciendo puede ser la tuya, e incluso recientemente, como alguno ha tuiteado, las mochilas ya llevan una etiqueta donde aparece el nombre de la persona que la ha hecho: es una interesante forma de acercar el producto o la empresa al usuario final, de personalizarlo, de humanizarlo, porque la Cecile, Marie o Sophie son personas de carne y hueso que efectivamente han cosido esa mochila para ti. Y no solo eso, sino que además la persona que realiza el producto se hace más responsable de él, ¡va su nombre escrito, es su firma, es su creación! Personalmente me encanta.

La industria textil, en general, ha adolecido siempre de ser demasiado manual, el textil no es un material fácil con el que trabajar comparado con metales, por ejemplo, y mientras los coches, los ladrillos o los teléfonos se hacen en cadenas de producción donde la mano humana sólo interviene en contadas ocasiones, en el textil sigue siendo una labor fundamentalmente manual, laboriosa y femenina. Si al trasladar la producción de China (o Vietnam, o Bangladesh, o donde sea) a Francia lo encareces sobre todo por mano de obra, y ya digo que es un sector muy manual, ¿cómo resolver el entuerto? Incorporando maquinaria, por supuesto, allá donde se pueda. Sin ser una novedad -sí en mochilas si no me equivoco- el corte por láser ha agilizado notablemente una de las fases del proceso, añadiendo que la ventaja de la increíble precisión que el sistema tiene. De nuevo, no es innovador, pero sí creo que la aplicación lo es, una forma de innovar, darle personalidad y mejorar alguna característica es con piezas no cosidas. En mochilas, honestamente, es más estético, pero en camisetas puede quitar zonas de rozamiento desagradables. En todos los casos, es más ligero, no hay hilo, es una cinta de doble cara, que una vez pegada queda en "nada".

Cuando expulsamos la industria textil fuera de Europa al menos nos quedamos el conocimiento industrial, y durante décadas la maquinaria era alemana o inglesa y los chinos la compraban porque era lo mejor. Mal negocio, porque tarde o temprano donde se produce se inventa o al menos se mejora, y al final la maquinaria china es posiblemente la mejor en algunos apartados de la industria textil, y a ella tuvo que recurrir Raidlight para, por ejemplo, el corte láser. La maquinita en cuestión, como puede uno imaginar, cuesta unas cuantas decenas de miles de euros, añádase la de serigrafiar, la de sublimar, las máquinas de coser, las de pegado, ordenadores, etc. Compra todo el material, contrata la gente y empieza a producir, ¿no suena tan fácil, a que no?

Para finales de 2014 los primeros prototipos empezaban a asomar la cabecita, como este, donde las líneas maestras ya están bastante definidas, pero que todavía sufriría bastantes cambios, como el sistema de ajuste 'boa' y otros, no sólo colorines. Pero ya era un producto real, se podía tocar, se podía probar, y mientras tanto que avanzasen las otras fases del proyecto.

A grandes rasgos, el proceso de fabricación es este:

· dado que ya tienes el patrón hecho, que al final en este caso es un archivo de ordenador, se transfiere a la máquina de corte por láser;
· se alimenta la máquina con el textil que desees cortar (corta prácticamente todo, sólo hay que graduar la potencia), se le da al 'on' y listo;
· se van sacando las piezas útiles y se desecha lo sobrante, con lo que ni que decir tiene que hay que ajustar lo mejor posible las piezas en el textil para su máximo aprovechamiento;
· depende qué producto se trate, pero puede pasar por fases de serigrafiado o sublimación, darle colorines, poner logos, etc.;
· dependiendo del producto va pasando por diferentes fases de cosido y/o pegado; actualmente el pegado es la fase más lenta y hasta cierto punto un cuello de botella;
· se le cosen piezas adicionales como elásticos o 'boa' en el caso de mochilas, o cremalleras, en el caso de textil;
· se añaden etiquetas, se firma la unidad, se embala y se pasa a logística.

Todo esto, lógicamente, está muy simplificado, ya está afinada la producción y va razonablemente rodada, sin perder la perspectiva, sigue siendo una producción muy manual, lenta y cuidada, acorde con el producto.

Para los que nos resultan hipnóticos los vídeos o programas de "Cómo se hace...", es realmente interesante ver también cómo se hace la Responsiv (y las camisetas, que estaban empezando a producirse cuando pude verlo mis ojitos). Un vídeo de un servidor:




4 comentarios:

Rober dijo...

Parece interesante. Un aspecto que juraría que no mencionas y que no es baladí (en mi opinión) es la versatilidad del volumen que puede permitir a mucha gente tener una sola mochila para todo

ser13gio dijo...

Eso va en el último post, y estoy completamente de acuerdo contigo, da para mucho más de lo que parece, mucho más versátil.

Saludos,
s

Mr. Burns dijo...

Voy a hacer la pregunta del millón. ¿Es rentable?. ¿El coste por unidad de esa mochila cubre su costo de fabricación? y ¿cubre el coste de fabricación sumando la inversión en equipos y las horas de trabajo de desarrollo del producto?. ¿O son el resto de productos de la marca hechos fuera de Francia, los que "subvencionan" el Made in France?.

En el mundo del automovil por ejemplo, no es raro fabricar algún modelo con pérdidas y admitirlo, para mostrar tecnología.


ser13gio dijo...

Je je, qué cabrón.

Es rentable en el sentido de que no se pierde dinero con ella, pero estoy bastante seguro de que es la mochila más cara del mercado en cuanto a fabricación, unas 7-8 veces más que otras, para que te hagas una idea. De esto se podrían hacer muchas lecturas que te dejo a ti. Lógicamente con una amortización de maquinaria a años vista, como se hace siempre. Como te digo no se pierde dinero, pero se gana muy poco, puede entenderse como un escaparate tecnológico también, que en parte lo es.

Saludos, jodío,
s

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